La enfermiza chifladura del Coco Fariñas.

Realmente no me sorprende cualquier noticia, por absurda que sea, relacionada con el contrarrevolucionario Guillermo Fariñas, empecinado en obtener visibilidad mediática en su experimentado desempeño como huelguista de hambre y como payaso de la victimización. Tras cumplir hoy ocho días de inanición, fue trasladado al Hospital Arnaldo Milián Castro de Santa Clara e ingresado en la sala de terapia intensiva, luego de sufrir un aparente desmayo. Recibió todas las atenciones por parte de los médicos y ya recobró el conocimiento.

No obstante, este redomado sociópata ha aprovechado la situación para especular sobre un absurdo intento por asesinarle durante su estancia en dicho hospital. El sitio contrarrevolucionario Foro Antitolitario (FANTU) se hace eco de la nueva disparatada argucia de este mercenario, según la cual el gobierno cubano, en la persona del Coronel Alejandro Castro Espín, ha encargado su muerte nada menos que al compañero René González Sehwerert –uno de nuestros Cinco Héroes– mientras se encuentre ingresado en este centro hospitalario.

A la par, acusa a varios contrarrevolucionarios de la Mesa de Unidad de Acción Democrática (MUAD) de ser cómplices de su “asesinato”, a los que también inculpa de haberlo catalogado como oportunista y enajenado mental. Para él, tufao y casi paranoico, otros contrarrevolucionarios vinculados a los grupúsculos  Foro Antitotalitario Unido (FANTU) y Partido Arco Progresista están detrás de una campaña de desacreditación de su persona “como verdadero líder de la oposición”.

Allá quien le crea a este chiflado y taimado oportunista, presto siempre a aprovechar cualquier resquicio para dar rienda suelta a su enfermizo afán de protagonismo y merecer descaradamente una cuota mayor de los dineros que le dispensan sus amos del Norte. Si vivo no es más que un payaso, ¿para qué quererlo muerto? Cuba no gasta una bala en persona alguna, mucho menos en alguien que solo merece desprecio.