miércoles, 12 de abril de 2017

El papel injerencista del senado chileno a favor de los enemigos de Venezuela y Cuba



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Dos pasos en contra de naciones progresistas de América Latina –Cuba y Venezuela– acaba de dar el Senado chileno como muestra de su apego a la guerra mediática contra estas naciones y su posicionamiento a favor de los planes hegemonistas de EEUU en la región, manipulando el controvertido tema de los DDHH y la democracia. El primero fue la resolución adoptada en marzo mediante la cual acordó solicitar al gobierno de Michelle Bachelet que apoye la iniciativa del secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, de suspender a Venezuela del organismo, “si no se convocan elecciones democráticas en un corto plazo”. El segundo acaba de ocurrir ayer cuando dieron aprobación  a un proyecto –presentado por los senadores Adriana Muñoz, Jacqueline Van Rysselberghe, Ena Von Baer, Pedro Araya, Carlos Bianchi, Francisco Chahuán, Juan Antonio Coloma, Alberto Espina, José García Ruminot, Alejandro García-Huidobro, Antonio Horvath, Hernán Larraín, Iván Moreira, Manuel José Ossandón, Víctor Pérez Varela, Jorge Pizarro, Baldo Prokurica, Rabindranath Quinteros, Patricio Walker y Andrés Zaldívar– mediante el cual solicitan a la presidenta y a su canciller “promover en todos los foros internacionales el derecho inalienable del pueblo cubano a elegir su futuro y apoyar la realización de un plebiscito vinculante con este fin en Cuba”. Dicho acuerdo fue respaldado por 21 votos a favor y una abstención.
De acuerdo con este proyecto dan un espaldarazo a las pretensiones de los grupúsculos contrarrevolucionarios internos en Cuba de promover un plebiscito vinculante para pretender cambiar el orden institucional en la Isla. Argumentando manipuladamente el derecho soberano de los cubanos a decidir sobre su gobernabilidad, se suman a las campañas de los enemigos de la Revolución cuyo objetivo es desmontar el socialismo en nuestra Patria. Particularmente, su objetivo es dar validación al proyecto contrarrevolucionario Cuba Decide, impulsado por la mercenaria Rosa María Payá.
En franca violación de la soberanía cubana y dando muestras de una abierta injerencia en nuestros asuntos internos, dicho proyecto invita  “al gobierno cubano a respetar y proveer las condiciones que garanticen la oportunidad de participación y la soberanía ciudadana en el proceso plebiscitario, garantizando: la independencia e imparcialidad del organismo electoral encargado de la organización del proceso, para que todos los votos sean contados de manera precisa, justa, igualitaria y transparente; la presencia de observadores nacionales e internacionales en todas las etapas; la libertad para hacer campaña electoral en el pleno uso de la libertad de expresión y asociación, así como el acceso igualitario al censo, al electorado y a los medios de comunicación, incluso en los que son de propiedad estatal o son controlado por el mismo”.
Pretender que tienen facultad alguna para hablar en nombre del pueblo cubano sobre su futuro constituye una muestra de irrespeto hacia el mismo, el cual tiene bien claro cuáles son sus aspiraciones con respecto a su futuro político y social. Los cubanos repudian a las falsas democracias capitalistas y neoliberales. Sería más honesto que estos senadores atendieran con honestidad y empeño los problemas que en materia de derechos humanos afectan a su nación.

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