Esta organización, denominada Centro por la Ayuda
Internacional a los Medios, es un engendro que se desarrolló en los peores
momentos de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), tratando de mantener las
actividades que realizaban, pero utilizando una fachada pública, para que se
involucrara a la agencia lo menos posible. Este engendro forma parte de la
National Endowment for Democracy (NED).
Un número determinado
de personas, que posiblemente conocen de una organización internacional que se
denomina CIMA, nos han dicho que CIMA es la CIA con una M en el medio.
Este último grupo fue el que acertó.
Esta organización,
denominada Centro por la Ayuda Internacional a los Medios, es un engendro que
se desarrolló en los peores momentos de la Agencia Central de Inteligencia
(CIA), tratando de mantener las actividades que realizaban, pero utilizando una
facha pública, para que se involucrara a la agencia lo menos posible. Este
engendro forma parte de la National Endowment for Democracy (NED).
En 1991, Allen
Weistein, uno de los que trabajó en la redacción de la legislación que
estableció la NED, realizó declaraciones, publicadas por RETROPERU el 10 de
marzo del 2013, donde planteó, “mucho de lo que hacemos hoy, se hacía de forma
encubierta, hace 25 años por la CIA”. En el propio artículo, donde
se plantea la declaración de Weistein, la venezolana Maria Corina Machado,
habla de sus relaciones con CIMA y el dinero recibido de dicha organización, en
función de mantener la “libertad de prensa” en Venezuela.
En diciembre de 2007,
el Centro para la Ayuda Internacional a los Medios, (Center for International
Media Asístanse, CIMA), una organización supuestamente del Departamento de Estado
financiada por el NED, reportó que en 2006 la USAID distribuyó casi 53 millones
de dólares en actividades de desarrollo de medios extranjeros. Según el estudio
del CIMA, el Departamento de estado proporcionó un estimado de 15 millones de
dólares a tales programas. El presupuesto del NED para los proyectos de los
medios asciende a 11 millones adicionales. Y el pequeño Instituto para la Paz
de Estados Unidos (USIP), con sede en Washington, pudo haber contribuido hasta con
1,4 millones más, según el informe oficial del Congreso, que no examinó, por
ser secreto, el financiamiento que otorgaron a CIMA el Departamento de
Defensa y la CIA, calculado en unos 40 millones de dólares
más.
más.
El gobierno
estadounidense es el proveedor más grande de fondos para el desarrollo de los
medios informativos en todo el mundo, habiendo destinado más de 82 millones de
dólares en 2006, sin incluir el dinero del Pentágono, de la CIA y
de sus embajadas en los países receptores. Para completar el cuadro y tratar de
hacerlo menos evidente, muchas ONG extranjeras y periodistas reciben fondos
para el desarrollo de los medios provenientes de otras fuentes de
financiamiento del gobierno de Estados Unidos. Algunos reciben financiamiento
de varios subcontratistas y de "organizaciones internacionales
independientes sin fines de lucro", mientras que otros reciben dinero directamente
de la embajada estadounidense en su país.
A todo esto debe
agregarse la modalidad de “entrega de premios” por la labor periodística,
premios que encubren el financiamiento a periodistas y órganos de prensa, que
son utilizados por la NED (léase CIA) con el fin de divulgar noticas falsas,
tergiversar la verdad y realizar verdaderas campañas publicitarias contra
gobiernos y gobernantes que mantienen la independencia nacional y consideran
que los recursos naturales del país deben servir para mejorar las condiciones
de vida de su población, no para enriquecer empresas foráneas.
Este centro, el CIMA,
es el abanderado de la injerencia extranjera, comprando periodistas que se
prestan a sus manejos, como sucedió en el Ecuador, objetivo al que CIMA dedicó
treinta millones de dólares anuales a partir del año 2014, para desarrollar una
campaña que permitiera cambiar el resultado que se esperaba de las elecciones
presidenciales.
Vendedores de
noticias en dólares y traidorzuelos, los encuentra CIMA para realizar sus
campañas contra Venezuela, Cuba, Bolivia, Nicaragua y otros países. Algunos en
Estados Unidos y en otros países, pero también en los propios países contra los
que dirigen sus campañas. Nunca falta quién le venda su alma al diablo y el
diablo tiene bastante dinero.
El olor a azufre que
sintió Hugo Chávez en ONU, porque allí había estado Satanás, se mantiene en las
campañas mediáticas contra Maduro, Evo, Lula, Dilma, Cristina. En las abiertas
acciones serviles de Almagro y los ex presidentes que se prestaron a verificar
el “plebiscito” en Venezuela. En las noticias que diariamente corren por el
mundo, publicadas por el New
York Times, Washington Post, CNN, ABC, El País de España, Pagina 7 de Bolivia y otros libelos, cuyo propósito fundamental es servir a la clase dominante en Estados Unidos.
York Times, Washington Post, CNN, ABC, El País de España, Pagina 7 de Bolivia y otros libelos, cuyo propósito fundamental es servir a la clase dominante en Estados Unidos.
Néstor García Iturbe
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