Pocas horas después
de que el uruguayo Luis Almagro anunciara ayer su intención de buscar la
reelección como Secretario General de la Organización de Estados Americanos
(OEA), para un nuevo período de cinco años, a iniciarse en el año 2020, golpeado
por falta de apoyo gubernamental en su país, a la par que cuestionado por el
Frente Amplio al que pertenece y ya a punto de ser expulsado del mismo, como
consecuencia de su gestión de abierta sumisión a los intereses de Washington,
su parcialidad ideológica y su descarado compromiso con acciones subversivas
contra naciones en Latinoamérica y la soberanía de las mismas, ha vuelto a
encabezar una nueva ofensiva contra Cuba sintiéndose aupado por Estados Unidos
y otros lacayos que encabezan gobiernos de derecha en la región como Mauricio
Macri, Jair Bolsonaro, Iván Duque y Sebastián Piñera, por citar algunos.
En esta ocasión,
Almagro usó la sede de la OEA para patrocinar un evento sobre el cuestionado
tema de los DDHH en Cuba, con la abierta intención de hacerlo repetitivo y cuyo
objetivo principal es buscar, según sus propias palabras, "visibilizar la
dictadura de Cuba". Sin recato alguno y tratando de usar el lawfare como
medio para adoptar sanciones contra la Isla, el payaso de USA pretende buscar
sanciones para sus irracionales acusaciones contra el gobierno cubano sobre
supuestos crímenes de lesa humanidad, buscando la aplicación de la Carta
Democrática Interamericana contra Cuba y que varios de nuestros dirigentes sean
juzgados ante una Corte Internacional.
Almagro se apoya en
un grupo de dudosos juristas agrupados en la llamada Comisión Internacional Justicia Cuba,
invención de un grupo de mafiosos y provocadores anticubanos radicados en
Miami, bajo el patrocinio de grupúsculos como el Directorio Democrático, Mar
por Cuba y el terrorista Consejo por la Libertad de Cuba, para montar este tipo
de circo mediático.
Almagro y sus socios
tratan vulgarmente de inculpar a nuestra Patria sobre supuestas violaciones de
DDHH en otras naciones como Venezuela y Nicaragua, según ellos cometidas por
ciudadanos cubanos. Para ello han lanzado abiertas amenazas contra nuestro país
y han determinado el derrocamiento de nuestra Revolución como "prioridad
en la agenda interamericana".
Toda una despreciable
asociación de dudosos juristas, provocadores y falsarios, mercenarios de oficio
–entiéndase Rosa María Payá, Waldo Fernández Cuenca, Martha Beatriz Roque
Cabello, Julio Ferrer Tamayo, Carlos Oliva, Berta Soler, Laritza Diversent, Carlos
Quesada, Iván Hernández Carrillo, entre otros– a los que se unen connotados
servidores de la ultraderecha anticubana como Sylvia Iriondo, Pedro Corzo, Pablo Díaz Espí, entre
otras figuras, a los que se suman los miembros de la Comisión Interamericana de
Derechos Humanos (CIDH) Paulo Abrao y Edison Landa.
Ni Almagro ni sus
jueces fantoches y testigos dudosos podrán amenazar a nuestras autoridades y a nuestro
pueblo. Cuba repudia a este nuevo circo y ratifica su solidaridad con los
hermanos gobiernos progresistas de la región.
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