Fidel nos convocó
hace 60 años para enfrentar a la guerra inmoral y tendenciosa de nuestros
enemigos mediante la Operación Verdad. Hoy, con Fidel presente en nuestros
corazones y en nuestros principios y convicciones, tenemos el compromiso de
unirnos, de fortalecer nuestras trincheras a favor de la verdad. ¡Honrémoslo a
él y a todos aquellos que como Jorge Ricardo Masetti han dado continuidad a la
difusión a las verdades y razones que nos mueven y convertido en roca
indestructible a nuestros principios!
Hago, por tanto, un
llamado a la unidad de esfuerzo para enfrentar a la guerra mediática contra
nuestros gobiernos progresistas, a nuestros movimientos populares y a nuestros
más genuinos líderes.
Si un día nos tocó a
cada uno exclamar por el dolor y la disposición de seguir adelante la obra
bolivariana: ¡Yo soy Chávez!, hoy nos toca decirle a nuestro Comandante Fidel:
¡Hemos sido, somos y seremos un Fidel en el combate por la suerte de nuestros
pueblos y por hacer prevalecer la verdad!
La subversión mediática contra Cuba
Cuba ha sido, desde
hace décadas, el país más agredido por el terrorismo en todo el mundo. Contra
su heroico pueblo se han lanzado, año tras año, las más criminales agresiones,
enmarcadas en una guerra sucia capitaneada por los Estados Unidos y ejecutada
por sus instrumentos de la mafia contrarrevolucionaria de Miami. Más de cinco
mil actos terroristas de todo tipo han provocado innumerables muertes
inocentes, miles de heridos y lisiados, así como un inmedible costo en pérdidas
materiales.
Si el terrorismo
directo ha dañado a los cubanos, no menos daño ha provocado el terrorismo
mediático mantenido durante décadas con el propósito de desvirtuar la realidad
cubana, aislar a Cuba y satanizarla ante el resto de la humanidad y opacar
asimismo los logros que la Revolución ha traído para el pueblo de la
Isla. Es una agresión directa contra el ejemplo.
Si las bombas y
agresiones directas han provocado luto y desolación, como esfuerzo desesperado
por retrotraer la marcha de la historia mediante la violencia
contrarrevolucionaria, las campañas ideológicas y desinformativas han sido el
recurso manido del imperialismo para confundir, para dividir, para aislar y
condenar inmerecidamente a la heroica Cuba.
Si en su demencial
extremismo, los Estados Unidos han recurrido a su tenebrosa CIA y a una pléyade
de criminales para llevar a cabo su guerra terrorista anticubana, también
acudieron al sucio maridaje con los grandes monopolios de la información, con
supuestas fundaciones de dudosa pertenencia, con una quinta columna mercenaria
y sobredimensionada, así como con gobiernos y partidos genuflexos a Washington,
para implementar sus ataques ideológicos contra Cuba, así como contra las
hermanas naciones de Venezuela, Nicaragua y Bolivia.
Contra Cuba, desde
los propios inicios de la Revolución la CIA ha empleado diversos medios para el
ataque mediático y para promover la subversión contra Cuba. Desde el 18 de
enero de 1960 se aprobó el Programa de
acción encubierta contra el régimen de Castro, iniciado realmente desde
agosto de 1959, a cuyo cargo del órgano CIA, con identificativo WH-4, estuvo Jacob
L. Esterline.
A inicios del año
1988, el gobierno norteamericano desclasificó varios informes sobre operaciones
de guerra psicológica implementadas por la CIA en Cuba con vistas a derrocar al
gobierno revolucionario. Con la denominación de TOP SECRET, fueron
desarrolladas con pleno conocimientos de las administraciones de turno. Estas 13
operaciones fueron realizadas en un concepto de sistema, por lo que las mismas
se articulaban unas con otras en busca de una misma finalidad. El marco de
todas ellas fue la gran Operación Mangosta y por nuestro interés
queremos resaltar dos de ellas: la Operación
Smasher: Bloqueo de comunicaciones militares y civiles mediante la
sustitución de algunos cables de comunicación cubanos por un tubo de vacío que
contenía un producto químico, de tal manera que a bajas temperaturas era
inofensivo, pero si se le calentaba se convertía en un elemento capaz de anular
las comunicaciones y la Operación Good
Times: Desilusionar a la población cubana mediante la distribución de
material pornográfico mostrando a Castro con mujeres extranjeras en una sala
con todo tipo de comida importada. Este material se distribuiría en La Habana mediante
folletos que mostrarían la foto con la frase “mi comida es diferente”.
La violación de
nuestro espacio radioeléctrico estuvo contemplada siempre como un método de la
CIA para incitar la subversión dentro de Cuba y desinformar mediante rumores a
la población de la Isla. Uno de los primeros intentos fue Radio Swan, surgida
dentro del marco de la Operación Pluto –invasión mercenaria por Playa Girón–
iniciada desde 1960 con permiso de la
Comisión Federal de Comunicaciones de Estados Unidos. Solo en estas décadas se
llegaron a transmitir más de 2,500 horas semanales por parte de varias emisoras
asentadas desde EEUU y otros territorios cercanos a Cuba. Entre 1962 y 1985 se
mantuvieron las transmisiones contra Cuba por ondas medias y cortas mediante la
Voz de América, así como una gran cantidad de emisoras supuestamente
“clandestinas” que eran financiadas por la CIA, como parte de los paquetes de
programas encaminados a dotar a los grupos contrarrevolucionarios de su propia
“identidad radial”, como el caso de Alfa 66, La Voz del Cid y otras muchas.
Igualmente las emisoras de habla hispana de Miami fueron dotadas de permisos
especiales de la Comisión Federal de Comunicaciones, FCC, para que aumentaran
la potencia de sus transmisores, y cambiaran los patrones de radiación de sus
antenas direccionales. En 1985 aparece en Miami, Radio Mambo “La Grande”,
financiada por la CIA y dirigida por el tristemente famoso Teniente Coronel
Oliver North, financiándose con dinero del operaciones de narcotráfico,
obtenido de la operación Irán-Contras. No cabe duda que esto fue el antecedente
de la aprobación por parte del Congreso norteamericano del Acta de
Transmisiones Radiales para Cuba, avalando de esta forma la inauguración de la
llamada Radio Martí el 20 de mayo de 1985. El próximo paso que agudiza la
agresión a Cuba son las transmisiones TV
Martí en marzo de 1990.
Resulta asombroso que
la falaz emisora Radio Martí ha transmitido desde su fundación alrededor de
300, 000 horas de propaganda enemiga, a razón de 24 horas diarias durante 33
años.
La CIA desarrolló
otros proyectos y programas relacionados con las telecomunicaciones y la guerra
mediática contra Cuba.
A partir de este
siglo, la CIA y el gobierno norteamericano ha venido aclimatando sus
estrategias de subversión política contra Cuba a las nuevas dinámicas sociales
de comunicación, que en gran parte pasan por el uso de las Tecnologías de la
Información y las Comunicaciones –TIC– e Internet en particular. Las redes
sociales se han convertido en sostén dinámico de los grandes medios de
comunicación para mantener el mensaje contrarrevolucionario.
Hoy por hoy, los
principales cinco grupúsculos enemigos cuentan con el permanente financiamiento
de Estados Unidos y del lobby anticubano en el Congreso, para desarrollar todo
tipo de proyectos subversivos, campañas desestabilizadoras y promover la
ruptura del orden constitucional dentro de Cuba. Por su parte, dentro de la
Unión Europea, la campaña anticubana es capitaneada por varios partidos
liberares de extrema derecha y por los representantes del Grupo Popular Europeo
(PPE) dentro del Parlamento Europeo, así como por parte de los partidos
liberales europeos, los que se han sumado a tendenciosas campañas
desestabilizadoras, financiando a grupúsculos contrarrevolucionarios dentro del
país, sobredimensionando su legitimidad y trascendencia con vistas a que
desempeñen su papel provocador y comprometido con la agenda internacional
de difamación de la Revolución Cubana. Uno de estos grupúsculos, ascendidos a
la denominación de Partido por obra y gracia de sus amos, la Unión Liberal
Cubana, es dirigido por el terrorista y agente CIA Carlos Alberto Montaner.
Los supuestos
principios que unen a los partidos liberales europeos, erigidos en defensores
de los derechos humanos, las elecciones libres y justas y la
democracia multipartita, la justicia social, la tolerancia, la economía de
libre mercado, el libre comercio, la sostenibilidad medioambiental y un fuerte
sentido de la solidaridad internacional, son empleados de manera parcializada
y a su propia interpretación, como arma ideológica contra Cuba y otras naciones
progresistas en América Latina.
Los principales
detractores de Cuba y auspiciadores de una insignificante oposición dentro de
la Isla, promotores de las campañas ideológicas anticubanas dentro de la UE son
el Deutsche Gruppe der LI y el Partido Democrático Libre
(Alemania), el Foro Liberal (Austria), Mouvement Réformateur y Vlaamse
Liberalen en Democraten (Bélgica), Partido Liberal de Canadá, Det Radikale
Venstre y el Partido Liberal Danés (Dinamarca), Libertad y Democracia,
y la Unión Mallorquina (España), Partido Centrista de Finlandia y
Svenska Folkpartiet (Finlandia), Unión para la Democracia Francesa (Francia),
Nederlandse Groep, Democraten 66, Partido Popular por la Libertad y la
Democracia (Holanda), Alianza de los Demócratas Libres (Hungría), Partido
Liberal (Noruega), Partido Alianza de Irlanda del Norte, Liberal International
British Group y Partido Liberal Demócrata (Reino Unido), Partido
Democrático Ruso Yabloko (Rusia), Partido Popular Liberal (Suecia), Partido
Radical Democrático Suizo y Partido Liberal Suizo (Suiza), entre otros.
De las arcas de estos
partidos sale parte del financiamiento a los grupúsculos
desestabilizadores y contrarrevolucionarios cubanos, encargados de propalar
diatribas contra su propio pueblo. Ese detestable rol de supuestas víctimas lo
han asumido grupúsculos afiliados a los liberales tales como el Partido Liberal
de Cuba, el Partido Solidaridad Democrática y la Unión Liberal Cubana, así como
una diversa gama de grupúsculos que agrupan a cerca de 1 000 mercenarios fuera
y dentro de Cuba, cuyas fuentes de financiamiento proceden también
fundamentalmente de la USAID, la NED y otras tapaderas de la CIA en forma de
ONGs e Institutos como la Alianza por la Libertad Global (GLA), el FAES, CADAL,
la KAS, el IND y el IRI, así como la Human Rights Watch (HRW). Todo ese
tinglado se ha aprovechado del apoyo de los grandes medios de prensa y cadenas
internacionales al servicio de las grandes potencias.
Otros entes se han
comprometido a la demonización descarada de nuestras naciones progresistas
mediante vedettes operáticas que aparecen frecuentemente en los vodeviles de la
guerra mediática, impostando falacias o fake news, desarrollando de varias
formas el law fare o guerra jurídica contra personalidades con el objetivo de
deslegitimizarlos y derrocar a sus gobiernos. Lugo, Correa, Lula y Dilma son
claros ejemplos de esta nueva modalidad de ataque mediático. Estos socios de la
sucia componenda son la propia OEA y su CIDH, la Sociedad Interamericana de
Prensa y engendros judiciales como Justice Cuba y el Tribunal Supremo
venezolano en el exilio. Presta
sus servicios a la contrarrevolución interna la American University Washington
College of Law.
Prueba evidente de la
componenda capitaneada por la ultraderecha norteamericana y los mafiosos
anticubanos anquilosados en el Congreso USA es que han tratado por todos los
medios, para los próximos meses, de impulsar planes para lograr la total
violación del espacio radioeléctrico cubano con el apoyo de nuevas tecnologías
a la mal llamada Radio/TV Martí, así como el financiamiento de una blogosfera
contrarrevolucionaria. A la par, el uso de las redes sociales como Twitter,
Instagram o Facebook, mediante el empleo de cuentas falsas y el uso de trolls
se ha convertido en un componente más de esta guerra mediática. El
sobredimensionamiento de figuras de dudoso patriotismo, oportunistas de toda
laya, sedientos de dudoso protagonismo, como Luis Almagro, Rosa María Payá, José
Daniel Ferrer, Yoani Sánchez, Carlos Alberto Montaner y muchos otros, son los
soldaditos de una derecha cuyo discurso prostituido se sostiene con dinero
foráneo, mucho del cual va a parar a sus propios bolsillos.
Cuba dispone de
muchos ejemplos a lo largo de estas seis décadas sobre cómo la CIA y los
Estados Unidos han tratado de desvirtuar y satanizar a su Revolución. Cientos
han sido los programas secretos de promoción de la mentira y cito como ejemplo
los seis proyectos contrarrevolucionarios promovidos para cuestionar nuestra
gobernabilidad ante las pasadas elecciones del Poder Popular –Plataforma
Ciudadana Otro 18, Proyecto Candidatos por el Cambio, Proyecto Cuba
Decide, Proyecto Un Cubano, un voto, Proyecto Emilia, movimiento Somos+ y Proyecto
Defensoría del Pueblo (DP) –. Hoy, previo a la celebración del referéndum para
aprobar nuestra nueva Constitución, la guerra ideológica anticubana se ha
intensificado tratando de deslegitimizar el deseo soberano de la mayoría de
nuestro pueblo por seguir apostando por el socialismo. Cuenta para ello con las
nuevas tecnologías de la información y el apoyo de la prensa reaccionaria en
EEUU y Latinoamérica.
Como un breve repaso
de esta agresión mediática podemos señalar algunos casos tales como: el de la Editorial
Hypermedia, proyecto financiado por la NED vinculado al sector intelectual, y
que concentra parte de sus esfuerzos en la promoción de una Historia de Cuba
construida desde perspectivas y posiciones opuestas al consenso promovido por la
historiografía revolucionaria; Inventario, presentado como “proyecto
independiente”, con el supuesto fin de lograr "datos abiertos para contar
a Cuba", pero cuya verdadera finalidad es presionar a funcionarios e
instituciones cubanas para no bloquear a provocadores y trolls cuyos ataques se
hacen recurrentes en esta red social; la iniciativa contrarrevolucionaria
denominada “Cuba te cuenta”,
promovida supuestamente por un grupo de jóvenes cubanos y cuyo contenido y
discurso mediático se basa en la manipulación de la realidad y de la historia
cubana, la propagación de rumores, la difusión de fake news, la apología al
capitalismo, la diatriba y el ataque contra nuestra constitucionalidad y
nuestra gobernabilidad.
La agencia noticiosa
AP ha continuado destapando las tenebrosas conspiraciones de la USAID con
vistas a desestabilizar al gobierno de Cuba durante los últimos años. La
implicación del gobierno norteamericano en programas de subversión online
muestra claramente cómo el mismo se dedicó a desarrollar varios programas secretos
mediante tratos y financiamiento de contratistas, especialistas en tecnología
de punta, búsqueda de asesores y potenciales inversores para financiar dichas
actividades.
Otro notable episodio
fue el escándalo del microblog Zunzuneo, que involucró no solo a una ONG
nombrada Roots of Hope, vinculada a sectores de la ultraderecha cubano
americana, sino a la propia USAID y a
otras empresas reconocidas como tapaderas de la CIA –tales como Mobile Accord y
Creative Associates, y cuyos programas son idénticos a los de la Agencia como
potencial arma de espionaje. Al mismo se suma el programa para elaborar la
tecnología de redes ilegales de acceso inalámbrico a internet, mediante el
empleo de Wi-Fi, el cual involucró al Open Technology Institute (OTI), con sede
en Washington, quien en 2012 fue financiado por la USAID con este propósito.
Zunzuneo también involucró a Washington Software, a la cual se le dio el
encargo de crear un sistema para bombardear 24 mil mensajes de texto a la
semana a los usuarios de teléfonos celulares en la Isla, de los que se robaron
sus listados. Se conoció que la BBG, luego de un desembolso original de 84,000
USD, planeaba pagar un millón a esta compañía.
El gobierno de
Washington también seleccionó a contratistas extranjeros, uno procedente de
Hong Kong, el otro de Israel, para realizar operaciones de propaganda sucia
contra Cuba, inundando sus sistemas de comunicaciones con material destinado a
desestabilizar el país, a través de la USAID y de la Broadcasting Board of
Governors (BBG). La citada BBG contactó
a RRSat Global Communications, con vínculos con los servicios de inteligencia
norteamericanos y sionistas, con el fin de emplear el satélite Hispasat 1E,
activado como nuevo transponedor para distribución de contenidos hacia Cuba y
otros países de la región. La sucursal en Washington de RRSat fue la encargada
de estudiar cómo insertar TV Martí en la televisión cubana por medio satelital,
en estrecho contacto con la Office of Cuba Broadcasting (OCB), a la que
pertenecen Radio y TV Martí, con financiamiento directo del gobierno
norteamericano.
El último paso
injerencista ha sido la creación del Grupo de Trabajo para Internet en Cuba
–que es considerado un comité consultivo presidencial–, presidido por el Subsecretario Adjunto para
Asuntos del Hemisferio Occidental, Dale Eppler, y en el que participan además
la Oficina de Transmisiones a Cuba (OCB), la Comisión Federal de Comunicaciones
(FCC), la Administración Nacional de Telecomunicaciones e Información del
Departamento de Comercio, la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo
Internacional (USAID), Freedom House y el Consejo de la Industria de las
Tecnologías de la Información (Information Technology Industry Council).
La potencial apuesta
de la contrarrevolución anticubana por incitar al descontento y la indisciplina
social, al aumento de la subversión y campañas desestabilizadoras dentro de
Cuba, así como el intento de capitanear o buscar espacios dentro de la sociedad
actual, constituye un potencial peligro al que se debe enfrentar nuestro
pueblo. Solo con la firme unidad de todo el pueblo se podrán vencer las
amenazas que surgirán en este escenario actual y estamos dispuestos a lograrlo.
Compañeros y
compañeras:
Fidel nos convocó
hace 60 años para enfrentar a la guerra inmoral y tendenciosa de nuestros
enemigos mediante la Operación Verdad. Hoy, con Fidel presente en nuestros
corazones y en nuestros principios y convicciones, tenemos el compromiso de
unirnos, de fortalecer nuestras trincheras a favor de la verdad. ¡Honrémoslo a
él y a todos aquellos que como Jorge Ricardo Masetti han dado continuidad a la
difusión a las verdades y razones que nos mueven y convertido en roca
indestructible a nuestros principios!
Hago, por tanto, un
llamado a la unidad de esfuerzo para enfrentar a la guerra mediática contra
nuestros gobiernos progresistas, a nuestros movimientos populares y a nuestros
más genuinos líderes.
Si un día nos tocó a
cada uno exclamar por el dolor y la disposición de seguir adelante la obra
bolivariana: ¡Yo soy Chávez!, hoy nos toca decirle a nuestro Comandante Fidel:
¡Hemos sido, somos y seremos un Fidel en el combate por la suerte de nuestros
pueblos y por hacer prevalecer la verdad!
¡Honra a los
precursores! Mi abrazo y respeto a Prensa Latina y a Radio Habana Cuba, quienes
en los difíciles momentos de soledad en la lejanía del combate, nos hicieron
sentir orgullosos de ser revolucionarios. Gracias a ellos dimos lo mejor en
nuestras trincheras.
Muchas Gracias.
No hay comentarios:
Publicar un comentario