Nuevos datos
reveladores no solo revelan la presencia del criminal de guerra nazi Klaus
Barbie en Bolivia, según el libro “Deckname Adler: Klaus Barbie und die
westlichen Geheimdienste”, bajo autoría de Peter Hammerschmidt.
Según el autor, Barbie
fue informante del Servicio Federal de Inteligencia alemán (BND) por más de dos
años (desde mayo de 1966 hasta diciembre de 1968), bajo el seudónimo Adler o Águila
en español y la identificación V-43118, a
espaldas de los órganos de seguridad bolivianos. Su misión fue espiar a los
partidos políticos de izquierda en el país andino. Por este concepto recibió
cuantiosos pagos en marcos alemanes a través del Chartered Bank of London.
Su tapadera legal en
Bolivia como representante de la firma alemana MEREX AG, propiedad de Gerhard Mertins,
ex miembro de las Waffen-SS nazis y en la postguerra el mayor exportador de
armas de la República Federal Alemana, le permitió usar a firmas como Siemens,
Mercedes y Thyssen-Henschel para surtir de armas al Ejército boliviano y
promover dos golpes de estado en Bolivia en 1971 y 1980.
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