martes, 20 de marzo de 2012

Cruella DeVil Ros-Lehtinen transformada en vedette de turno.

Los Occupy ignorados por Ros-Lehtinen
Aunque no lo crean amigos lectores, Ileana Ros-Lehtinen trata a toda costa de hacerse un lugar destacado en las pasarelas de la guerra mediática anticubana, valiéndose de cualquier oportunidad para despotricar con sus ataques, asumiendo posiciones rayanas en la histeria mal disimulada y en un paroxismo enfermizo, que dejan mucho que desear por parte de una senadora norteamericana. No importa el hecho en sí mismo, no tiene significado alguno el acontecimiento en curso, ni siquiera la noticia parcial o pati coja que aparezca en los medios. Ileana, sin pensarlo dos veces, aparece en escena tras propinar empujones a quien sea, ya que lo importante para ella es el escenario, la tribuna dudosa, el protagonismo de ocasión. Así, sin poder evitarlo, la vedette que vive en ella le aflora por la piel, transformándola toda aunque la luna llena no aparezca por simple timidez.

Cruella DeVil Ros-Lehtinen ha aparecido en las últimas horas de manera descompuesta, sin importarle que su cargo como presidenta del Comité de Relaciones Exteriores de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos, le sirva de escenario para montar su show anticubano, tratando de salir en defensa de los provocadores al servicio de su país dentro de la Isla. Para ella, su discurso está claramente dirigido a viciar la próxima visita de  Benedicto XVI a la Isla, usando el manido y distorsionado argumento de las supuestas violaciones de los derechos humanos por parte de las autoridades cubanas. Para hacer más dramática su aparición mostró unas fotos de dudosa procedencia, que nada explican sobre represión en Cuba, y que sospechosamente parecen más a las escenas de la brutal represión de la policía neoyorkina contra el movimiento Occupy Wall Street.

No podía faltar en su montaje de tragedia barata, digna de abochornar a Eurípides, la referencia a una pretendida represión contra los ocupantes de la Iglesia de la Caridad, cuando hasta los mismos sacerdotes de ese templo atestiguaron que no hubo tal abuso contra los irrespetuosos provocadores.

Irreverente como todo el tinglado anticubano, mostró su repudio al juicioso y transparente papel de la Iglesia Católica frente a la provocación montada por mercenarios, por orientaciones emanadas desde Miami. Con dedo acusador, descargó su infamia, al decir: “La Iglesia debe pronunciarse en la Isla por la seguridad interna de los disidentes cubanos” y porque no se sigan cometiendo tantas “atrocidades” contra estos ciudadanos que como cualquiera en el mundo pueden expresar sus reclamos con libertad y sin temor a represalias."

La ceguera anticubana de Cruella de Vil Ros-Letinen no le permite ver que en otras regiones sí se reprime realmente a las multitudes y ella es incapaz de lanzar una protesta sobre esos hechos. ¿Será que a esta tenaz "defensora de los derechos humanos" le importan acaso los jóvenes reprimidos brutalmente en su propio país, en España, en Grecia, en Italia, y en casi toda Europa? ¿Cuándo ha salido una sola condena de su boca al respecto?

¿Le importa a la Loba Feroz la aprobación por Obama, el  27 de febrero, de la anti constitucional Ley HR 347, conocida como  "Goodbye, First Amendment" ("Adiós, Primera Enmienda"), mediante la cual se proscribe  cualquier demostración de protesta o la participación de los ciudadanos en  manifestaciones o concentraciones de protesta, so pena de castigarlos con penas de hasta 10 años de prisión? ¿No sabe la Lehtinen que si estas personas hubieran irrumpido en un  templo norteamericano, como lo hicieron en una iglesia en la Habana, hubieran merecido esta condena en Estados Unidos, mientras que aquí solo fueron temporalmente detenidos durante unas horas y posteriormente liberados? ¿Por qué ignora que la Ley HR 347 penaliza con esta abultada pena a quien entre o penetre sin autorización en cualquier edificio público sin autorización del gobierno?

Está claro que  esta papagaya política solo sabe hablar sobre Cuba y sus presuntas tragedias, inventadas por un grupo de oportunistas y mentirosos pagados por la USAID, a través de la SINA. Su disco rayado excluye deliberadamente a los 53 manifestantes lastimados y detenidos en Atlanta el pasado 26 de octubre. También parece ignorar la detención de 70 personas de forma brutal en el parque Zuccotti, en Nueva York, el pasado noviembre. No parecen importarle los 19 jóvenes heridos y detenidos el pasado 12 de enero en  Oakland. Ellos no significan algo  para esta senadora.

Para Cruella DeVil Ros-Lehtinen, simplemente, los detenidos y torturados por la policía norteamericana son unos apestosos 101 dálmatas, por los que no vale la pena preocuparse. Solo le importa hacer su sucio oficio de vedette y ser aplaudida por el sórdido público de criminales y terroristas con los que se codea.

Percy Francisco Alvarado Godoy



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