Eldar
Magomedov, alias «Ahmad Avar», llegó a ocupar uno de los puestos de más
importancia dentro de la estructura de la red Al Qaeda: jefe de
«operaciones» para Europa. Es decir, era el encargado de organizar
atentados y, para ello, activar las «células durmientes» o «lobos
solitarios» de la zona en la que se iba a perpetrar la acción criminal.
Si se tiene en cuenta que por aquellas fechas, agosto de 2012, Al Qaeda
Central (AQC) contaba, según los expertos antiterroristas que ha
consultado LA RAZÓN, con otros dos responsables de área, en África y
Asia, se deduce la relevancia de este individuo dentro de la
organización criminal ya que le habían asignado una de las zonas, junto
con los Estados Unidos, en la que los atentados cobran un mayor eco
mediático.
La detención de «Avar» fue fruto de una brillante
investigación de los agentes de la CGI española que, secundados por los
de los Grupos Especiales de Operaciones (GEO), se las vieron y se las
desearon para reducir, en la localidad ciudarrealeña de Almuradiel, al
«lugarteniente» de ««Avar», el boxeador experto en artes marciales
Muhamad Adamov. Gracias a esta operación, se evitó la comisión de
numerosos atentados, no sólo en España, sino también en Francia e
Inglaterra. Las acciones criminales, como las de Boston, o las
perpetradas en Madrid (11-M), Estados Unidos (11-S) o Londres (7-J),
entre otros objetivos, iban a tener carácter indiscriminado. Es decir,
no importaba que las víctimas fueran niños, ancianos, mujeres u hombres,
ya que se trataba de castigar a los «cruzados» (cristianos) por
tratarse de «infieles». Para «Avar», y los terroristas «yihadistas» sólo
hay una religión y, dentro de ella, una única interpretación: la más
radical, la sharia, que tratan de imponer a los demás hasta lograr un
gran «Califato Mundial».
Tomado de http://www.larazon.es
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