Como
presidente del conglomerado de empresas del Grupo Cartes, es posible
que un ciudadano paraguayo haya bebido sus bebidas, fumado sus
cigarrillos, vestido su ropa, comido las carnes que vende y quizás,
hasta haber tratado la obesidad en uno de sus centros médicos.
Horacio Cartes dirige un enorme grupo con empresas en
cada una de estas áreas, y muchas otras, que lo colocaban como uno de
los hombres más poderosos de Paraguay aún antes de convertirse en
presidente de Paraguay esta noche.
Cartes llegó a la presidencia paraguaya como abanderado
del Partido Colorado, la agrupación política que estuvo de una forma u
otra en el poder 61 años (incluyendo el mandato del ex gobernante
militar Alfredo Stroessner), hasta que fue derrotada electoralmente por Fernando Lugo en 2008.
Cartes tiene 56 años. De alguna manera es un recién
llegado a la política y es más conocido por su trayectoria empresarial,
con lo cual se asemeja ligeramente al actual presidente chileno
Sebastián Piñera.
Hizo estudios universitarios en Estados Unidos
(mecánica aeronáutica) y luego volvió a Paraguay -a los 19 años- para
iniciar su vida en el mundo de los negocios, en la empresa de su padre
Ramón Telmo Cartes Lind.
Pero apenas en 2009 formalizó su incursión en la
política, al inscribirse en el Partido Colorado. Ingresó a las filas
partidarias fundando el movimiento Honor Colorado, en cuya página web se
explica que Cartes da el paso al estar "inquieto por el curso político
del país bajo el gobierno izquierdista-liberal filo-chavista".
Recién en ese momento Fernando Lugo empezaba su
gobierno con una alta popularidad (que luego fue perdiendo perdió hasta
su salida en 2012) y la promesa de reformas sociales y otras referentes
al eterno problema de tierras en Paraguay.
Dudas sobre su pasado
La entrada en el terreno político de Cartes
inmediatamente lo expuso al escrutinio máximo de su vida privada y
empresarial. No sólo desde rivales de otros partidos. Incluso hubo
cuestionamientos desde el propio Partido Colorado.
Inicialmente, hasta la presidenta del partido, Lilian
Samaniego, sugirió que Cartes tendría vínculos con grupos del
narcotráfico.
La historia persigue a Cartes desde el año 2000, cuando
las autoridades hallaron una avioneta con matrícula brasileña en su
estancia con un cargamento de mediano tamaño de cocaína y marihuana.
Cartes negó cualquier relación con la avioneta (y su
carga) y de hecho no fue nunca imputado formalmente ante la justicia por
el hecho.
Otra acusación que ha enfrentado el empresario es la de
lavado de dinero. Es dueño del Banco Amambay, que en 2004 fue
investigado en Brasil por una comisión parlamentaria por presunto lavado
de dinero, que se originó tras la publicación de una investigación
periodística que se basada en informes de la Agencia Anti-Droga
estadounidense (DEA según sus siglas en inglés).
Cartes calificó la acusación, en 2011, como "un
disparate" y afirmó que en Brasil se habían superado todas las
acusaciones judiciales, según reflejó el diario paraguayo Última Hora.
Con el tiempo, la explicación de Cartes satisfizo a los
propios cabecillas del Partido Colorado, quienes lo eligieron
abrumadoramente para que fuese su abanderado para las elecciones
presidenciales de hoy, un apoyo que incluyó a la propia Samaniego que
inicialmente lo cuestionó duramente.
Un pie en la cancha
El empresario desde 2001 es presidente del Club Libertad, que bajo su gestión obtuvo al menos siete títulos locales.
Además es dirigente de la Asociación Paraguaya de
Fútbol, en el ámbito de la selección nacional. Es decir tiene una
importante injerencia en cuanto a la conformación del equipo que
representa al país a nivel internacional.
Ahora quiere hacer lo propio con todo Paraguay..
Tomado de http://www.lanacion.com.ar
Muy buena nota Compañero.
ResponderEliminarLalo Pinosa