martes, 21 de mayo de 2013

María Elvira, la Estefan y sus gusanos entrañables




Ayer, los mercenarios Berta Soler, Belkis Cantillo, Laura Labrada y Guillermo Fariñas ofrecieron una conferencia de prensa, bajo la batuta de Gloria Estefan, nueva vedette de los mafiosos intolerantes de Miami, y de  María Elvira Salazar, enfermiza detractora de todo lo que huela a la Revolución Cubana. Desde las gradas, emanando ese detestable tufillo protagónico, se encontraban otros turistas políticos como Manuel Cuesta Morúa, Juan Antonio Madrazo Luna y Leonardo Calvo Cárdenas.

Las mentiras comenzaron a deestaparse una en una. Alguno de ellos comentó que  sus permisos de viaje fueron posibles por las presiones internacionales ejercidas sobre el gobierno de la Isla. Luego, otro comentó qu ¨la reforma migratoria es uno de los tantos cambios cosméticos implementados por el Gobierno, para dar la impresión de transformaciones que no son verdaderas.¨

La clara verdad es que la implementación de la susodicha reforma migratoria fue un acto de soberanía y no un gesto de complacencia con la contrarrevolución. De cosmética no tiene nada, pues bastante bien la han aprovechado esos embaucadores y mentirosos de oficio.

El manido tema de la satanización de Cuba con respecto al tema de los Derechos Humanos fue manipulado en su libre albedrío, posicionándose a favor de mantener el criminal bloqueo contra los cubanos.

Ese 20 de Mayo lo disfrutaron a su antojo. Gozaron de protagonismo, ya tenían en su poder las nuevecitas tarjetas de crédito para recibir sus pagos por la reiterada traición y muchas promesas de apoyo.

Socarrones, le sacan el jugo a la manipulación mediática al hacerse portadores fraudulentos de los criterios de un pueblo que los desprecia. Ellos saben bien que esto no se cae, aunque se hagan los bobos repitiendo como cotorras que la transición a la ¨democracia¨está al doblar de la esquina.

Mis manipuladores de oficio del staff de Radio Martí, ducha en eso de formar vedetazos a diario, le dieron una cobertura especial a ese encuentro. No faltaba más. Siempre hay un inodoro, en Miami, para tales excretas.

Percy Francisco Alvarado Godoy 

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