martes, 6 de agosto de 2013

Muestra juicio en Texas nexo de narcotráfico con corrupción policial

Testimonios en el juicio contra el exagente Jorge Garza, del Departamento del Sheriff del condado de Hidalgo, en el sur de Texas, muestran cómo el tráfico de drogas a través de la frontera con México alimenta la corrupción policial en Estados Unidos.
Garza es el único de nueve acusados por corrupción en el caso de la denominada Unidad Panamá, un grupo antinarcóticos integrado por agentes del sheriff del Condado de Hidalgo y de la policía de Mission, Texas, que enfrenta juicio.
Los otros acusados, incluidos cuatro agentes de la Oficina del Sheriff, una exinvestigadora de la Oficina del procurador del Condado de Hidalgo y dos policías de Mission, optaron por declararse culpables desde diciembre pasado y esperan su sentencia.
Dos de los acusados que se declararon culpables son Jonathan Treviño, hijo del actual sheriff del Condado de Hidalgo, Lupe Treviño, y Alexis Espinoza, hijo del jefe de policía de la comunidad de Hidalgo.
De acuerdo con la Oficina Federal de Investigaciones (FBI), los miembros de la ahora disuelta Unidad Panamá robaron drogas y dinero en efectivo a narcotraficantes que operaban en el condado.
Los policías vendían las drogas a otros traficantes para obtener beneficio, y también daban protección a cargamentos o casas de seguridad.
A cambio de declararse culpables, algunos de los acusados evitaron el cargo de conspiración y otros el de ayudar y promover el tráfico de drogas.
Garza, quien comenzó a ser juzgado en una corte federal de McAllen la semana pasada, es el único acusado que rechazó declararse culpable y que enfrenta juicio, con lo que se arriesga a una sentencia que va desde 10 años de prisión hasta cadena perpetua.
El juicio contra Garza ha expuesto los detalles del caso y exhibe la corrupción, que podría implicar a importantes jefes policiales del sur de Texas.
La semana pasada, varios testigos que dieron testimonio por la fiscalía aseguraron que el sheriff del Condado de Hidalgo, Guadalupe Treviño, era consciente de las actividades ilícitas de su hijo.
Treviño aceptó comparecer y testificar en el proceso, al asegurar que no tiene nada qué esconder, y desde el viernes pasado es interrogado por la fiscalía y la defensa.

Tomado de  http://www.uniradioinforma.com

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