miércoles, 5 de febrero de 2014

El nuevo globo de un mercenario ridiculizado.


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Condecorado como el agente Juana del DSE, después negó este hecho. Otra de sus mentiras.


No se equivocó Tennessee Williams al decir que  “La única cosa peor que un mentiroso es un mentiroso hipócrita”. Y lo expresó, ciertamente, sin conocer a rufianes como Elizardo Sánchez, liderzuelo del grupúsculo Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional (CCDHRN), tan acostumbrado a inflar globos en eso de “denunciar” detenciones en Cuba. Muchos recordamos el ridículo hecho por él en varias oportunidades, cuando incluyó en las listas de detenidos en Cuba a ilustres personas del arte, el deporte y otras actividades quienes ni vivieron en la isla, ni tuvieron algo que ver con el oficio de mercenarios. 

Tal parece que este mentiroso de oficio tiene una divisa: mientras más gente presa invente, más dolaritos recibiré. Siguiendo este patrón, “El Camaján” –como se le conoce-, acaba de lanzar al aire de los promotores de la guerra ideológica anticubana la asombrosa y nada creíble cifra de 1 052 personas detenidas en el mes de enero de 2014. La primera pifia cometida por él es que los cuatro pelagatos que fungen como mercenarios jamás alcanzan tan abultada cifra.

Elizardo dijo que tal ola de “detenciones” tuvo lugar durante la celebración de la Segunda cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), realizada en La Habana.

Ciertamente, las autoridades cubanas tomaron las medidas pertinentes para evitar acciones provocadoras instigadas por los servidores de quien estaba más interesado del fracaso de la CELAC: los EE UU. Estas medidas, empero, adoptadas legítimamente, jamás pasaron de ser preventivas. De haberse realizado cualquier manifestación en los EE UU, España u otra capital europea, ante la realización de algún importante evento, los transgresores hubieran tenido un destino diferente y las sanciones que recibirían implicaría, incluso, largas penas de prisión.

En Cuba se les advirtió a tiempo a todos aquellos que habían planificado montar shows propagandísticos y tergiversar la realidad cubana, que se abstuvieran de hacerlo. Quienes desafiaron a nuestra legislación, recibieron una respuesta adecuada –para mí muy condescendiente-, que no implicó jamás una tortura, golpiza o respuesta violenta. 

Elizardo maneja hábilmente las conveniencias a su antojo y ese es el turbio oficio por el que le pagan. Para él las respuestas represivas que han recibido los manifestantes del 15M, Occupy Wall Street, Somos 1, 2,3 parecen ser deliberadamente ignoradas. Por supuesto, nunca protestaron en Cuba.

Todo es cuestión de conveniencias y Elizardo se las pinta bien como mentiroso, a sabiendas de que sus falacias convienen a sus amos. No me resultaría extraño que otra vez volviera a hacer el ridículo al denunciar la detención en Cuba de pintores famosos españoles de otros siglos, equipos mundialistas de voleibol o futbolistas bolivianos.

De esta forma, contando presos inexistentes como si fueran ratones enjaulados, imagino la hilaridad de Mark Twain al conocer este episodio de falsedades, pues como bien dijo una vez: “La gran diferencia entre un gato y un mentiroso es que el gato tiene apenas nueve vidas.” Twain diría, jocosamente, este tipo, aunque tenga cara de gato y no tenga 9 vidas, dedica bien la suya a decir mentira tras mentira.

Percy Francisco Alvarado Godoy

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