viernes, 11 de abril de 2014

Los académicos al servicio del imperio: The Minerva Research Iniciative



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Desde el año de 2008, los militares de Estados Unidos cuentan con un ambicioso programa de investigación denominado The Minerva Research Iniciative, que fundó el entonces Secretario de Defensa, Robert Gates, con el objetivo central de lograr “una comprensión más profunda de las dinámicas sociales, culturales y políticas que dan forma a las regiones de interés estratégico (para el gobierno de este país) alrededor del mundo.” Este programa recibió en sus inicios un fondo de 50 millones de dólares, que ha ido incrementándose a lo largo de estos años, y cuyo destino –entre otros- ha sido financiar a los académicos de las universidades estadounidenses y a los expertos en otros centros de investigación para trabajar como analistas en los temas que puedan tener incidencia en las políticas del Estado de seguridad nacional imperialista.

El Departamento de Defensa, a través de la Iniciativa Minerva, pretende respaldar y concentrar recursos en las mejores universidades del país; busca definir y desarrollar conocimiento fundamental en torno a las fuentes de conflictos presentes y futuros, con atención especial en la comprensión de las trayectorias políticas de regiones claves en el mundo; y procura mejorar la habilidad del Departamento de Defensa para desarrollar investigación de una “ciencia social de vanguardia” y de estudios interdisciplinarios llevados a cabo por los mejores investigadores en estos campos. En suma, se trata de reclutar la crema y nata de sus intelectuales para la gloria y perduración del Destino Manifiesto.

         La Iniciativa Minerva recientemente anunció, en su página electrónica (http://minerva.dtic.mil), la lista de los 14 ganadores, escogidos entre las más de 300 candidaturas que concursaron para recibir fondos para  el periodo de investigación del 2013 al 2016, con temas como “La fortaleza de las normas sociales a través de las culturas: implicaciones para el conflicto y la cooperación intercultural.”, que llevará a cabo Michele Gelfand, del Departamento de Sicología de la Universidad de Maryland; o “La Geografía Humana de la Resiliencia y del cambio; los derechos de la tierra y la estabilidad política en las sociedades indígenas de América Central”.

Esta investigación estará a cargo de Jerome Dobson, profesor de la Universidad de Kansas y nada menos que presidente de la American Geographical Society, quien pretende dilucidar el impacto de estos factores “sobre las capacidades del Ministerio de Defensa y las implicaciones generales para la defensa nacional de los Estados Unidos.” El doctor Dobson acota que el dinero requerido para un periodo potencial de cinco años es de 3, 001,985 dólares pero, curiosamente, no identifica en su resumen de la investigación los países de “América Central” en los que incursionará ni los pueblos indígenas que serán sus “objetos de estudio”.

El preclaro geógrafo pretende definir, digitalizar cartográficamente y evaluar los regímenes del uso de la tierra de las municipalidades indígenas de “América Central” y se jacta de que con sus datos y resultados los militares de su país obtendrán “nuevas capacidades para realizar la investigación geográfica humana, comparables con (pero más avanzadas que) aquellas que se emplearon extensivamente durante las Guerras Mundiales I y II”. Queda la duda de si, en esta ocasión, el Dr. Dobson se presentará ante sus pares académicos de esos países y comunidades indígenas “estudiados” como un investigador pagado por el Departamento de Defensa del gobierno de Estados Unidos, o negará el uso militar de su información como lo hizo en Oaxaca con el denunciado Proyecto México Indígena.

         La Iniciativa Minerva también organiza conferencias anuales de dos días con paneles de universitarios, funcionarios del Departamento de Defensa encargados de elaborar estrategias y políticas, así como personal a cargo de operaciones militares, cuyo propósito es reportar sobre los proyectos de las investigaciones en marcha y reflexionar sobre los impactos de Minerva en las ciencias sociales. El año pasado la reunión tuvo lugar en el Campus de la Universidad de California, en las emblemáticas fechas del 11 y 12 de septiembre y contó con la presencia del Comité Directivo de Minerva, que incluyó al subsecretario para Estrategia del Departamento de Defensa, Daniel Chiu, y al coordinador del Consejo Nacional de Inteligencia, Christopher Kojm, quien fue uno de los ponentes magistrales.

La audiencia de tan distinguida reunión se conformó con aproximadamente 150 invitados, seleccionados entre estudiosos y expertos en las áreas prioritarias del programa. Así, las sesiones versaron sobre: 1. Dinámica estructural en organizaciones violentas. 2.- Liderazgo y sucesión en regímenes autocráticos. 3.- Insurgencias y espacios ingobernables en África Occidental. 4.- Tecnología, poder y seguridad en China. 5.- Movilización para el cambio. ¿Quién se hace terrorista? 6.- Energía y estabilidad. 7.- Cambio climático, acceso a los recursos, y seguridad. 8.- Proyección del poder en un mundo globalizado.  

         No podía faltar dentro de la lista de proyectos claves de Minerva, actualmente en curso, el de la colega antropóloga Montgomery McFate, iniciadora del programa de científicos sociales empotrados en las brigadas de combate de las guerras neocoloniales de Irak y Afganistán (Human Terrain System), quien dirige la investigación “Conocimiento cultural y Seguridad Nacional”. Actualmente, McFate está escribiendo un libro con el sugerente título de Antropología militar, en el que responde a una interrogante básica de su investigación: ¿Qué podemos aprender de la experiencia de vida y del legado intelectual de un número de científicos sociales que contribuyen directamente a las operaciones militares?

La diligente antropóloga informa que ya ha completado cinco capítulos, cada uno de los cuales trata sobre un concepto particular, tales como: liderazgo militar, información en las operaciones, objetivos estratégicos, guerra irregular, insurgencia, contrainsurgencia e inteligencia, etcétera, esto es, un futuro Best Seller que sin duda será recomendado como libro de texto de todos los departamentos y facultades de antropología militar. 

Gilberto López y Rivas

(La Jornada, 11/04/2014)

  
Academics in Service of the American Empire: The Minerva Research Initiative



Since 2008, the U.S. military has relied on an ambitious research program called The Minerva Research Initiative established by then-Defense Secretary Robert Gates with the  primary goal of achieving "a deeper understanding of the social, cultural and political dynamics that shape regions of strategic interest (to the U.S. government) around the world." Initial funding for this program was fifty million dollars, an amount that has been increasing over the years. The primary purpose has been to finance the work of academics at American universities and experts in other research centers as analysts on issues that may have an impact on the national security policies of the imperialist State.

Through the Minerva Initiative, the Department of Defense aims to support and focus resources on the “best universities in the country”; to define and develop fundamental knowledge about sources of present and future conflicts with a focus on understanding the political trajectories of key regions in the world; and to improve the ability of the Department of Defense to develop a body of "cutting edge social science" and interdisciplinary studies conducted by top researchers in these fields. In short, it seeks to recruit the cream of their intellectual elite for the endurance and glory of Manifest Destiny.

The Minerva Initiative recently announced on its website (http://minerva.dtic.mil), the list of 14 winners chosen from over 300 candidates who competed for funding for the research period from 2013 to 2016. Research topics include "The Strength of Social Norms Across Cultures: Implications for Conflict and Intercultural Cooperation" proposed by Michele Gelfand, Department of Psychology at the University of Maryland; and "The Human Geography of Resilience and Change: Land Rights and Political Stability in Indigenous Societies of Central America," which will be carried out by Jerome Dobson, professor at the University of Kansas and President of the American Geographical Society. Dr. Dobson seeks to clarify the impact of these factors "on the capabilities of the Department of Defense and their general implications for the national defense of the United States," and he laid down in detail the funding required for a proposed five-year period: $3,001.985. Curiously, the abstract identifies neither the countries of “Central America” to be studied nor the indigenous peoples who will be the "objects of study."

The illustrious geographer seeks to define, digitally map and assess land use schemes in indigenous municipalities of "Central America." Moreover, Dr. Dobson boasts that with the data and results of this project his country’s military will obtain "new capabilities for carrying out human geography research, comparable to (but more advanced) than that used extensively during World Wars I and II." The question remains whether Dr. Dobson will appear on this occasion before his academic peers in those countries and before the indigenous communities “studied" as a researcher paid by the U.S. Department of Defense, or—as he did in the case of the Mexico Indígena project in Oaxaca, which was denounced by organizations of indigenous peoples—he will deny the military use of his results.

The Minerva Initiative also organizes annual two-day conferences with panels of academics, officials from the Department of Defense responsible for developing strategies and policies, and personnel in charge of military operations whose purpose is to report on research projects underway and reflect on the impact of Minerva on the social sciences. Last year the meeting, which took place on the symbolic dates of September 11-12, was held on the campus of the University of California and was attended by the Minerva Steering Committee, which included Daniel Chu, Under-Secretary for the Department of Defense Strategy, and Christopher Kojm, Coordinator of the National Intelligence Council, who was one of the keynote speakers. The audience for such a distinguished gathering was about 150 guests selected from among scholars and experts in priority areas of the program. Sessions dealt with: 1) Structural Dynamics in Violent Organizations; 2) Leadership and Succession in Autocratic Regimes; 3) Insurgencies and Ungovernable Spaces in West Africa; 4) Technology, Power and Security in China; 5)  Mobilizing for Change: Who Becomes a Terrorist?; 6)  Energy and Stability; 7) Climate Change, Resource Access and Security; and 8)  Projecting Power in a Globalized World.

On the list of Minerva’s key current projects is that of anthropologist Montgomery McFate, initiator of the (Human Terrain System) program of social scientists embedded in combat brigades of the neocolonial wars in Iraq and Afghanistan and head of the "Cultural Knowledge and National Security" Project. McFate is currently writing a book with the suggestive title Military Anthropology, which responds to a basic question of her research: What can we learn from the life experience and intellectual legacy of a number of social scientists who are contributing directly to military operations? This diligent anthropologist reports that she has completed five chapters, each of which is about a particular concept, such as: military leadership, information operations, strategic objectives, irregular warfare, insurgency, counterinsurgency and intelligence, etc. Without a doubt, this work is a future Best Seller that will be recommended as a textbook for all departments and faculties of military anthropology.

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