viernes, 30 de junio de 2017

Pasajes del terrorismo contra Cuba: El crimen de Caimanera.



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Lo mataron empleando una saña casi animal: luego de propinarle varias heridas con punzones en  el cuerpo, le golpearon el cráneo hasta provocarle la muerte. La hemorragia intracraneana acabó con la vida de Rodolfo Rosell Salas, humilde pescador de una cooperativa de Caimanera y padre de una numerosa familia.
Cuando apareció el cadáver de Rodolfo, aquel infausto 14 de julio de 1962, nadie dudó sobre quiénes fueron los autores materiales de tan horrendo crimen: marines norteamericanos de la usurpada Base Naval de Guantánamo.  Muchos elementos existían a favor de esta conjetura, pues desde ese enclave se habían perpetrado numerosas acciones hostiles contra los cubanos. Baste señalar que, desde ese mismo año 1962, un rosario de crímenes, provocaciones y agresiones evidenciarían la agresividad de las tropas yanquis acantonadas en esa base:

¨          Fueron asesinados,  por disparos provenientes de la parte norteamericana,  los soldados Ramón López Peña, en ese propio mes de julio, pero en 1964, y Luis Ramírez López, en mayo de 1966.

¨          Fue asesinado el humilde pescador Rubén López Sabariego.

¨          Se lanzaron 1376 objetos contra postas cubanas.

¨          Se realizaron 783 disparos contra el territorio cubano.

¨          Se apuntó con armas contra guardafronteras cubanos y otras personas en 725 oportunidades.

¨          Se realizaron 1555 ofensas verbales y gestos pornográficos contra soldados y ciudadanos cubanos.

¨          Se efectuaron otras provocaciones de diferente índole en 797 ocasiones.

Como puede apreciarse, la muerte de Rodolfo Rosell no fue un hecho aislado, respondió a una agresiva política de hostilidad y provocaciones ejecutadas por las fuerzas armadas norteamericanas, cuyo propósito fue buscar una respuesta cubana que justificara una agresión contra Cuba.  Sin embargo, fue una familia muy humilde quien pagó esta vez, en carne propia, el precio de la desenfrenada hostilidad yanqui contra Cuba.

Rodolfo había nacido en Baracoa, en 1932. Procedente de una familia de origen pobre, vio en la Revolución Cubana un mundo nuevo y promisorio. Por ello, sin pensarlo dos veces, se incorporó a las Milicias Nacionales Revolucionarias y se convirtió en ferviente impulsor de los cambios y transformaciones que tenían lugar en la Caimanera a la que había ido para echar raíces.

Casado con Eloísa, mujer a la que amaba entrañablemente, vio nacer allí a sus dos primeros hijos: Marisela y Rodolfo. Sin embargo, la vida le deparaba una emoción más: su esposa esperaba a Reinita, la  nueva prolongación de su existencia.

Como un hombre feliz, a todas luces, emprendió su último viaje, no sin antes despedirse de la esposa amada con un largo beso y acariciar a cada uno de sus hijos. A Reinita, la hija por llegar, dedicó una tierna caricia al apoyar su mano bendecida por el mar y el salitre sobre el vientre materno que la acogía con ternura.

¾Si te pones mala de pronto¾dijo al despedirse¾, le avisas a Anido, el administrador de la cooperativa. Él te llevará al hospital, si yo no he regresado todavía.

Luego se fue, acompañado de su perro, al encuentro de  su pequeño bote, nombrado por él con el sugestivo nombre de  “Dos hermanas”. Sin imaginárselo, la muerte lo acechaba cerca de allí. Varios marines lo capturaron mientras pescaba y descargaron contra él una violencia inusitada. Luego lo abandonaron en un cayo a cinco millas de  Caimanera y ubicado en el  territorio de la base.

Cuando el grupo de personas que salió en su búsqueda dio con su paradero, el macabro hallazgo los golpeó a todos. Su perro, inseparable amigo de sueños y de esta fatal desgracia, ladraba enloquecido ante su amo inerte. Éste, con el cuerpo destrozado, yacía abandonado dentro del bote. La sangre se había pegado a las ropas destrozadas del pescador, quien miraba hacia el cielo buscando una explicación a tanta atrocidad.

Luego del silencio y la nostalgia del mar, cómplices  de sus anhelos más puros, Rodolfo se encontró con otro mar embravecido. Era su pueblo consternado acompañándolo hasta su última morada. La estremecedora señal de duelo cedió ante la rabia de sus hermanos pescadores y de todo el  pueblo de Caimanera. Su entierro fue, sin lugar a dudas, como él lo hubiera deseado, una prueba de reafirmación revolucionaria y de condena al yanqui usurpador y criminal. Sus asesinos fueron repudiados y condenados por el pueblo al que Rodolfo había pertenecido con orgullo.

El terror  causó crueles desgarraduras en el pueblo.

Muchos hogares cubanos sufrieron la dolorosa lastimadura que provoca la pérdida de un ser querido, más dolorosa y triste aún cuando es producida por una mano asesina, capaz de herir a traición o a emplear el  golpe artero por  sorpresa. En julio, de manera particular, el luto invadió a varias familias humildes, sumiéndolas en profundo pesar y desasosiego.

¨          El 27 de julio de 1960 fue asesinado por elementos contrarrevolucionarios el miliciano Eulalio  Piloto Fumero, mientras se encontraba cubriendo su guardia en el Crucero de la Cuchilla, en Alquízar, La mano asesina, agazapada en las sombras, descargó sobre él todo su odio. Un nuevo hogar cubano sufría una pérdida irremplazable.

¨          El 21 de julio de 1961, fue asesinado un campesino en Trinidad, Sancti Spíritus. La banda criminal que perpetró el crimen también tronchó la vida de su joven esposa, quien se encontraba con varios meses en estado de gestación. Sus asesinos, armados por la CIA norteamericana, cometieron todo tipo de crímenes y desmanes contra otros pobladores. Unos días antes, el 18 de julio, fueron heridas siete personas cerca de allí, como resultado de un ataque contra una granja llevado a cabo por una banda de alzados al servicio de la CIA y la contrarrevolución.

¨          Esas mismas bandas asesinaron a otro campesino e hirieron a un joven brigadista alfabetizador de sólo 15 años de edad.

¨          La oleada criminal no respetaba a nadie. En Pinar del Río y  tres días después del asesinato de los dos campesinos espirituanos,  fueron heridas cuatro personas al ser ametralladas por bandidos terroristas.

¨          El 4 de julio, en la Habana, elementos contrarrevolucionarios colocaron una bomba en un parque, provocando heridas a tres personas.

¨          Al año siguiente, el 2 de julio de 1962, fueron asesinados tres campesinos, incluida una mujer, por elementos de una banda contrarrevolucionaria.

¨          El 21 de julio de 1963, fue asesinado un campesino al que previamente torturaron indiscriminadamente, al extremo de sacarle los ojos. Los autores de este repugnante hecho fueron elementos pertenecientes a una banda de alzados financiada por la CIA norteamericana.

¨          Varios días después, el 24 de julio de 1963,  se  encontraron los cadáveres de dos campesinos, padre e hijo de apenas 16 años de edad, quienes habían sido secuestrados por miembros de una banda contrarrevolucionaria.

Muchos hechos como estos enlutaron a las familias cubanas en julio. Otros, tan repudiables como los ya señalados, se repetirían a lo  largo de cuatro décadas. El pueblo cubano sin embargo, herido en los más profundo de su corazón, resistiría al terror y continuaba luchando por el mundo mejor y más pleno por el que había apostado a partir del primero de enero de 1959.

Ver: Retrato de un terrorista y Secuestros y otros crímenes en Julio  (PASAJES DEL TERRORISMO CONTRA  CUBA EN JULIO, PARTES  SEGUNDA Y TERCERA).

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