jueves, 2 de mayo de 2013

JUAN MANUEL EN SUS TELARAÑAS

Los hombres y mujeres recibimos de nuestros ancestros al menos un tipo de herencia, la mayoría hereda los genes desnudos, pero en una minoría sus alelos vienen con abolengo, poder y riquezas varias. Por ejemplo, el código genético del presidente Juan Manuel Santos contiene: apellido, poder mediático y riquezas; sin embargo, una mutación le impide comunicarse adecuadamente con la realidad del entorno, digamos que se trata de una subespecie de autismo, en su primo Fachito es más pronunciado el defecto. Tal vez, para compensar la dificultad comunicacional entre sus miembros la familia fundó el periódico El Tiempo.

Ese atavismo hace que a Juan Manuel se le pueda aplicar enteramente lo que dice Iván Gutiérrez en Debate de Fondo (2013) de Capriles Radoski, candidato presidencial de la derecha venezolana cuya posición en la sociedad, también, viene dada por el poder patrimonial: “…no es capaz de hilvanar, porque no lo siente, ideas nacionalistas o que reafirmen la independencia frente a los poderes mundiales”. Y se puede agregar que “Carentes de un sentido de patria soberana”, entregan el petróleo y los minerales, creyendo que no somos capaces de manejar nuestras riquezas por lo que piensan que hay que adjudicarlas a quienes sí saben manejarlas, es decir, a las transnacionales. Así mismo, sus intereses económicos están a kilómetros de los intereses de la mayoría. El legado patrimonial de Juan Manuel le impide hilvanar, “porque no lo siente, ideas nacionalistas o que reafirmen la independencia frente a los poderes mundiales”.

Junto a su antecesor, Álvaro Uribe, el Señor de las Sombras, heredero de un código genético podrido, han inyectado al país sus malditos genes de violencia, atraso histórico, político y social. Los grupos de poder del imperio, hábiles para explotar cualquier aberración de la naturaleza, han utilizado a su favor a estos y a cuánto tarado mandatario nos han tocado en suerte. A hoy, con el recientemente aprobado TLC, nuestro país es su país.

El montañero ex presidente Uribe en sus genes lleva codificado el narcotráfico, pues sus vecinos arrieros dicen que su padre era de narcotraficante, es primo del clan Ochoa, para Pablo Escobar era el doctor Varito y está como número 82 en la lista de los perseguidos por la DEA. Durante su mandato, Uribe trabajó, sagazmente, con los dos “astutos” primos Santos, Fachito como vicepresidente y Juan Manuel en el ministerio de guerra. Claro que al “paisa reeleccionista” (así le decía otro Santos, Enrique) no le salió gratis la colaboración de los primos autistas, pues le iban rompiendo sus “tres güevitos…”, y sus extrañas ausencias casi logran meterlo en una camisa de fuerza, se necesitó mucha valeriana para mantener calmadito.

Delgados hilos de violencia y mentiras, a través del tiempo y del “Tiempo”, los Santos han ido hilvanando en Colombia una extensa y perversa telaraña, en la cual están atrapados Juan Manuel y el Señor de la Sombras; los falsos positivos y las falsas entregas de insurgentes, urdidos con la ayuda del lodoso “doctor Ternura” Carlos Restrepo, entretejen buena parte de la violenta maraña de crímenes contra el pueblo. El Bloque Capital de las Autodefensas, tenebroso grupo de sicarios, ha sido una de las mayores tramas criminales gestadas por los primos Fachito y Juan Manuel. Probablemente existe un ovillo negro, que la opinión desconoce, el cual mantiene a los santos y al ex No.82, atados en el centro de la telaraña; por eso Uribe se puede dar el lujo de ultrajar a Juan Manuel y torpedearle cualquier iniciativa, Él se sabe inmune, pues si cae el uno cae el otro.

 Cada nueva medida (¿metida de pata?) de Santos lo va enredando más en la telaraña. Para mejorar el nivel del opinómetro, con miras a su aspiración reeleccionista, impulsar la locomotora minero-energética, ganar el Nobel de Paz, complacer a los cacaos, y, sobre todo, sacudirse de los hombres al ex, No. 82 y sus adláteres latifundistas retardatarios, se le ocurrió lanzarle el anzuelo de la paz a las FARC-EP. Claro que ha sido una propuesta enmarañada, como las telarañas de su mente, sólo a Él se le ocurre hablar de paz en medio de las balas mientras aumenta la compra de aviones, drones y todo tipo de armas. Y, para rematar, el infantil y pendenciero ministro de guerra y el insoportable e intransigente jefe de sus atrabiliarios negociadores, mantienen en vilo el débil proceso de paz.

 Pero lo que comenzó como un simple jueguito, se le está saliendo de madre, pues el pueblo a medida que pasan los días va tomando más en serio la idea de lograr la paz,  claro que con justicia social, es decir, con cambios estructurales sociales, políticos y económicos, no precisamente lo que desean, por motivos diferentes, Juan Manuel y su compañero No. 82 tejedor de telarañas. ¿Pero podrá Juan Manuel escapar de la telaraña? Son pocas las opciones, tal vez, hay una posibilidad, y ésta consiste en firmar la paz con la FARC-EP, pero no la que él pretendía; si quiere salvar el pellejo, para romper los hilos de la telaraña tiene que firmar la Paz al precio que se la pongan los insurgentes: Paz con justicia social, autonomía territorial, otras autonomías y otras condiciones, que aún no imaginamos. Si lo hace será considerado como un hombre brillante, asegurará la reelección y hasta el premio Nobel de Paz, la locomotora minera podrá llegar a buen puerto y los industriales (cacaos) se sentirán como reyes; pero si, por el contrario, no logra la paz, será lo que es…, los índices popularidad se le irán al piso, no volverá a pisar la presidencia, adiós Nobel y lo peor de todo es que Uribe escapará de la telaraña, será de nuevo presidente y lo extraditará a la quinta porra, dejándole más     descarrilado que una vieja locomotora;  montará el negocito de biocombustibles e incrementará sus vaquitas al lado de Lafaurie.

No obstante, todo está dado para que Juan Manuel pacte la paz, pues es el máximo representante de las élites dominantes, tiene total respaldo mediático, los industriales están a su favor y, probablemente, los gringos le den su aval. y para quitarse de una vez por todas al díscolo e incómodo Señor de las Sombras tiene dos caminos a seguir, bien hace que los gringos reactiven la orden de captura por narcotráfico pendiente y lo encierren en la celda que hoy ocupa Simón Trinidad, quien vendría a Colombia a competir por la presidencia, y la otra vía, más sencilla, consiste en pactar una amnistía general, con la cual Él y Uribe quedarían blancos como la nieve.
 
LIBARDO SANCHEZ GÓMEZ*

*DMV. UN. Msc. ECONOMÍA. P. U. JAVERIANA. Profesor Universitario


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