PASAJES DEL
TERRORISMO CONTRA CUBA.
Andrés González Lines |
Sin lugar a dudas,
cuando mayo se anuncia en cada parte de la Isla, los cubanos piensan de
inmediato en dos fechas: el Primero de Mayo en el que saldrán nuevamente a las
calles para reivindicar entre banderas la eterna primavera que defienden, así
como cada segundo domingo de Mayo, en el que celebran el Día de las Madres.
Mayo, pues, podría decirse que se ha convertido en un mes de reafirmación del amor hacia la
Madre y hacia la Patria. Sin embargo, los enemigos de la felicidad que brota de
los cubanos, les han amargado mayo en
varias ocasiones, convirtiéndolo en un mes de tristes recuerdos y dolorosas
ausencias. Es entonces cuando el peso de los más de tres mil muertos y dos mil heridos nos duele sobremanera y miramos al Norte de donde siempre ha venido el golpe traicionero y criminal.
De allí, de la
Florida, de la componenda asesina montada por Estados Unidos y un grupo de
desalmados matones, vino la muerte aquel triste 7 de mayo de 1961, cuando
desapareció una lancha de la naciente Marina de Guerra Revolucionaria.
Capitaneada por el comandante Andrés González Lines e integrada por 17
tripulantes, la nave R 43 desapareció misteriosamente a diez millas del norte
de Mariel cuando realizaba un viaje de prueba de máquinas. Siempre quedó la duda, la premonición
dolorosa de que el incierto destino de estos hombres fue provocado por la mano
asesina de nuestros enemigos.
Con la muerte de
González Lines desaparecía un hombre digno. De procedencia humilde y amante
del mar, logró cumplir sus sueños al
ingresar por oposición a la Academia Naval del Mariel con vistas a hacerse
oficial de la marina mercante. Militante comunista desde 1937, se graduó
finalmente como alférez de fragata de la marina de guerra.
Designado profesor
de la Academia Naval del Mariel en 1942, se opuso al golpe batistiano del 10 de
marzo de 1952. A partir de allí,
comprendiendo que ayudaría mejor a la causa revolucionaria desde las propias
filas de la marina de guerra, participó en el levantamiento popular del 5 de septiembre
de 1957 en un heroico acto de rebeldía y amor patrio. Condenado a seis años de
prisión, fue liberado en mismo primero de enero de 1959 cuando triunfó la
Revolución.
Este hombre amante
del mar, sentimiento profundo que lo llevó a fundar la Sociedad de Amigos del
Mar, murió frente al deber y amasando los más bellos sueños por los que luchó.
Apenas cinco días después, como una confirmación de
la suerte corrida por González Lines y su tripulación, una nave fuertemente
artillada, procedente de los Estados Unidos, atacó la lancha de vigilancia
costera SV 28 al noroeste de Santa Cruz del Norte, provincia de la Habana. Otra
vez la mano criminal de la CIA y sus asalariados de la mafia terrorista segaba
la vida de valerosos hombres de mar. Como resultado de la brutal agresión
perpetrada por miembros de Alpha 66, murieron Reynold B. Díaz, Enrique García
Hernández y José López, así como recibieron heridas otros cinco tripulantes.
Luis Ramírez López, sepelio |
El 21 de mayo de
1966 resultó vilmente asesinado el joven soldado Luis Ramírez López, miembro del Batallón
Fronterizo, mientras hacía guardia en un puesto aledaño a la Base Naval de
Guantánamo, territorio usurpado a Cuba por Estados Unidos. La bala asesina,
disparada por un marine norteamericano, privó a este joven de un futuro promisorio
y a la Patria de un hijo digno. Como respuesta a tan atroz crimen, miles de
ciudadanos acudieron a su entierro en el cementerio de Santa Ifigenia, en
Santiago de Cuba.
El continuado
terrorismo contra Cuba en el mes de mayo se manifestó de diversas y repugnantes
formas. Desde las infiltraciones de terroristas para cometer atentados contra
el Comandante en jefe, como el ocurrido el 29 de mayo de 1966, hasta ataques a
pueblos y fábricas cubanas como el ocurrido el 13 de mayo de 1964 contra el
central azucarero “Luis Enrique Carracedo”.
Dentro de esas
intenciones de infiltrar terroristas en territorio cubano, sobresalió la
infiltración realizada el 3 de mayo de
1969 por la antigua provincia de Oriente, ocasión en que un grupo de
agentes de la CIA al mando de Amancio Mosquera “Yarey” intentó crear focos
beligerantes en las montañas cubanas y promover hechos violentos en la zona.
También hubo
ataques, secuestros y hostigamientos
contra embarcaciones cubanas como los efectuados contra la goleta cubana “Joven
Amalia” el primero de mayo de 1963,
contra la embarcación “San Pedro”, realizada el 12 de mayo de 1967 y los
ataques contra las lanchas pesqueras “Plataforma 1” y “Plataforma 4” ocurridos
el 10 de mayo de 1970.
La mano de la CIA
y de las organizaciones contrarrevolucionarias cubanas atacó en diversas
oportunidades sedes diplomáticas en otros países. El 3 de mayo de 1967 hicieron
estallar una bomba en el automóvil del embajador cubano en México, provocando
heridas a cuatro personas. Siguiendo esta dirección, el 29 de mayo de 1969 fue
colocada una bomba frente al consulado general de Cuba en Montreal. % años
después, el 4 de mayo de 1974, hicieron detonar
dos bombas frente al consulado cubano en Mérida, Yucatán, en México.
Otras bombas
fueron colocadas en embajadas cubanas como en el caso de la de España (17 de
mayo de 1972) y Londres (4 de mayo de 1974).
Dentro de este
contexto de agresiones ocurridas en mayo, tal vez el hecho más repugnante lo
constituyó el incendio provocado en un edificio de 10 plantas, ubicado en 49 y 124, en Marianao, en
el que se encontraba situado el círculo infantil mayor de Cuba en esos
momentos. Poniendo en peligro la vida de 570 niños y la de otros cubanos, la mano de los enemigos de la
Revolución quiso golpearnos vilmente aquel 8 de mayo de 1979.
Muchas páginas de
terror podrían describirse en este artículo, pero la lista sería interminable.
Los asesinos que realizaron estos hechos, los mismos que el 20 de mayo de 1995
también tirotearon impunemente el hotel “Guitart Cayo Coco”, aún se pasean libremente en la Florida y llegan, incluso, a
vanagloriarse de sus criminales aventuras contra Cuba.
Mayo lo sabe bien
pues ha sido testigo de tanta canallada. Nosotros también lo sabemos, pues lo
hemos padecido.
Percy Francisco Alvarado Godoy
Percy Francisco Alvarado Godoy
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