Examiné a su debido momento los acontecimientos que caracterizaron la intentona golpista contra el gobierno de Rafael Correa, hace ya 4 años en el artículo que desempolvo para mis lectores.
El panorama y los riesgos siguen siendo los mismos.
Espero que su lectura y examen sirvan para alertar a los hermanos ecuatorianos sobre los latentes peligros que enfrenta la Revolución Ciudadana en Ecuador.
Los hechos en
Ecuador fueron realmente una intentona golpista de visos militar, político y
mediático, por parte de la derecha ecuatoriana y el imperialismo.
Autor: Percy Francisco Alvarado
Fecha de publicación: 01/10/10
Tras el demorado operativo de rescate efectuado por
miembros de las Fuerzas Armadas y de la Policía, que condujo a la liberación del
presidente de Ecuador, secuestrado en el Hospital Militar, culminaron cerca de
14 horas de tensión y de espera para el mundo entero que, temeroso por la suerte
de Rafael Correa, se sumó a la condena casi unánime contra el intento de golpe
de estado fraguado contra su gobierno.
Ya liberado y ante la presencia de millares de
miembros del bravío pueblo ecuatoriano, fue recibido por una multitud ante la
sede de Gobierno, donde se repudiaba a los conspiradores y a los solapados
autores intelectuales de la revuelta policial. Conciliador, por un lado,
expresó que entre los sublevados "no todos eran policías" y apuntó la
responsabilidad del plan golpista hacia el al presidente Lucio Gutiérrez y su
Partido Sociedad Patriótica. Luego, emocionado, agradeció a todos aquellos que
desafiaron el ultraje y la fuerza bruta de los amotinados, encabezados por
ministros, asambleístas, militantes de Alianza País, así como por hombres y
mujeres sencillos del pueblo. Para ellos el elogio a su valentía y a su fe en
la Revolución Ciudadana, cuando dijo: “A todo el pueblo, muchas gracias. Que
esto les sirva de ejemplo a los que quieren, no a través de las urnas, sino a
través de la conspiración, detener a la Revolución Ciudadana. Un agradecimiento
también a los miles de compañeros que fueron a verme, a rescatarme a la
policía, al hospital y cobardemente los recibieron con gas pimienta, gases
lacrimógenos, con piedras. ¿Cómo coño van a ser policías los que se comportaron
de esa manera?”
Correa retrató el siniestro plan de la oposición y,
sobre todo, alertó al pueblo sobre los peligros y la respuesta necesaria a los
mismos, al expresar: “La Fuerza Pública obligada a mantener el orden, secuestra
a su Comandante en Jefe y ataca a sus ciudadanos. Hoy es un día triste.
Atentos. Hoy apoyar más que nunca a esas decenas de miles de buenos elementos
de la Policía Nacional. Fueron unos cuantos que serán sancionados. No habrá
perdón ni olvido aquí y por supuesto la ley no será revocada. Por el diálogo
todo, por la fuerza nada.”
Por último, sin mostrar cansancio a pesar de ser
sometido a múltiples amenazas y presiones, a la par que sometido a una dudosa
operación, se le encaramó la esperanza en la mirada y en la voz, frente a su
pueblo valiente y presto. “A ustedes, mirar al futuro. Nos ha tocado una prueba
dura. El Hospital está destrozado, muchos enfermos han sufrido por culpa de
irresponsables. Ahora a mirar adelante y con muchas más ganas, con mucho más
valor hacer, que a nuestras Revolución Ciudadana no la para nadie ni nada.
El verdadero trasfondo de
los acontecimientos.
No detallaré cada parte de los acontecimientos, los
que son harto conocidos por el mundo. Sin embargo, hay sucesos que merecen
analizarse y que comprueban que no se limitaron a una sublevación de escasos
policías y militares en repudio a lo que veían como una ley que afectaba sus
derechos. Fue realmente un ensayo de golpe de estado que sirvió a las fuerzas
de la oposición para evaluar la capacidad de respuesta del pueblo y de las
instituciones gubernamentales, incluidas las fuerzas policiacas y militares del
país, así como la posición de otras naciones ante el ataque premeditado y
violatorio de la institucionalidad. Esto por supuesto, merece ser analizado en
cada una de sus particularidades.
Las naciones que han padecido los golpes de estado
ven con sorpresa ciertos indicios putchistas que tuvieron lugar durante el día
30 de septiembre: la toma de instalaciones militares y el acuartelamiento
sospechoso de las fuerzas armadas, el desconocimiento de las autoridades
gubernamentales; el cierre de los principales aeropuertos del país y
principales carreteras y vías de acceso a la capital; el establecimiento de un
entarimado mediático para distorsionar los hechos, la supresión de los órganos
de difusión vinculados al gobierno, como TV Ecuador; el ataque y toma de la
sede de la Asamblea Nacional; la incitación al caos y a la indisciplina social,
avalado por el abandono deliberado de los órganos policiales y militares de sus
misiones de proteger a la ciudadanía y a la propiedad, incluida la guardia de
seguridad legislativa, así como la creación de un ambiente de nociva confusión
en casi todo el país.
Varios artilugios fueron preparados en este caso.
Un hecho precedente y sospechoso, sin embargo, ocurrido días antes y que podría
estar vinculado a las acciones del día 30, cuyo propósito podría haber sido
inhabilitar a Correa en su capacidad de acción y movilidad durante la intentona
golpista, fue que éste fue sometido a una inadecuada androscopía, cuando lo
recomendable era realizarle una osteostomía, procedimiento menos invasivo y de
mejores resultados de acuerdo a su padecer de la rodilla. Sospechosamente,
muchos años antes, se utilizaron procedimientos quirúrgicos inadecuados en ex
mandatarios como Juan Velazco Alvarado, en Perú, y Saddam Hussein, en Irak,
para inhabilitarlos físicamente en medio de crisis políticas en sus países
respectivos. No se descarta, pues, que esta haya sido una maniobra premeditada
para incapacitar a Correa y hacerlo vulnerable en medio de la planeada crisis
golpista.
Otra de las maniobras previas al golpe se realizó
el 22 de septiembre de 2010, cuando grupos opositores trataron de recoger firmas
para revocar al presidente Correa, según estipula la Constitución del 2008,
para que el Consejo Nacional Electoral llame a la consulta popular. Los
resultados de la firma privada Cedatos-Gallup indicaron, mediante sondeos, que
la maniobra no prosperaría. Otras encuestadoras también favorecían a Correa. Es
por ello que el camino de las urnas estaba cerrado para los planes de la
derecha de derrocar a Correa por vía legal. Solo quedaba la opción golpista.
Asimismo, como antecedente a la intentona golpista,
otra igualmente denigrante se llevó a cabo el 16 de septiembre de 2010, cuando
varios legisladores de la oposición ecuatoriana acudieron a la Organización de
Estados Americanos (OEA) para difamar el contenido de un proyecto de ley de
comunicación en Ecuador, considerado por ellos como dañino a la libertad de
expresión por parte del gobierno de Correa. La difamatoria comisión incluía a
Fausto Cobo y Andrés Aguirre, ambos del Partido Sociedad Patriótica; César
Montufar de la Concentración Nacional; Leonardo Viteri, del Partido Social
Cristiano; Magali Orellana de Pachakutik; Andrés Páez, legislador de Izquierda
Democrática; así como al independiente Fernández González.