No me gusta usar
medias tintas para identificar a los acontecimientos, ni tengo censor que me
obligue a expresar libremente mi punto de vista sobre ellos. Es por ello que,
al referirme al caso relacionado con el intento de desmontar en Brasil el
programa Más médicos, puedo asegurar que estas acciones responden a una
conspiración secreta planificada, organizada y financiada en Estados Unidos que
involucran al propio presidente Trump, a su secretario de Estado Mike Pompeo,
al senador Marco Rubio, a otros altos funcionarios de la inteligencia USA y,
particularmente, al presidente electo brasileño Jair Bolsonaro. La embajada
norteamericana en Brasil y los consulados en Belo Horizonte, Fortaleza, Manaos,
Porto Alegre, Recife, Rio de Janeiro, Salvador, y Sao Paulo, monitorean este
plan.
El objetivo de esta
conspiración está claro: conjuntamente con el recrudecimiento del bloqueo
económico contra Cuba y la persecución a compañías que lo violan, la
prohibición de viajes a Cuba por parte de turistas norteamericanos y la lista
prohibida de centros turísticos que los mismos pueden visitar, la recrudecida
guerra mediática y la desinformación sobre la base de fake news, el ataque a Más Médicos persigue 1) eliminar
para Cuba una importante fuente de ingresos y 2) promover la deserción de un
importante número de personal de la Salud formado en la Isla, bajo dudosas promesas de
beneficio material individual.
La estrategia fue
planeada desde marzo pasado en un encuentro secreto entre Bolsonaro y Marco Rubio,
según denuncia la revista brasileña Carta Capital. En este tema acordaron no solo –según mis
fuentes– las futuras posturas de Bolsonaro contra Venezuela y su posible
implicación, de ser necesario, en una intervención armada para derrocar al
presidente Maduro. A la par, en el caso Cuba, se manejó la posible ruptura de
relaciones diplomáticas con la Isla, contribuyendo a la intención de aislarla
internacionalmente.
Rubio, junto a otros
miembros del gobierno de Trump vinculados al Departamento de Estado y la CIA,
diseñaron qué se haría para desmontar el programa Más Médicos, activado por la
ex presidenta Dilma Rousseff en 2013. Bolsonaro se limitó a aceptar esta
estrategia y se comprometió a implementarla lo más pronto posible. Uno de los
pasos concebidos fue esperar que Cuba, ante las provocadoras acciones de Bolsonaro,
retiraría a sus médicos, manipulando esta decisión por medio del tinglado
mediático de la prensa de derecha en Brasil y empleando a diversos factores “de
opinión” y de legislación para trastrocar y viciar la verdad. Para dar
continuidad a los iniciales acuerdos un hijo de Bolsonaro se entrevistó en el
reciente agosto con Steve Bannon, uno de los artífices del triunfo de Trump y
cercano colaborador a él.
Estados Unidos, según
los acuerdos, apoyaría mediante la diplomacia los intentos de Bolsonaro por
torpedear el programa Más Médicos, cosa que acaba de materializarse con las
recientes declaraciones de la subsecretaria norteamericana de Estado para
Asuntos del Hemisferio Occidental, Kimberly Breier. A esto se suma la prometida visita de John
Bolton, el asesor de seguridad nacional del presidente Donald Trump,
quien anunció hoy que visitará Río de Janeiro el próximo 29 de noviembre para
reunirse con el mandatario electo de Brasil, Jair Bolsonaro.
Todo un conjunto de
organismos internacionales como Solidaridad Sin Fronteras (SSF), la ONG radicada
en EEUU Cuban Archive, y otros brasileños se involucrarían para dar soporte a las
acciones de Bolsonaro, tanto en los grandes medios como en las redes sociales.
Las recientes acciones y declaraciones de la Asociación Nacional de Juristas
Evangélicos (ANAJURE) de Brasil de ofrecer asesoría jurídica a aquellos médicos
que deserten es parte de este plan macabro. También otros que se han involucrado en la
campaña contra Más Médicos son el Partido Demócrata, los colegios médicos entre los
que se destaca la Asociación Médica Brasileña,por citar algunos.
Los sitios
contrarrevolucionarios Diario de Cuba, CiberCuba y Radio Martí, entre otros se
han convertido en voceros mediáticos de las acciones que realizan en las redes
sociales. La falaz emisora se hizo eco de las declaraciones de la irlandesa Annarella O'Mahony, fundadora del grupo de Facebook
“No somos desertores, somos cubanos libres”, al divulgar el lunes 19 un
programa Levántate Cuba, donde se
dio a conocer el acciones de los mismos en la red Twitter, dedicados a incitar a
la deserción de médicos y personal de la salud cubanos en Brasil.
Otro complotado en el
plan es el médico desertor Alioski Ramírez Reyes, auto titulado Presidente de la Asociación de Cubanos Libres de Brasil, quien mantuvo el
mismo discurso anticubano y reclamó más apoyo de organizaciones como Reporteros
Sin Frontera y otros.
Otra complotada y de
viaja data en eso de satanizar a Cuba fue la desertora Anaymaría Vargas Ponciano,
graduada en 2010 y actualmente en Estados Unidos, quien lanzó convocatorias a
la deserción y manipuló la esencia humanista de la ayuda médica cubana a
Brasil.
Otra artimaña dentro
de este plan fue promovida por el abogado brasileño Jorge de Oliveira Beja, quien presentó ante el Supremo Tribunal
Federal brasileño un recurso de "habeas corpus" para que los 8.332
médicos cubanos, que trabajan actualmente en Brasil y fueron convocados de
regreso a su país, puedan permanecer en sus puestos como asilados o con visas
de residencia permanente.
Para manipular a la
opinión pública fue usada la desertora Ramona Rodríguez Matos, quien pidió
asilo en la embajada norteamericana en Brasil, luego de ser acogida al llamado “Cuban Medical Professional Parole”,
programa de los Departamentos de Estado y de Seguridad Nacional de EEUU creado
para acoger como refugiados políticos a los cooperantes médicos de Cuba en el
mundo, en cualquier embajada o consulado norteamericano.
Mucho trecho queda
por ver para un desenlace a este asunto. Mientras los conspiradores pretenden
dañar a Cuba, perjudican realmente a los pobres ciudadanos de Brasil despojados
a partir de ahora del acceso a la salud. Cuba, lo sé, no aceptará chantaje o
manipulación alguna. Para los médicos que pretendan abandonar su misión,
congraciarse con el enemigo y rehuir al humanismo en provecho personal, basta
hacerles recordar a la figura del doctor Mario Muñoz Monroy, médico entre los
asaltantes al cuartel Moncada, desplegado en el hospital, desarmado y asesinado
por la espalda por las hordas batistianas el 26 de julio de 1953, precisamente
cuando cumplía 41 años. Su entrega y humanismo serán un baldón y afrenta para el
desertor.