La CIA, su pantalla USAID y la OTAN agitadores violentos en las calles de Kiev
Andan
estos días las cosas revueltas por Ucrania. El color naranja-orina ha
vuelto a las calles de mano de EEUU, sus organizaciones delincuentes
disfrazadas de humanitarias y algún que otro indisimulado parlamentario
europeo convertido en alborotador-vándalo callejero. Ucrania es, de
nuevo, el objetivo de los terroristas financieros, tras el fiasco de
hace unos años. Bajo el institucional, relamido y mafioso discurso de
“avanzar en la democracia en el Este” EEUU y Europa han montado, a
través de sus peones en Ucrania, otro circo expansionista involutivo.
Ucrania es, de momento, el lugar de la última parada y fonda de los
gángsters americano-europeos, mientras mantienen su línea de acoso hacia
Bielorrusia, otro rebelde con el Nuevo Orden mundial.
En
Ucrania y Bielorrusia no tardaron Obama, Merkel y la OTAN en sacarse de
la chistera a dos víctimas de diseño: eligieron a la ucraniana
delincuente-corrupta rubia platino Yulia Timoshenko, mientras que en Bielorrusia escogieron a su particular marioneta de paja: Ales Beliatsky,
un compulsivo defraudador al fisco bielorruso, pero que va de campeón
de los derechos humanos en su país. Esta gente son los encargados de
llevar la democracia a Ucrania y Bielorrusia, respectivamente….del brazo
(armado) de la OTAN. Son el tipo de personajes que les encantan a la
Troika Comunitaria y a la Casa Blanca, “defensores de los derechos
humanos” fabricados en las cloacas de la CIA. Claro…¡cómo si no
supiéramos que son de su mismo palo! El de ser estafadores profesionales
y expertos en saquear-desplumar a sus ciudadanos.
El
caso de Beliatsky es especialmente significativo. Este bandido defraudó
más de 500 mil euros a las arcas de su país, fondos que procedían la
mayor parte de sospechosa financiación exterior. Eso sí, este mártir del
capital y los mercados fue premiado por el Departamento de Estado de
EEUU y, de rebote, se llevó otro premio, que titulan Vaclav Havel (en
honor a aquel mercenario checo neocon de la extrema derecha
estadounidense). En Bielorrusia se dejaron de chorradas, aplicaron la
ley y talegando al Beliatsky, que es gerundio. El icono
Beliatsky ya estaba, de todas formas, modelado y servido en el altar de
la ortodoxia capitalista, al igual que el de la recauchutada ucraniana
Timoshenko. Falsimedia haría el resto, publicitando a dos trileros a sueldo del FMI como víctimas de dos ogros ex soviéticos.
¿Cómo
se gestan todo este tipo de movimientos con aroma a injerencia
imperialista? Pues con lo más fácil del mundo: dinero. Es una forma más
suave y menos “traumática” que si Occidente se dedicase a organizar
atentados terroristas o infiltrar mercenarios criminales como en Siria,
donde tienen a sus “soldados” salafistas, dispuestos a todo y sin
compromiso alguno (aunque en Chechenia ya han intentado una reedición de
la AlQaeda afgana). Terrorismo de baja (y alta) intensidad con
aroma a naranja, a orines y a mierda bajo la atenta mirada de Merkel y
Obama. Con la vista puesta en el escudo anti-misiles (o antiruso), la
amenaza atlantista y cercando con púas y concertinas (cuchillas made in
Israel, of course) al Kremlin.
Una organización a la que Vladimir Putin pegó una oportuna patada en el culo echándola recientemente de Rusia es la USAID (Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional), tristemente
conocida por ser una de las pantallas “humanitarias” de la CIA. La
“ayuda” que facilita esta organización sirve para promover, primero, el
expansionismo económico y luego el militar de EEUU. Es una suerte de
cabeza de puente menos invasiva que la intervención armada directa
propiamente dicha. La CIA es quien maneja los hilos de la USAID (al
igual que el NED, la Fundación Nacional para la “democracia”),
descargando en esta agencia proyectos no militares para desestabilizar
aquellos gobiernos que son “hostiles” al imperio, ayudando
económicamente a instituciones o partidos políticos próximos a
Washington o bien penetrando ideológicamente en países de gobiernos que
ya son amigos. De este modo, organizaciones políticas
antigubernamentales de Bielorrusia y Ucrania han recibido más de 2000
mil millones de dólares en los últimos años, por las agencias paralelas
de la CIA, para estas operaciones de desestabilización, propaganda y
derrocamiento de líderes políticos mediante golpes de Estado “blandos”.
Mientras
tanto, en las calles ucranianas, la CIA y sus acólitos (incluido el
senador fascista estadounidense John McCain) escenifican payasadas como
el derribo de una estatua de Lenin y movilizan a sus fantoches
europeístas-otanianos para liquidar la supuesta “represión dictadorial”
de esos países. En cambio, otros muchos seguimos pensando que aquí se
está ventilando, de nuevo, una robolución
impuesta desde el exterior por los dictadores financieros, por Wall
Street, por la OTAN-Gladio, en contra de países que son opuestos a los
intereses de los oligarcas neocoloniales europeo y americano. Lo de
siempre, para no variar.
ACTUALIZACIÓN (26-ENERO-2014):
Aquí podemos ver la esencia democrática de los manifestantes opositores
ucranianos que los medios de desinformación y la CIA cobijan. EEUU y la
UE alentando y financiando la guerra civil en Ucrania.
Cuando el pueblo se levanta contra los terroristas financieros y sus brazos políticos (Gamonal, Burgos; 15-m)
son violentos y están fuera de la ley…Cuando los violentos en Ucrania
sacan, incluso, armas de fuego para disparar contra la policía…sólo
existe, surrealistamente, violencia policial mortal contra esas bandas
fascistas ucranianas…que tanto admiran en el ABC, ELPAIS, ELMUNDO y
demás detritus mediáticos del planeta.
Tomado de http://uraniaenberlin.com