El
Gobernador del Estado de Barinas Adán Chávez Frías denunció que a través de
mensajes en Twitter enviados desde Miami y España se está incitando a la
violencia en Venezuela. Se encargan de ello los grupos extremistas venezolanos,
en complicidad con grupos cubanoamericanos violentos, y la prensa vendida a sus
intereses
La
constante invitación a distancia a que los manifestantes no salgan de las
calles y aumenten la presión sobre el gobierno del Presidente electo Nicolás
Maduro, desde sus cómodas residencias y surtidos restaurantes de Miami y el
Doral, es parte de una receta declarada públicamente por los centros de poder
en Estados Unidos.
Está
contenida en la tesis sobre “La lucha política no violenta” de Gene Sharp, que
se ha editado como libro por cientos de miles de ejemplares para repartir en
los países donde existan gobiernos que no sean del gusto del Departamento de
Estado.
Por
cierto, lo de “lucha pacífica” y “no violenta” es un eufemismo, porque la
muerte y la destrucción se ha adueñado de aquellos países donde se ha querido
imponer la fórmula: En Irán, en Túnez, en Libia, en Siria, en Egipto, en
Ucrania y ahora en Venezuela. En realidad, el llamado cambio “gradual” y
“pacífico” de régimen no es más que una forma hipócrita de llamar a la primera
fase de un golpe de estado tradicional, que se consuma con una intervención
militar extranjera o la traición de un sector del ejército al servicio de los
intereses foráneos y las oligarquías.
Lo
más revelador de la incapacidad de la contrarrevolución en Venezuela es que el
propio libro de Sharp recomienda que mientras más se debiliten las
manifestaciones iniciales más hay que aumentar la propaganda y el activismo
desde la prensa para que estas se mantengan. Cosa que explica el aumento de las
calumnias y mentiras en la prensa de Miami, que esconde la información sobre la
progresiva normalización de la vida civil en el país sudamericano.
La
contrarrevolución venezolana asentada en Miami está recorriendo el mismo camino
hacia el fracaso que recorrió la contrarrevolución cubana.
Una
vez comprobado el carácter artificial y antipatriótico de la llamada oposición
cubana, los medios miamenses han pasado a ocuparse más de la situación
venezolana, como si intentaran realizarse en ella.
Con
sorprendente desfachatez aconsejan a los venezolanos permanecer en su país
“luchando por la libertad”, y no venir a Miami. Después que muchos de ellos
salieron huyendo de Cuba con dinero, joyas y títulos de propiedades en
enero de 1959, y hasta en diciembre de 1958, como es el caso de la familia
Díaz-Balart.
Varias veces a la
semana la señora Gisela Parra, flamante presidenta de la llamada Mesa de Unidad
Democrática (MUD) en Miami, participa en programas de televisión para incitar a
la violencia en Venezuela. El objetivo declarado de la sección de la MUD que
cómodamente dirige Gisela Parra desde el Doral no es otro que movilizar a los
venezolanos de Florida, Carolina del Norte, Carolina del Sur y Georgiapara garantizar el retorno de
la oligarquía proimperialista al poder.
El
autodenominado secretario ejecutivo de la MUD en Caracas y jefe de Parra es el
golpista Ramón Guillermo Aveledo, a quien en enero del 2013 el hoy Presidente
Nicolás Maduro denunció como el gran instigador de las campañas de difamación
en Internet contra el Presidente Hugo Chávez y su familia. No es casual que
Aveledo, que es un conspirador, tenga nexos probados con el
contrarrevolucionario de origen cubano Carlos Alberto Montaner y el derechista
español José María Aznar.
El 26 de junio del
pasado año las autoridades venezolanas revelaron un audio donde se demostraba
la conexión de Aveledo y la oposición venezolana con el Departamento de Estado
de Estados Unidos. Las palabras que siguen no las dijo ningún representante del
gobierno venezolano; pertenecen a María Corina Machado, una de las “heroínas”
de la actual oposición venezolana, junto a Leopoldo López: “Ramón Guillermo
Aveledo le ha dicho al Departamento de Estado que la única manera de salir de
esto, es provocar y acentuar una crisis... yo por ejemplo me fui a Washington y
Ramón Guillermo va la semana que viene y él decidió ir a raíz de una
conversación que tuvimos…”. (http://www.correodelorinoco.gob.ve/nacionales/revelan-audio-maria-corina-machado-planes-desestabilizadores-mud/)
Parte
de la oligarquía adinerada venezolana se ha establecido en Miami, y el
dinero y los votos hacen falta para ganar elecciones. Como en este año 2014 hay
en Estados Unidos elecciones parciales, la situación en Venezuela se ha
convertido en tema de la politiquería local. Han ido a hacer demagogia a los
Restaurantes El Arepazo (#1 y #2), el Senador Marco Rubio, el Gobernador de la
Florida Rick Scott, el Vicegobernador Carlos López-Cantera, y los congresistas
federales Ileana Ros-Lehtinen, Joe García y Mario Díaz-Balart.
Cada
uno ha pedido al Presidente Barack Obama acciones más concretas sobre
Venezuela. Desde Joe García, que pide una legislación más favorable para los
que supuestamente “huyen hacia la libertad”, pasando por Ros-Lehtinen que
demanda sanciones comerciales y diplomáticas, hasta Marco Rubio que donde
quiera que hay un problema insinúa la necesidad de una intervención
norteamericana a la fuerza.
Desde
Miami, unidos por la misma frustración, derechistas venezolanos y cubanos se
dedican a dar “cranque” para que crezca la violencia en Venezuela.
El
auto proclamado dirigente opositor José Antonio Colina, a quien se le tiene por
Teniente (Retirado) de las Fuerzas Armadas venezolanas, comentó ayer mismo para
una estación de Univisión Radio un artículo de Antonio María Delgado (simple
eco de los criterios de los golpistas Roger Noriega y Otto Reich) en El Nuevo
Herald, titulado “Coroneles venezolanos se insubordinan en Valencia”. En su
comentario Colina aseguró, sin citar fuentes, que le habían dicho que una
“rebelión” militar estaría a punto de expandirse por todo el país. Solo para
levantar el caído entusiasmo e invitar nuevamente a la violencia.
Además
de él, otros venezolanos como Roger Vivas en la estación radial La Poderosa, y
Rafael Poleo donde quiera que le den una oportunidad, incitan desde fuera del
agua al aumento de la confrontación en Venezuela.
Muy
activo se ha mostrado también el contrarrevolucionario venezolano de origen
cubano Robert Alonso (no “Roberto”, porque desea parecer más norteamericano),
hermano de la actriz María Conchita Alonso, en cuya hacienda se reunieron un
día los paramilitares colombianos que planeaban atentar contra vida del
Presidente Hugo Chávez. Robert Alonso actúa en Miami como representante de un
llamado Movimiento por la Recuperación de
Venezuela y protagonizó recientemente un altercado en la Sala de Sesiones del
Concejo del Doral, desde la que se daba un irracional “ultimátum” a las Fuerzas
Armadas Bolivarianas. En medio del acto injerencista, los promotores acusaron a
otro de los presentes de ser “chavista” y se produjo una bronca que mereció la
presencia de la policía.
Como
decía, y tuvo que reconocer hasta José Hernández, secretario adjunto en Miami
de la Mesa de Unidad Democrática (MUD), según el mismo El Nuevo Herald, el tema
de Venezuela está siendo manipulado para hacer politiquería local.
La
Revolución Bolivariana todavía es joven y por eso se ensañan con ella. La
Revolución Cubana ha madurado y tiene sólidas instituciones que le permiten
centrarse en el desarrollo económico y el perfeccionamiento del país. En los
años 60 Cuba también tuvo que enfrentar una contrarrevolución armada y
violenta, la cual fue rotundamente derrotada. Actualmente la llamada oposición
no es más que un grupo de personas pagadas desde el exterior, que como mismo
han reconocido diplomáticos norteamericanos destacados en Cuba en sus
comunicaciones privadas al Departamento de Estado, no tienen ninguna
influencia, ni siquiera en su entorno inmediato, a nivel de edificio, de cuadra
o de barrio.
Por
eso es tan grande la frustración en Miami. Por eso Ninoska Lucrecia Pérez
Castellón, vocera en Radio Mambí de lo peor de la derecha cubanoamericana, se
relame de gozo con los ultrajes a la bandera cubana por grupos extremistas en
Venezuela, y comparte las amenazas a trabajadores y deportistas cubanos en ese
país.
Si la
contrarrevolución cubana en Miami ha llegado a disfrutar de la deshonra de los
símbolos históricos de la nación y a justificar el derramamiento de la sangre
de sus hijos, entonces puede darse por sepultada (que ya lo estaba) para el
futuro de Cuba.
Edmundo García
La tarde se mueve
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