La actividad de
AMAN demuestra, por tanto, un alto nivel de preparación de sus operativos,
capacidad de monitoreo y eficacia de sus redes en el exterior, así como una
alta coordinación con agencias y secciones del Mossad y el Shabak para cumplir
sus misiones. La experiencia alcanzada en materia de estudios de perfiles de su
posible agentura, la agresividad de sus katzas (espías) en la búsqueda de
información, los niveles de compartimentación entre sus oficiales, así como su
relación directa con los altos puestos gubernamentales y del ejército, le hacen
un servicio dinámico, de alta eficiencia y suma peligrosidad. Sin embargo, el
AMAN cuenta con páginas muy oscuras que ensombrecen cualquier autocomplacencia
de sus jefes y agentes, pues no todo ha sido color de rosa para ellos.
NO TODO HA SIDO GLORIAS PARA LA DIRECCION DE
INTELIGENCIA MILITAR AMAN
Una de las
chapuzas del AMAN tuvo lugar en 1973 cuando disponiendo de información
suficiente sobre las intenciones egipcias de realizar un ataque contra ellos,
usando los Segundo y el Tercer ejército, mediante un movimiento de penetración
de cerca de 10 kilómetros por los pasos de Mitla y Gidy, cruzando el Canal de
Suez, para despejar el avance de las tropas, así como información sobre el
ataque de paracaidistas y fuerzas navales por Sharm-el-Sheikh, Sinaí,
menospreciaron esta información, al igual que los planes que estaba elaborando
Siria al mismo tiempo. Esta subestimación de la información por parte de los
analistas de AMAN no les permitió preparar una respuesta militar a tiempo. En
esta oportunidad, AMAN sucumbió ante la labor desinformativa de sus enemigos.
En julio de 2006 AMAN sufrió otra sonada bofetada en relación con el misil iraní C-802, al desconocer totalmente la existencia de esta nueva arma fabricada en un absoluto secreto que no pudieron vulnerar |
En julio de
2006 AMAN sufrió otra sonada bofetada en relación con el misil iraní C-802, al
desconocer totalmente la existencia de esta nueva arma fabricada en un absoluto
secreto que no pudieron vulnerar, lo que trajo como consecuencia la destrucción
de una de sus naves misilísticas por parte de Nasrallah. Esto ha colocado al
AMAN en la coyuntura de reforzar desde ese tiempo los estudios y análisis sobre
los arsenales de sus enemigos, particularmente Irán, Siria y la organización
Hezbolla.
Una operación
conjunta entre el AMAN y el Shabak en 1984 relacionada con el rescate de
rehenes en un autobús, conocida como KAV 300, como señalamos con anterioridad,
colocó a ambos órganos en una situación de crisis y su actividad fue duramente
cuestionada por los propios políticos que muchas veces les apoyaron en sus
oscuras actividades. La ejecución extrajudicial de las dos personas que
secuestraron el autobús y el intento de ocultar el hecho mediante falsificación
de testimonios, conllevó a que el jefe del Shabak, Avraam Shalom, fuera
obligado a renunciar a su cargo. Tanto el AMAN como el Shabak fueron
reprendidos a espaldas de la opinión pública, aunque mantuvieron sus métodos de
represión, secuestro y violencia descontrolada con posterioridad.
Como ya
señalamos, el AMAN tiene entre sus segmentos estructurales a la División de Seguridad, encargada de la protección de las instalaciones
gubernamentales. La que fue seriamente cuestionada en 1995 luego del asesinato
del primer ministro israelí Isaac Rabín, a manos de Yigal Amir. No escapó tampoco el Shabak, cuyo
jefe, Carmi Gillon, tuvo que dimitir por las fallas evidentes de seguridad en
la custodia del premier Rabín.
La aureola de crueldad que ensombrece al AMAN,
al Shabak y a la propia Mossad, denunciadas públicamente en múltiples
ocasiones, ha conducido a un constante cuestionamiento en todo el mundo.
Incluso, dentro de sus filas, hay muchos oficiales que son reticentes al empleo
de métodos crueles e inhumanos.
En este
sentido, fueron tales los escándalos sobre la forma de ejecutar criminalmente
las operaciones y el salvajismo de los asesinatos cometidos por el Sayeret
Matkal del AMAN que, el 21 de diciembre
de 2003, varios reservistas pertenecientes al mismo, dirigidos por el
mayor Rav Seren, escribieron una carta
al primer ministro israelí negándose a cumplir sus servicios en territorios
ocupados. El sentir expuesto en la carta es evidente: “Hemos venido a decirle,
señor Primer Ministro, que nosotros ya no seremos cómplices en el reinado de la
opresión en los territorios y la negación de los más elementales derechos
humanos de millones de palestinos, ni vamos a ser el escudo de los
asentamientos erigidos en tierras confiscadas”.
Sobran, pues,
los comentarios.
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