La cadena NBC puso al
descubierto cómo el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) ha infiltrado
dentro de la caravana de migrantes estacionados y en marcha hacia la frontera
entre México y Estados Unidos a un numeroso grupo de espías contratados para
recabar información de inteligencia sobre sus movimientos y planes venideros.
Estos agentes oportunistas reciben pagos en secreto por parte del gobierno USA.
A la par, agencias de inteligencia monitorean las redes sociales, como Twitter
y Whatsapp para identificar el comportamiento, composición y estrategias de
estos grupos y sus líderes.
La complicidad del
gobierno mexicano con la inteligencia norteamericana se mantiene mediante un
intercambio permanente de información, detectando aspectos relacionados con
supuestas amenazas a la seguridad de ambas naciones. No resulta extraño que
parte de esta conspiración se manifieste en la manipulación mediática para
vender la falsa imagen de que estos inmigrantes pueden representar un peligro
para México, de allí los constantes ataques y abusos contra los migrantes por
parte de ciudadanos en diversos lugares en la frontera en la parte mexicana. Es
decir, se establece un freno para la entrada mientras se organizan ataques en
la retaguardia.
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