miércoles, 1 de agosto de 2012

Amenaza de un demente hacia mi persona.


La dignidad del enemigo se respeta cuando se fundamenta en ideas, aunque éstas no sean coincidentes con las nuestras, Sin embargo, el odio irracional, enfermizo, demencial, de algunos de los enemigos de mi libre idea de pensar, se manifiesta a diario en mensajes colocados en mi blog.

Como puede observarse en los dos mensajes que saco a la publicidad el irrespeto no es solo para mí, sino también para "mi puta" isla, ofendiendo a la Cuba de todos los cubanos, donde quiera que estos se encuentren. De hecho, nos ofende a todos.

Odio como éste solo puede ser promovido por una persona sin sentimientos, capaz de pisotear cadáveres y asesinar a inocentes a mansalva como lo hizo, no hace mucho Anders Behring Breivik, en Noruega. Así lo hicieron los criminales nazis en toda Europa durante la Segunda Guerra Mundial. Así mancillaron el cuerpo inerte de Gadaffi.

¿Me rendrán por ello? Claramente, no.

Estos son los dos mensajes del dolido lector de mi blog:

comunista de mierda te voy a arrancar el puto corazón si sigues con tus mentiras y propaganda de izquierda hijo de puta voy a orinar sobre tu cadáver rojo de mierda en Los Contras que atacan Siria mutilan cadáveres de compañeros para ocultar su nacionalidad (30/07/12) Anónimo

que mierda retas rojo hijo de puta yo te reto a que abran sus fronteras haber en cuanto tiempo se vacía tu puta isla perro maldito censúrame esto (|) maricón de izquierda en Reto a la portavoz de la Damas de Blanco en Europa. (30/07/12) Anónimo

Como puede ver el autor de estos mensajes, no lo censuré. Le di espacio para expresar su manera de pensar para que le juzguen los hombres y mujeres que lean mi blog. Ellos serán los únicos jueces en este asunto. Ellos sabrán si hay o no una amenaza de muerte implícita.

Yo me mantendré defendiendo a lo que pienso  y siento.

Percy Francisco Alvarado Godoy.

1 comentario:

  1. Los cobardes nunca dan la cara,pero si amenazan,son faltos de coraje y de argumentos sólidos para criticar,se dejan utilizar como mercenarios, pues ni titeres son, ya que la necesidad de dinero los agobia de tal manera, que no pueden prescindir de él,

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