Así se investigó la mayor filtración sobre paraísos fiscales junto a The Washington Post, BBC…
Web The Center for
Public Integrity
Un paquete
inesperado, un disco duro con 2,5 millones de archivos y datos sobre más
de 122.000 sociedades en paraísos fiscales. Estas tres magnitudes resumen
la dimensión de la investigación realizada por el Consorcio
Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ por sus siglas en
inglés), una red mundial de profesionales especializada en la
elaboración de reportajes de investigación. Fundada en 1997, esta
organización fue impulsada por el Centro para la Integridad Pública (Center
for Public Integrity), un organismo estadounidense sin ánimo de lucro
dedicado a investigar asuntos transfronterizos.
Para
afrontar este trabajo, el grupo de periodistas aglutinados en torno a
ICIJ ha colaborado con responsables de importantes medios
internacionales como el periódico británico The Guardian y
el consorcio público de medios BBC, el diario francés Le
Monde, la cabecera y emisora alemanas Süddeutsche Zeitung y Norddeutscher
Rundfunk, el estadounidense The Washington Post, la televisión
pública canadiense CBC y otros 31 asociados más de todo el
mundo, entre los que figura El Confidencial. Fruto de esta
colaboración de 90 periodistas en casi 50 países se han descubierto
secretos y negocios ocultos de políticos, estafadores y grandes fortunas de
todo el mundo.
Los
archivos filtrados han proporcionado datos y pruebas (transferencias de
efectivo, fechas de incorporación, vínculos entre sociedades
opacas y sus dueños) que ilustran perfectamente cómo el
secreto financiero internacional se ha ido extendido progresivamente a lo largo
de todo el mundo, permitiendo que ricos e influyentes puedan evadir
impuestos, al tiempo que en ocasiones llegan incluso a generar o amparar
situaciones de corrupción castigadas por la ley. En total, la investigación
revela los intereses ocultados en paraísos fiscales de personas y compañías a
lo largo de más de 170 países y territorios.
Este
botín de documentos representa la mayor cantidad de información privilegiada
sobre el entramado offshore jamás obtenida. El tamaño total de los archivos,
medido en gigabytes, es más de 160 veces mayor que la filtración de
documentos del Departamento de Estado de Estados Unidos realizada por Wikileaks
en 2010. "Nunca he visto nada como esto. Este mundo secreto finalmente
ha sido revelado", afirmó Arthur Cockfield, profesor de derecho y experto
en impuestos de la Universidad de Queen en Canadá, quien revisó algunos de los
documentos durante una entrevista con la corporación pública canadiense CBC.
El
inicio del trabajo de investigación sobre el secreto mundo de los paraísos
fiscales comenzó después de tener acceso a un disco duro repleto de información
corporativa y personal, además de correos electrónicos, referidas a dos
sociedades especializadas en esta actividad. Los más de 260 gigabytes de datos
sobre firmas en paraísos fiscales llegaron a manos del
director de ICIJ, Gerard Ryle, a raíz de su investigación
durante tres años del que se descubrió como mayor caso de corrupción en la historia de Australia (Firepower
sacandal), un fraude corporativo con ramificaciones en paraísos
fiscales.
El
análisis del disco duro reveló la existencia de 2,5 millones de archivos,
incluyendo más de dos millones de e-mails que ayudan a trazar un perfil
de la industria offshore durante un largo período de expansión.
El disco contenía cuatro grandes bases de datos, así como más de medio
millón de textos, documentos pdf, hojas de cálculo, imágenes y archivos de
Internet. Tras ese mar de información en bruto, se escondían datos de
diez jurisdicciones offshore, incluyendo las Islas Vírgenes
Británicas, las Islas Cook y Singapur, con información de más de
122.000 compañías instrumentales, cerca de 12.000 intermediarios y
alrededor de 130.000 registros sobre personas.
En la mayoría de las
ocasiones, estas personas identificadas son accionistas, directores,
secretarios y apoderados de las sociedades opacas y trusts, además de
testaferros o mariachis, individuos que, por una tarifa, prestan
sus nombres como titulares de oficinas de empresas que no conocen. Este
dispositivo permite crear complejas estructuras societarias que están
ideadas y diseñadas para ocultar la verdadera propiedad y control de
los activos aparcados en el paraíso fiscal de turno.
Esta información se elaboró a partir de un artículo publicado originalmente porDuncan Campbell, miembro fundador del ICIJ
Tomado de El Confidencial
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