Pensaba comenzar este texto recontando el número de muertos en esta
semana tan sólo en Michoacán y Guerrero. Pero para estas alturas, a todo
el mundo –a todo el mundo-, le queda claro que seguirán cayendo cuerpos
en México en tanto nadie esté dispuesto a hablar de las causas que han
orillado al país a este infierno.
Yo, con el mismo derecho a opinar que tiene, por ejemplo, Eduardo
Buscaglia, el mayor experto de la ONU en temas de narcotráfico, también
tengo mi opinión sobre la violencia en México. Estoy seguro que la
sangre corre porque a alguien, o varios, están felices con la situación
¿Pero cómo se me ocurre decir tremenda cosa? Acaso una absurda obviedad.
Bueno, siempre hay quienes. En este caso, los mismos. Básicamente,
quienes tienen en el mercado de guerra la vía corta para seguir
haciéndose millonarios.
Y no, no son los capos ni los sicarios, aún con sus millones de
pesos en la bolsa. Hablo de los dueños de la economía capitalista, los
titiriteros. Los encargados de crear ganancias, por ejemplo, con la
venta de armas y que la droga tenga un uso políticamente redituable; es
decir, poder que a su vez permita sentar las bases para hacer más
negocio.
¿Pero
se puede hacer negocio con la muerte? De mil maneras. Por ejemplo, las
pólizas de seguros. En Estados Unidos y poco a poco en México, es
frecuente que los trabajadores de una empresa como Wall Mart, por
ejemplo, estén obligados a firmar un seguro de vida. El objetivo es
sencillo: si el empleado muere, la empresa cobra la póliza. No la
familia, porque así no es el contrato. Y en el flujo de la especulación,
entre más joven y si de preferencia se es mujer, mucho mejor. Más
valor, más ganancia.
Lo mismo con la violencia. Ésta, como las pólizas de seguros, son
dividendos de la especulación financiera, tópicos mediante los cuales se
puede hacer negocio. Por ejemplo, la cantidad de armamento, utensilios
de guerra, autos, ropa, zapatos, joyería, servicios, industrias
culturales, tecnología, ingeniería, construcción, materiales de oficina,
comida, materia prima, químicos, semillas, abonos… El narco es un
negocio redondo. Y sin declaración de impuestos ¿Jugoso, cierto? ¿A qué
clase de ambicioso no le gustaría obtener algo de esas inmensas
ganancias? Eso lo saben bien en Wall Street y en la Bolsa Mexicana de
Valores.
No es un secreto que quienes dominan el dinero, dominan el poder.
México, Colombia, Chile, Estados Unidos, Perú… todas esas y muchas más
en el mundo, son Presidencias comparadas por los capitalistas. En
general, un país como estos es como una caja de disfraces, siempre hay
uno qué usar. Usar todos y de distintas formas, explotarlo hasta que
quede hecho trizas. Y entonces ir por una caja nueva. La ambición
infantil, la que no pretende asumir responsabilidades y límites, es la
misma que mueve a la gente del dinero. Mientras haya ganancia, habrá
negocio. La gente puede sufrir muertes atroces y qué importa. Ningún
imperio económico se construyó sobre valores de respeto y honestidad.
Ninguno.
Algunos piensan que legalizar las drogas es el camino. Que
arruinarán su negocio ¿Arruinar su negocio? Ellos son dueños del
negocio. Pasar de lo ilegal a lo legal no es ningún problema para quien
tiene compradas las leyes. No. El asunto acá no pasa por la sangre, las
decapitaciones, ni las atrocidades, o cómo evitarlas. Al menos no dentro
de este sistema donde todo, absolutamente todo, es un tejido de
relaciones mercantiles. Lo bueno, y lo mano. El cielo y el infierno. Lo
bello y lo horrendo. Todo en él puede volverse mercancía.
¿Qué pasa entonces si liquidamos el sistema? ¿Si cortamos los hilos
de las relaciones mercantiles? Sencillo. Dicen que si quieren matar un
árbol, córtalo de raíz ¿cierto? Lo mismo pasa con la violencia en México
¿Qué la origina? La posibilidad de obtener inconmensurables ganancias a
costa de ella. De tal manera que ésta seguirá, mientras los tejedores
sigan tejiendo negocios sobre ella ¿A quién le importa lo que pase en
los arenales de Apatzingan, Michoacán, o en Coyuca de Benítez, Guerrero,
si el verdadero núcleo del problema de halla sobre una línea ascendente
en la Bolsa de Valores?
Por Alberto Buitre, tomado de Oficio Rojo
http://elcomunista.nuevaradio.org
Es increíble que Peña Nieto no tenga ni gota de sensibilidad, de la situación que padecemos los ciudadanos honestos, por las extorsiones de las que somos victimas los ciudadanos que nos dedicamos ha trabajar, con el temor de encontrarnos, con un grupo de asesinos drogados, valentones por portar armas y coludidos bajo el amparo de las policías de todos los niveles, si la población decide defenderse, fabrican falsas acusaciones, como ejemplo lo que sucedió al Dr. Míreles en Michoacan
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