Aún cuando la heroína mexicana no alcanza todavía los altos niveles
de pureza que la producida por los narcos colombianos o de Asia, los
mexicanos han ido ganando espacios en el mercado de la heroína en
Estados Unidos, donde compiten con precios más accesibles y un producto
más potente, coinciden reportes internacionales y estadunidenses. El
gobierno de Barack Obama los identifica como los principales proveedores
de los heroinómanos de su país.
Las cifras oficiales de México demuestran también que más allá de la
mariguana y la cocaína, los narcotraficantes de México han sido muy
activos en la producción y traslado de heroína a Estados Unidos. No
obstante las diversas políticas de combate al narcotráfico, el cultivo
de amapola y la producción de heroína han sido más que estables, por lo
menos desde hace 20 años. Durante ese periodo, la delincuencia
organizada ha sofisticado sus técnicas y elevado la calidad de su
adictivo producto.
Las áreas de cultivo de amapola en el país se ubican en los estados
del Pacífico, desde Oaxaca hasta Sinaloa y parte de la sierra de
Chihuahua, y de acuerdo con los reportes de plantíos erradicados desde
el sexenio de Ernesto Zedillo, las organizaciones delictivas tienen en
esa droga una de sus importantes fuentes de ingreso.
Según el Primer Informe de Gobierno de Enrique Peña Nieto, en la
administración zedillista se destruyeron 96 mil 705.8 hectáreas de
amapola; en la de Vicente Fox la erradicación abarcó 112 mil 733.1
hectáreas, y en la de Felipe Calderón la cifra bajó a 87 mil 70.5
hectáreas, pese a su guerra contra el narcotráfico, que dejó
oficialmente más de 60 mil muertos.
La constante en las dos décadas pasadas ha sido el incremento en la
producción de heroína, un derivado de la amapola. Zedillo aseguró una
tonelada 363.3 kilos de la droga; Fox, una tonelada 956.4, y Calderón,
dos toneladas 216 kilos.
La misma tendencia de cultivo y producción se mantuvo en el primer
año del gobierno de Peña Nieto. El mismo informe dice que tan sólo en
los primeros seis meses, se erradicaron tres mil 96 hectáreas y se
aseguraron 237.7 kilos de heroína, cifra que supera al promedio anual
durante el régimen de Zedillo.
EN EU, REPORTES COINCIDENTES
Los números de Estados Unidos confirman el incremento de heroína
proveniente de México. El Informe 2013 titulado, “Estimado sobre la
Amenaza Nacional de las Drogas”, elaborado anualmente por la
Administración Federal Antidrogas (DEA, por sus siglas en inglés),
afirma que los cárteles mexicanos tienen un papel cada vez más relevante
en la provisión de heroína a los consumidores estadunidenses.
Directo contra los cárteles de su frontera sur, el reporte indica:
“La disponibilidad de heroína continuó incrementándose en 2012, en su
mayoría probablemente debido al incremento en la producción de heroína
mexicana, y a que los traficantes mexicanos se han expandido a los
mercados del occidente del medio oeste estadunidense, que
tradicionalmente han sido surtidos con heroína blanca”.
Agrega que la cantidad de esa droga asegurada en la frontera suroeste
de Estados Unidos aumentó entre 2008 y 2012, lo que, junto con otros
indicadores, apunta al incremento del tráfico tanto de heroína mexicana
como de la producida en Sudamérica y que pasa por México.
Si bien Calderón abrazó la estrategia antidrogas de Washington, la
DEA dice que en cuatro años del sexenio pasado, la cantidad de heroína
incautada en la frontera con México creció en 232%. De 558.8 kilos
confiscados en 2008 se pasó a mil 855 kilos en 2012.
Otro documento, el “Informe Mundial sobre las Drogas de 2013”,
elaborado por la Oficina de Naciones Unidas sobre Drogas y Delincuencia,
concluye que no obstante la falta de datos consistentes, México ha
aumentado su potencial de cultivo de amapola, producción de heroína y
tráfico de ésta a Estados Unidos, una tendencia opuesta a lo ocurrido en
el caso de Colombia, nación que durante años se mantuvo como la
principal proveedora del opiáceo al país del norte.
Con base en datos oficiales de Colombia, la ONU señala que ese país
experimentó una fuerte declinación en la producción de opio y heroína
entre 1998 y 2007, con un posterior descenso en 2011: “En comparación,
en México, el potencial de producción de heroína se estima que es 30
veces más alto que en Colombia y los niveles de incautación de heroína
mexicana alcanzaron en 2011 los de Colombia”, superiores a la tonelada y
media.
Diversas estimaciones coinciden en que los narcotraficantes mexicanos
tienen una tercera parte del mercado estadunidense de la heroína. En
2010, la organización no gubernamental Rand Corporation estableció a
partir de modelos matemáticos que 30% del opiáceo que entonces consumían
los adictos estadunidenses provenía de México, cifra similar a la
heroína producida en Colombia y que pasa por México.
Según ese cálculo, incluido en la publicación “Reduciendo los
ingresos y la violencia del tráfico de drogas en México”, los
traficantes mexicanos de heroína hacia ese año obtenían ganancias por
400 millones de dólares anuales, contra 700 millones de los colombianos;
la diferencia se debe a la pureza de la droga. El precio del kilo al
menudeo fue estimado en ese momento en 450 mil dólares, tres veces más
que el kilo de cocaína.
La Oficina sobre Política Nacional para el Control de las Drogas, que
depende de la Casa Blanca, asegura en cambio que México ya es el
principal proveedor de heroína en Estados Unidos. En un documento
titulado, “El mercado internacional de la heroína”, indica que en la
década pasada bajó el nivel de cultivo y producción de opio en el
llamado “triángulo dorado del sureste asiático”, donde convergen
Birmania, Laos y Tailandia; aunque la ONU reportó en diciembre último
que la región se recuperó en 2013 y aumentó su producción en 22%.
En su reporte, la Oficina de la Casa Blanca ubicó a Afganistán —bajo
control de Estados Unidos durante la década pasada—, como el principal
proveedor de opio en el mundo, con 80% de la distribución, mientras que
América Latina evolucionó como el primer proveedor de heroína a Estados
Unidos.
Destacó que la heroína mexicana es “la más prevaleciente al occidente
del río Mississippi, y la colombiana dominante en el este”, donde se
ubican ciudades como Washington y Nueva York y estados como Pensilvania,
en la frontera con Canadá. Apenas en noviembre pasado fueron detenidos
traficantes de heroína mexicana en el aeropuerto internacional de
Calgary, una zona a la que tradicionalmente ha llegado heroína de Asia.
Pero al igual que lo hace la DEA, la Casa Blanca observa que, en
contraste con Colombia, el cultivo de opio en México se mantiene alto,
por lo que continúa como el proveedor primario de Estados Unidos.
Asegura que los cultivos estimados alcanzaron en 2012 las 10 mil 500
hectáreas, con una producción potencial de 26 toneladas de heroína. El
gobierno de Calderón reportó que ese año, el último de su
administración, erradicó 15 mil 786 hectáreas e incautó 246.6 kilos de
heroína, menos de 1% de la producción estimada por el gobierno de Barack
Obama.
La firma privada Stratfor, dedicada a la elaboración de análisis de
seguridad e inteligencia, va más allá que la Oficina para el Control de
Drogas de la Casa Blanca: afirma que México se está convirtiendo en el
segundo proveedor mundial de heroína, pues ya en 2009 la DEA estimó que
el crecimiento de los cultivos mexicanos podría abastecer 7% del mercado
mundial, aunque muy lejos del 80% de Afganistán.
Explica que la expansión de la heroína mexicana se debe a que es más
barata y muy potente: “Mientras que la mayoría de la goma de opio en
Afganistán, sureste de Asia y Colombia es sintetizada en heroína blanca,
en México los grupos delictivos han desarrollado un camino más corto en
el proceso de síntesis química, lo que da como resultado una heroína
oscura y viscosa (identificada en inglés como blacktarheroin), que es
más barata pero muy potente”.
En una serie sobre las mercancías delictivas publicada en marzo de
2012, Stratfor asegura que los productores mexicanos de heroína se
saltan el paso intermedio de aislar la morfina y sintetizan aquélla
directamente del opio. Además de hacerlo más rápido, reemplazan el
anhídrido acético —un reactivo que es caro y está muy regulado—, con
ácido acético, que diluido se convierte en vinagre.
La diferencia es clara y se refleja en el potencial de lucro.
Mientras que para hacer un kilo de heroína se requieren 50 dólares de
anhídrido acético, se necesitan sólo 10 de ácido acético. El resultado
es que la heroína oscura y viscosa no es tan pura y no se ve tan limpia
como la blanca, pero puede ser fumada, aspirada o inyectada.
Según Stratfor, los productores mexicanos también han elevado su
producción por hectárea. Si en el 2000 requerían 90 hectáreas para
producir una tonelada de heroína, en 2009 ocuparon 46, ubicándose aún
por encima de la media mundial de entre 20 y 40 hectáreas.
Apoyada en estimaciones de la DEA, la firma estima que, a pesar de su
baja calidad, esa heroína se cotiza hasta en 15 dólares por una décima
de gramo cuando es entregada en domicilios particulares, como si fueran
pizzas, por las cadenas de distribución, “muchas de las cuales tienen
vínculos con México”.
Ubica la producción de amapola en algunos estados de la Sierra Madre
Occidental, como Chihuahua, Sinaloa, Durango, Nayarit y Jalisco, y en
otros del Pacífico Sur, como Michoacán, Guerrero y Oaxaca, donde los
cultivos crecen a una altura superior a mil metros sobre el nivel del
mar y con aire seco.
Por las zonas de producción y las rutas que podrían ser utilizadas
para traficar la heroína a Estados Unidos, “parece que la de Sinaloa
podría ser la más beneficiada”. Apunta que muchos de los traficantes de
la blacktarheroin detenidos en Estados Unidos tienen vínculos con esa
organización.
Aclara que sus rivales más importantes, Los Zetas, “no están
excluidos del todo del mercado de la heroína, sobre todo en el sur de
Texas, además de que existe cultivo de opio al suroeste de México, bajo
el control del Cártel del Pacífico, que está afiliado a Los Zetas”.
REBROTES DEL CONSUMO
En Estados Unidos se ha puesto de relieve desde la década pasada la
incursión de los cárteles mexicanos en estados tradicionalmente
controlados por los narcotraficantes colombianos, así como la calidad de
la heroína mexicana y el abuso de esta droga.
De acuerdo con la Administración de Servicios para el Abuso de
Sustancias y Enfermedades Mentales (Samhsa, por sus siglas en inglés),
el abuso en el consumo de heroína se elevó desde 2007 de 373 mil
usuarios a 669 mil en 2012, aunque el número puede ser aún mayor, por
los casos no registrados oficialmente.
La cifra indica el rebrote del consumo de heroína en Estados Unidos,
luego de la alta incidencia de finales de los años 70 y de la época
posterior a la Segunda Guerra Mundial.
Los narcotraficantes de heroína mexicanos están tomando control de la
zona del medio oeste y occidente de Estados Unidos, a los que no habían
podido acceder debido a la impureza de su producto, lo que la hacía
menos atractiva, comparada con la heroína blanca de Colombia y Asia.
Jorge Carrasco Araizaga
Tomado de http://tribunacampeche.com
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