Esta fotico es para que la bilis se le alborote. |
Yo soy Fraile, no Chacumbele
La permanente orientación de
los enemigos de la Revolución Cubana es falsear nuestra historia, con el
despropósito de confundir a las nuevas generaciones y en esto es ducho Diario
de Cuba. Como mi respuesta al artículo de la autoría de Pablo Pascual Méndez
Piña, titulado "Entre explosivos y pacotilla", aparecido en mi
sitio con el título "Diario de Cuba y una mentira sobre el terrorismo
en Cuba", desmonto un intento de desvirtuar los acontecimientos que –dentro
de la oleada terrorista contra Cuba- condujeron al asesinato del joven italiano
Fabio di Celmo y a la captura del ejecutor material de este condenable hecho:
el terrorista salvadoreño Raúl Ernesto Cruz León.
Inicia este manipulador una
segunda andanada en un artículo titulado "El Fraile sigue matándose
como Chacumbele" (http://www.diariodecuba.com/cuba/1405957220_9604.html) ,refiriéndose a mí como “un tal Percy Francisco Alvarado Godoy”,
ignorando que estuve involucrado directamente en el enfrentamiento a los
mismos. Pasé años infiltrados dentro del ala terrorista de la FNCA, desnudé la
existencia de una conspiración elaborada en Miami y cuyos lazos se articularon
con el criminal Luis Posada Carriles y su célula terrorista en Centroamérica, verdaderos
autores intelectuales de esta agresión contra nuestro pueblo. Además de ello,
fui testigo en la causa en que juzgo a los autores materiales – Raúl Ernesto
Cruz León y Otto René Rodríguez Llerena.
Dice el señor Méndez Piña que
su artículo "Entre explosivos y pacotilla", lo realizó
mediante una reconstrucción de los hechos, opiniones y testimonios de algunas
fuentes, en torno a estos eventos. Ni da a conocer sus fuentes, ni el origen de
sus testimonios. El supuesto informante de Méndez Piña, un ex funcionario
aduanal, no aparece con identidad alguna. Toma a la vez, un relato aparecido en
Ecured que, por las características de su formato, es solo una sinopsis de los
hechos, valiosa y no lo niego, pero que no refleja con lujo de detalles toda la
labor de detección, búsqueda y captura del terrorista. En ambos casos, Méndez
Piña pecó de ligero y poco exigente en el basamento de su historia.
Lo interesante de todo es
que su objetivo manipulador estaba dirigido en varias direcciones:
● Mostrar la ineficacia de
nuestros órganos de enfrentamiento en esos momentos ante la oleada terrorista.
● Presentar el actuar de los
terroristas con total impunidad.
● Tratar de impostar la
matriz de opinión de que los ataques terroristas fueron un montaje de Cuba.
● Vincular a Cuba con el
terrorismo, es decir, trastrocar la víctima en victimario.
No aparece en ninguna parte
de sus trabajos alusión alguna a la participación de los verdaderos
organizadores y planificadores de esta oleada terrorista.
¿Por qué, me pregunto, si se precia de investigador y de tener la verdad absoluta, no inquirió a las autoridades norteamericanas como la Sección Antiterrorista del Departamento de Estado norteamericano y al FBI, quienes disponen de total información inculpatoria, sobre cómo esto no fue un montaje de Cuba? ¿Sabrá usted que existe, “enfriado” por razones políticas y presiones de la mafia anticubana, un Gran Jurado en New Jersey con el fin de juzgar a Luis Posada Carriles por el asesinato de Fabio di Celmo, el cual no se ha efectuado por temor a que se destape la caja de Pandora y sean expuestos los mafiosos de la FNCA y la parte que hoy integra el Consejo por la Libertad de Cuba (CLC)? ¿Sabrá él que las propias autoridades norteamericanas me han avalado como testigo de este Gran Jurado?
¿Por qué, me pregunto, si se precia de investigador y de tener la verdad absoluta, no inquirió a las autoridades norteamericanas como la Sección Antiterrorista del Departamento de Estado norteamericano y al FBI, quienes disponen de total información inculpatoria, sobre cómo esto no fue un montaje de Cuba? ¿Sabrá usted que existe, “enfriado” por razones políticas y presiones de la mafia anticubana, un Gran Jurado en New Jersey con el fin de juzgar a Luis Posada Carriles por el asesinato de Fabio di Celmo, el cual no se ha efectuado por temor a que se destape la caja de Pandora y sean expuestos los mafiosos de la FNCA y la parte que hoy integra el Consejo por la Libertad de Cuba (CLC)? ¿Sabrá él que las propias autoridades norteamericanas me han avalado como testigo de este Gran Jurado?
¿Por qué no preguntó a los
principales involucrados como Luis Posada Carriles, Francisco José “Pepe” Hernández
Calvo, Alfredo Domingo Otero, Horacio Salvador García Cordero, entre otros,
sobre su participación en la oleada terrorista, puesta al descubierto por el
propio Posada Carriles en una entrevista a Anne Louis Bardach y, tiempo después
por uno de los financistas de estas operaciones, un directivo de la FNCA
nombrado José Antonio Llamas?
¿Por qué no llama a Alfredo
Domingo Otero, ex agente de la CIA y jefe mío en los planes terroristas contra
Cuba y residente en el 8812 SW 52
ST., en Miami, Fla, al teléfono 305-595-1656, así podrá comprobar la veracidad
de estos hechos?
Es cierto que nuestras
autoridades cursaron a todas las entidades tomar medidas de protección sobre la
presencia de paquetes sospechosos para evitar nuevas víctimas, por lo que la mención
a la declaración de una persona del Servi Cupet de Paseo es solo referencial y
muestra la activación de un sistema de alerta.
Todavía no tengo la menor de
las dudas de que el señor Méndez Piña –si así se llama y si realmente reside en
La Habana-, es un manipulador. Todos los demás argumentos, que por cierto no
excluyen las fallas nuestras en la detección de los terroristas y en el
enfrentamiento a los mismos, aun teniendo indicios anteriores, lo reconocí con
total honestidad en mi artículo citado por él "Diario de Cuba y una mentira sobre el terrorismo
en Cuba", ateniéndome a la verdad por dura que la misma fuera.
Cuba no estaba preparada, es
cierto, para esa oleada terrorista que le impusieron criminales que viven
impunemente en Miami. El costo fue doloroso, sin embargo, logramos detenerla.
Posteriormente se examinaron las fallas cometidas, nuestras propias debilidades
y hoy contamos en la retaguardia con los mecanismos oportunos para evitarla,
aunque debemos fortalecer aún más nuestras fronteras. La captura de terroristas
posteriormente así lo ha demostrado.
Nunca Cuba silenció que
fuera siendo atacada por terroristas provenientes del exterior. Se alertó a
todas las entidades y se continuó un apresurado proceso investigativo, sobre la
base de las informaciones que se iban recabando. Ya hice mención a mi
participación en este proceso.
Su falta de conocimiento
sobre estos hechos, señor Méndez Piña, es que posteriormente a los juicios
contra los terroristas centroamericanos, fui entrevistado en múltiples
ocasiones en 1999 sobre estos hechos. En mi libro “Confesiones de Fraile”,
aparecido en el 2001 se dio a conocer que, efectivamente, fui abastecido en el
1994 por Posada Carriles, por indicaciones de la FNCA. El propio Fidel y varias
Mesas Redondas tocaron este tema. De tal forma, para mí nunca se tensó la soga en el cuello como el suicida Chacumbele.
Creo que el cuello roto es el suyo, por hablar de un tema que desconoce y
prestarse a manipularlo públicamente.
Los revolucionarios
aprendemos de nuestras deficiencias y tuvimos que gastar grandes recursos para
reforzar nuestras fronteras y aumentar la preparación de nuestros oficiales
para evitar que estos hechos se repitieran, La agresividad criminal de los EE
UU y su apadrinamiento a impunes terroristas hicieron que muchos jóvenes fueran
preparados para enfrentar nuevos retos y adquirir medios sofisticados para
detectar explosivos por sensores basados en colorimetría, anteriormente
inexistentes en nuestro país. Quienes podrían haber sido doctores, ingenieros,
profesores, tuvieron que ingresar a las filas de la contrainteligencia para
proteger a la Patria. Ese costo nos los impusieron aquellos a los que usted y
Diario de Cuba defienden a ultranza.
Por mi parte nunca he sido
superespía, pero tengo la dicha y el privilegio de haber burlado a los
principales órganos de inteligencia enemigos y a grupos terroristas sin haber
sido nunca detectado. Aún hoy, les enfrento y su impotente ataque es muestra de
ello. De que les duele, les duele.
Esa es la total verdad y no
la que usted se inventa con un inexistente fuente aduanera. Mis verdades no son
las de un simple espía del que usted dice siempre desconfiar
Lo otro señor Méndez Piña es
simple manipulación y malicioso intento de tergiversar los hechos. Conozco a
los hombres de las FAR y el MININT y sé de su valía y entrega diaria para
proteger al pueblo. No use casos como el del general de división Arnaldo Ochoa
Sánchez, al que emplea como paradigma, cuando ya quedó reconocido por él mismo
su triste papel. Fue un hombre valiente como muchos, pero cometió una grave
equivocación y faltó a su fidelidad a la ética revolucionaria.
Otra pifia suya es denunciar
a Cuba por la presencia en ella de representantes de las FARC-EP en estos
tiempos. ¿Es usted tonto? ¿No sabe acaso que estas personas se encuentran aquí
participando en el Diálogo de Paz, convenido legítimamente con el gobierno de
Colombia y otras naciones.
Hace también mención a casos
como los de Carlos Aldana, Luis Orlando Domínguez, Rogelio Acebedo, entre
otros, quienes fueron removidos de sus cargos, en unos casos por deslealtad,
corrupción y otras razones. Habrá más, se lo aseguro, pues esta Revolución no
ha tenido ni tendrá contemplaciones con el corrupto y muchos luchamos porque
eso suceda.
Lea, señor Méndez Piña y
sabrá donde resido. Pregúnteles a sus amigos de la mafia cubano americana,
sobre todo de Diario de Cuba, y podrá conocer mi batallar diario por la verdad.
Ellos tienen mi dirección y mis teléfonos y en más de una ocasión he recibido
sus amenazas, las que no me amilanan ni me detienen.
Me pide otorgarles
vacaciones a mis guardaespaldas, pues no puedo hacerlo. Mis guardaespaldas son
el pueblo y éste labora tenazmente por labrarse un futuro mejor. Sobre el
llamado carpetazo con los intelectuales, reconozco mi error, pero el tiempo
sabrá en qué grado me equivoqué y en cuál no. Es cosa de esperar.
He sido y seguiré siendo un
hombre fiel a esta Revolución, a Fidel, a Raúl y a mi Partido, aunque reconozco
que los viejos a veces sobramos o se nos olvida en el diario actuar de la vida.
Tengo algo de loco y de empecinado, es cierto, y tal vez eso sea lo que me hace
obstinadamente enfrentarme a los enemigos de este pueblo amado. Si me toman por
ello o por charlatán, allá los que lo hagan. Yo siempre, a pesar de todo, aunque
me quede solo e ignorado en este empeño, seguiré combatiéndolos a ustedes.
Le ruego no tomar mis
argumentos como un ataque personal, tal como usted me dice, pero ¿tanto le
importa el dinero sucio que recibe de sus financistas por mentir
descaradamente? Tanto Diario de Cuba, como el resto de la blogósfera contrarrevolucionaria que han querido hacer viral su ataque contra mí, han cometido el error acostumbrado: enfangarse en la mentira.
Señor Méndez Piña, le
confieso que no vivo con arquetipos de tipo alguno; me visto ocasionalmente
pues apenas salgo de mi casa, ya viejo y enfermo. La mal llamada plebe por
usted, la que me recuerda, no me abandona y me saluda cuando salgo en ocasiones
a la calle y lo hace con sonrisas sinceras. Mientras usted vive lanzando
mentiras en sitios contrarrevolucionarios, yo vivo en mi humildad junto a este
pueblo que me acogió como hijo.
¿Podrá codearse usted con ese pueblo desde su cómodo habitat como lo hace Raúl Rivero, quien puede ser usted mismo?
Esa gente que me honra con
su amistad. El cubano simple y agradecido por haber contribuido a salvarle sus
vidas, nunca me arrastrará por la calles ni me reclamará venganza como ustedes
esperan. Tal vez pudiera hacerlo algún joven marine al que intenten mandar como
carne de cañón, ya que ese es el adorado sueño de sus congéneres, pero si no
puedo vencerlo con mis ancianos puños o me falla la puntería, sabré morir como
un soldado de Chávez y Fidel. Así que no tema usted por mi destino.
Hablar de la opinión del
pueblo sobre los miembros de la seguridad del estado creo que está demostrado
por la oleada de compromiso, no solo de nuestro pueblo, por lograr la
liberación de Gerardo, Tony y Ramón. Los comentarios sobran.
Como puede apreciar este Fraile
no morirá como Chacumbele. ¡Patalee, Méndez Piña, que su soga si aprieta! Escriba más mentiras, pues se queda sin plata.
Percy Francisco Alvarado
Godoy
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