La administración del presidente Donald Trump ha optado por nombrar
como nuevo embajador en Cuba al supuesto diplomático de carrera –con amplia
experiencia en planes desestabilizadores en otras naciones– Philip Seth Goldberg,
según ha sido filtrado por diversas fuentes y medios de prensa, y con la misión
de aplicar dentro de la Isla los planes que USA tiene para generar nuevas
tensiones con su par cubano.
Aunque hasta el momento el gobierno cubano solo ha sido receptor no
oficial de la intención de Trump,
existen fuertes reservas por parte de analistas sobre qué objetivos de la
política norteamericana hacia Cuba se encargaría de cumplir Goldberg, connotado
provocador de larga data. Los antecedentes de su desempeño en otras naciones en
los que ha estado acreditado lo definen como a un diplomático que no tiene
reparo alguno en inmiscuirse en los asuntos internos de las mismas.
Su historia de su rol injerencista y de abierto apoyo a la subversión se
puso de manifiesto en Bolivia, país del que fue expulsado en el 2008, acusado
de fomentar actividades antigubernamentales, durante su desempeño entre octubre
de 2006 y septiembre de 2008. Goldberg fomentó en Bolivia los planes
separatistas en Bolivia basándose en la experiencia adquirida en Kosovo. Fue un
activo promotor del separatismo, incitador de la violencia y conspiró para
derrocar al legítimo gobierno de Evo Morales.
En su avatar como provocador e implementador de las políticas USA en
diversos países, Goldberg
ha sido también embajador en Filipinas, Encargado
de Negocios y Subjefe de Misión en la Embajada USA en Santiago de Chile,
así como Jefe de Misión en Pristina, Kosovo, oficial consular y político en la
Embajada de los Estados Unidos en Bogotá, Colombia, y funcionario político-económico
en Pretoria, Sudáfrica. Sus dotes como agente de inteligencia lo llevaron al
cargo de Subsecretario de Estado de Inteligencia e Investigación (INR). Otros
cargos ocupados por él han sido el de oficial de enlace entre el gobierno de la
ciudad de Nueva York y las Naciones Unidas. En la década de los 90´ Goldberg realizó
varias misiones para el Departamento de Estado en Bosnia y Asistente Especial
del Subsecretario de Estado y del Secretario de Estado Adjunto. Entre el 2001 al
2004 se desempeñó como Jefe de Misión Adjunto en la Embajada de los Estados
Unidos en Santiago de Chile. Desde junio de 2009 hasta junio de 2010, se
desempeñó como Coordinador para la implementación de la Resolución 1874
(Sanciones) de la UNSC sobre Corea del Norte.
Siendo embajador en
Filipinas desde noviembre de 2013 hasta el 2016 mantuvo fuertes encontronazos
con el gobierno de Duterte por su intromisión en los asuntos internos de esta
nación.
Solo la malsana
intención de Trump de empeorar las relaciones diplomáticas entre Estados Unidos
y Cuba lo llevarían a escoger a este controvertido personaje para dirigir su
embajada en La Habana. Espero de este funcionario solo conspiraciones,
provocaciones y ni un ápice de buena fe: esa es su misión.
Si su misión retorcida es esa, la de Cuba será expulsarlo de nuestro país ante la más mínima acción provocadora que intente.
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