viernes, 29 de marzo de 2019

La SIP vuelve a ser vedette imperial de turno.


Nuevamente la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) ha buscado un papel protagónico en el ataque mediático contra naciones progresistas en América Latina. Hace ya 10 años desnudé en un artículo –el cual invito a revisar a mis lectores– el papel de la misma como instrumento de la dominación USA en el continente y puse sobre el tapete el entramado de oscuros intereses que mueven a la misma. Hoy vuelve a la carga, aupada en un contexto político adverso para las fuerzas progresistas, con la clara intención de apoyar la guerra ideológica contra Cuba, Venezuela y Nicaragua, en el marco de la Reunión de Medio Año de la SIP, que se celebrará en el lujoso hotel Estelar de Cartagena, en la bella ciudad de Cartagena de Indias, desde hoy hasta el domingo 31 de marzo, con 350 delegados y cerca de 35 conferencias.
La sola presencia de enemigos jurados de las Revoluciones Cubana, Bolivariana y Sandinista, –a saber el jefezuelo de la OEA, Luis Almagro; el presidente colombiano, Iván Duque; la presidenta de la SIP, María Elvira Domínguez; José Miguel Vivanco, de Human Rights Watch; los mercenarios anticubanos Yoani Sánchez y Reinaldo Escobar; entre otros, así como los nicaragüenses Carlos Fernando Chamorro, Cristina Chamorro, Violeta Barrios de Chamorro y Douglas Carcache –hacen predecir junto a las temáticas de los paneles: "¿Podrá Cuba seguir resistiendo a la corriente de democratización en la próxima década?", "Venezuela sin chavismo: nueva oportunidad para el hemisferio" y “La Nicaragua de Daniel Ortega: Un régimen represivo”, que la agenda principal se centrará en la satanización de esas tres naciones, estrategia dirigida a fabricar condiciones para intervenciones foráneas contra las mismas.
Mucho habrán de difamar los manipuladores invitados a este circo, sobre los distorsionados temas de la democracia, derechos humanos y libertad de prensa, pues su obediencia y pertenencia a los grandes medios de la información y a los monopolios, nunca ha sido puesta en duda. Así lo ratifico en mi artículo sugerido: “De acuerdo con el historial de los líderes de la SIP, no escapa al ojo avizor que la misma está comprometida hasta el tuétano con los grandes monopolios de la información.”

miércoles, 27 de marzo de 2019

Estados Unidos apuesta por hacer de Cuba una olla de presión


La Cancillería cubana ha sido clara: apoyar –en el tema migratorio– un flujo ordenado y seguro de sus ciudadanos, sobre la base de respetar el derecho de los mismos y el carácter humanitario de una movilidad sin riesgos ante el repugnante hecho de que muchos se han convertido en presas y víctimas de mafias criminales que los abusan sobre la base de todo tipo de daños como la extorsión, el robo, violaciones e, incluso, asesinatos y desapariciones.
Aunque los acuerdos migratorios vigentes y la eliminación de la política de “pies secos, pies mojados” han hecho relativamente desaparecer las peligrosas salidas por mar, y todavía algunos se lanzan a tan desesperada odisea, lo cierto es que Estados Unidos se ha convertido en el principal obstáculo para una migración segura de los cubanos. La razón es clara, esgrimiendo el ambiguo argumento de la vulnerabilidad para “la seguridad nacional” y escudándose en una dudosa y no probada agresión a sus funcionarios diplomáticos en su embajada en La Habana, la administración Trump se ha dejado llevar por el macabro juego de la ultraderecha anticubana y sus socios cavernícolas del deep state, cuyos rostros públicos son Marco Rubio, Mike Pompeo, Mauricio Claver-Carone, Eliott Abrams, John Bolton y Kimberly Breier, y quienes apuestan por cerrar opciones de salida de los ciudadanos cubanos, promover la intranquilidad ciudadana y gestar una situación social caótica interna –acentuada por la intensificación del criminal bloqueo y otras medidas que están implementando– que desemboque en un estallido social en forma de olla de presión.
Este peligroso juego ha salido caro para Estados Unidos cuando se recuerda a las migraciones ilegales descontroladas de 1966, 1980 y 1994, que llevaron a miles de ciudadanos cubanos a su suelo. Esta vez, empero, ante un caso de similar, los promotores de este evento tienen la carta bajo la manga de usar el tema de la seguridad nacional y establecer una bloqueo marítimo contra Cuba, volviendo al pasado tiempo de las cañoneras y estableciendo nuevas amenazas y peligrosas sanciones contra la Isla. Su plan, a fin de cuentas, es planificar el desorden social, el descontento ciudadano, incitación a la desobediencia y tratar de colapsar la gobernabilidad como pretexto aparente para una utópica intervención “humanitaria”.
La Casa Blanca sabe a lo que juega con respecto a Cuba, interesada en validar el derecho de sus ciudadanos a viajar y migrar de manera ordenada y segura, y  cada acción asumida por ella está encaminada –usando la apoyatura mediática con la cuenta– a disfrazar el fenómeno migratorio con un viso político insostenible y una amenaza potencial, cuando es harto conocido que el mismo globalmente responde, sobre todo, a motivos económicos y a crisis bélicas en peligrosos escenarios para la vida. No ha sido fortuita la modificación del tiempo de validez de la visa B2 para los cubanos, tampoco el cierre de sus servicios consulares en Cuba, el incumplimiento violatorio de las cuotas establecidas anualmente en los acuerdos migratorios entre ambas partes, usando para ello pretextos insostenibles y dudosos.
Cuba, según mi opinión, garantizará lo acordado en tema migratorio con Estados Unidos, pero denuncia este juego macabro por el que están apostando la ultraderecha reaccionaria norteamericana y alerta sobre los peligros venideros que esta política puede acarrear para ambas naciones.

domingo, 24 de marzo de 2019

La agenda oculta tras Prosur, la Payá y un circo con títeres manejados por USA


A todas luces la realización del Foro por la Democracia 2019 en Santiago de Chile y la ulterior convocatoria a la formación del Foro para el Progreso de América del Sur (PROSUR), como intento de dar el golpe de gracia al sueño integracionista de la  Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR), no fueron solo lo que públicamente transcurrió ante la prensa. Una agenda secreta se cocinó en ellas y fue resultado de la consumación de una conspiración fraguada desde hace meses desde Estados Unidos para consolidar nuevamente su hegemonía en América Latina.
La clara intención es apalancar el cerco diplomático contra Venezuela, Cuba y Nicaragua con dos nuevos organismos que complementarán la labor de la OEA y del Grupo de Lima para propiciar acciones más drásticas contra estas naciones, las que pueden –incluso– poner sobre el tapete la intervención armada contra Venezuela y Nicaragua en un primer paso y repetir posteriormente esto contra Cuba en dependencia de los éxitos que vayan alcanzando en el escenario convulso que vivimos hoy.
Los actores de estos planes pueden dividirse entre titiriteros y marionetas cuyo rol ha sido diferente en cuanto a su rol y sumisión a la convocatoria. No fue difícil para la administración Trump y su Departamento de Estado lograr sus propósitos. Los manejadores de la conspiración están integrados en un grupo de tarea conformado por Mike Pompeo, Marco Rubio, Elliot Abrams, Kimberly Breier, John Bolton y otros funcionarios de menor peso, quienes han sido sumamente activos en este despropósito.
Los títeres están aglutinados en dos camadas de figuras públicas quienes han tenido reuniones públicas y secretas con sus manejadores –aunque otras veces han recurrido a emisarios de confianza como Eduardo Bolsonaro y sus cancilleres– en visitas bidireccionales realizadas entre USA y sus naciones. Entre ellos sobresalen y buscan capitanear las acciones en sumiso afán de protagonismo varios presidentes: el argentino Mauricio Macri, el brasileño Jair Bolsonaro, el colombiano Iván Duque y el chileno Sebastián Piñera. Otros mandatarios han sido más cautos y recelosos de desenmascararse públicamente, aunque no dejan de dejarse llevar en la conspiración, como son los casos del peruano Martín Vizcarra, el ecuatoriano Lenin Moreno y el paraguayo Mario Abdo. Punto y aparte fueron, en esta ocasión otros genuflexos presidentes de Centroamérica y alguno del Caribe.
Aunque en apariencia la formación de Prosur, con escaso peso y presencia políticos dejó mucho que desear, tras su nacimiento en La Moneda y no muestra una cohesión de criterios, salvo en temas como la democracia y los derechos humanos, levanta recelos y preocupaciones. La malograda ambición del chileno Sebastián Piñera, aupado por Vamos Chile, de ejercer un cacicazgo de la derecha latinoamericana, se ve saboteada por otras ambiciones personales de Duque, Macri y Bolsonaro, así como los compromisos que Washington ya ha establecido con ellos, sobre todo en los que ve como copartícipes en sus planes de agresión contra Venezuela.
A otros títeres de segundo nivel ha recurrido Estados Unidos para fortalecer el Foro por la Democracia 2019 y llenar los salones del ex Congreso chileno, cursando invitaciones a diestra y siniestra a ex mandatarios como Andrés Pastrana. Álvaro Arzú y Nicolás Sarkozy; a Mario Vargas Llosa, a la Fabiana Rosales (esposa de Guaidó), a los que se suman en una larga lista de personeros de la derecha actual como la senadora argentina y vicepresidenta del partido Propuesta Republicana, Laura Rodríguez Machado; el presidente de la UPLA y candidato presidencial en Bolivia, Óscar Ortiz. En total, decenas de partidos de derecha y ONGs tapaderas de turbios intereses USA y europeos han estado presentes en el evento, cuya finalidad también fue consolidar a la derecha organizada dentro de las llamada Unión de Partidos Latinoamericanos (UPLA). No fue raro, entonces, ver entre los asistentes a representantes del venezolano Centro de Divulgación del Conocimiento Económico para la Libertad (CEDICE), la rosarina Fundación Libertad, la Fundación Pensar, la Red Liberal de América Latina (Relial), la Sociedad Mont Pelerin, el Centro de Investigación y Estudios Legales (CITEL) y Ecuador Libre, entre otros.
Especial presencia que pone de manifiesto la estrategia anticubana de los conspiradores USA y de la derecha latinoamericana, fue la presencia de un seleccionado grupito de los llamados “opositores” cubanos. Por un lado la coordinadora del proyecto Cuba Decide, Rosa María Payá, quien asistió como invitada especial y con una cobertura previamente garantizada por Almagro y Marco Rubio para que brillara en los turbios escenarios del Foro, llegando incluso a garantizarle una entrevista con Jair Bolsonaro y otros asistentes, a todos los que solicitó acciones inmediatas contra Cuba. Otros asistentes fueron los miembros de la llamada  Asamblea de la Resistencia Cubana, entre los que estaban los reconocidos terroristas Luis Zúñiga y Horacio García, así como el provocador Orlando Gutiérrez-Boronat. Los mismos fueron acompañados por el seudo jurista mexicano  René Bolio, presidente del engendro de guerra jurídica anticubana, la llamada Comisión Justicia Cuba.
El plan de los contrarrevolucionarios anticubanos asistentes fue colocar a Cuba dentro del escenario de futuros centros de ataque, sobre todo buscando la irrisoria idea de instalar un tribunal internacional para juzgar supuestos delitos de lesa humanidad del Gobierno de Cuba.
No cabe duda que el fiasco ocurrido en Chile, aunque intenta fortalecer a la derecha en la región, cumple con las mínimas esperanzas de Washington pues consolidan un paso más de la guerra ideológica contra Venezuela, Cuba y Nicaragua, abriendo posibilidades de fortalecer las acciones punitivas contra estas naciones, bendiciendo opciones militares impensables.

sábado, 9 de marzo de 2019

NED financió desestabilización en Nicaragua


El portal NicaLeaks reportó cómo el NED, tapadera reconocida de la CIA, entregó más de medio millón de dólares para financiar a cabecillas de tranques de la muerte en Nicaragua, lo que se implementó usando a Hagamos Democracia (HADEMOS) en un período de cinco años, entre 2014 y 2018, para mantener la zozobra de la población a través de descalificación de procesos electorales, entre otros mecanismos para crear una mala imagen del país. La fachada de la NED en este caso para su injerencia en los asuntos internos de Nicaragua, fue el proyecto “Promociones Legislativas, Supervisión de Elecciones Justas y Libres”, cuyo fin era promover reformas a la ley de la materia, realizar marchas, plantones y campañas mediáticas contra funcionarios del Poder Electoral.

Alemania pagó a Klaus Barbie por espiar en Bolivia a la izquierda


Nuevos datos reveladores no solo revelan la presencia del criminal de guerra nazi Klaus Barbie en Bolivia, según el libro “Deckname Adler: Klaus Barbie und die westlichen Geheimdienste”, bajo autoría de Peter Hammerschmidt.
Según el autor, Barbie fue informante del Servicio Federal de Inteligencia alemán (BND) por más de dos años (desde mayo de 1966 hasta diciembre de 1968), bajo el seudónimo Adler o Águila en español  y la identificación V-43118, a espaldas de los órganos de seguridad bolivianos. Su misión fue espiar a los partidos políticos de izquierda en el país andino. Por este concepto recibió cuantiosos pagos en marcos alemanes a través del Chartered Bank of London.
Su tapadera legal en Bolivia como representante de la firma alemana MEREX AG, propiedad de Gerhard Mertins, ex miembro de las Waffen-SS nazis y en la postguerra el mayor exportador de armas de la República Federal Alemana, le permitió usar a firmas como Siemens, Mercedes y Thyssen-Henschel para surtir de armas al Ejército boliviano y promover dos golpes de estado en Bolivia en 1971 y 1980.

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