El pasado día 22 de febrero, sobre las 7:10 horas, la emisora
contrarrevolucionaria Radio Martí transmitió el programa La Voz de la
Oposición, conducido por Carlos Santana y Santiago Álvarez Fernández-Magriñá, y
cuyos invitados fueron Landy, Eduardo Coloma y
Yoel Bravo, Presidente del Movimiento Opositor Juventud Despierta,
suerte de grupúsculo con cuatro gatos, encargado de vender la falsa idea de que
la juventud cubana se opone a la Revolución. Por supuesto, el tema ha sido el
aliento y la promoción de las actividades subversivas dentro de Cuba.
Santiago Álvarez,
luego de tratar de justificar las
acciones del llamado engendro Clandestinos y pone sobre la mesa la siguiente
opinión: “Los Clandestinos no son
opositores, los opositores no tienen la oportunidad de ser Clandestinos, porque
tienen una vigilancia tan estricta y tan severa en contra de ellos, que les
sería imposible. No somos del exilio tampoco, porque del exilio, primero que
nada, nos estamos allí para organizar cédulas y es muy difícil en este momento
que los opositores o miembros de la sociedad civil puedan salir del país y
mucho menos obtener visa americana. O sea, los contactos nuevos están reducidos
en un 90%.“ .
Expone el
contrarrevolucionario su primera tesis: “Clandestinos
es producto de una oposición espontánea, desorganizada, sin vínculos con los
grupúsculos internos y con el llamado exilio“. La segunda tesis que maneja
es que “la supuesta represión en Cuba es
la que impide la falta de organización de los descontentos en la Isla.“
La arenga a la acción
subversiva, a la creación de caos e indisciplina social, el irrespeto a los
valores patrios, se consuma con las siguientes palabra textuales de este
contrarrevolucionario, poniendo en duda su afirmación de que el llamado exilio
es ajeno a estos hechos: “Lo único que le
pido a los Clandestinos es que sigan haciendo todo lo que puedan, que sigan
haciéndolo en una forma pacífica, no se conviertan después en lo que quiere
hacer el Gobierno con todo opositor, en terroristas “. Luego traza un plan de acción enemiga: “Saquen,
sobre todo, fotografías y videos de los actos de rebeldía que pasan en Cuba constantemente y publíquenlo en las
redes sociales; ataquen al Gobierno en las redes sociales, y, sobre todo,
hablen del Gobierno en las líneas esperando por las guaguas, en las bodegas
cuando no estén los víveres para poder mantener una familia, protesten en voz
alta, hagan que el pueblo estén consiente que hay mucha gente que tiene el
valor de hablar alto, ese es el mejor trabajo que pueden hacer los Clandestinos
“.
Resulta paradójico
que un terrorista del señor Santiago
Álvarez Fernández-Magriñá, juzgado incluso por estos actos en Estados
Unidos y por sus vínculos y defensa a ultranza de criminales como el ya
fallecido Luis Posada Carriles, tenga un espacio en una emisora financiada por
el gobierno norteamericano para realizar convocatorias contra el orden
institucional de otra nación y, disfrazado hoy de aparente pacifista, oriente a
la contrarrevolución interna en Cuba a la realización de acciones para alterar
el orden institucional y convoque a actos de rebelión.
Mucho he escrito y
otros han dado a conocer las actividades criminales de este terrorista, quien
hoy trata de manipular la Historia aduciendo que las acciones terroristas
realizadas desde Miami, con la venia de la CIA eran legítimas mientras que
trata de satanizar la lucha del pueblo de Cuba para el derrocamiento de la
dictadura de Fulgencio Batista y el papel del Movimiento 26 de Julio en ese
desempeño libertario.
Santiago Álvarez ha
sido un terrorista por más que enmascare, al igual que otros de la calaña de
Saúl Ramón Sánchez Rizo, en dudoso actual pacifismo. Dejo a mis lectores
algunos trabajos que he escrito sobre él donde lo desenmascaro con suficientes
elementos:
En uno de estos
artículos, «Santiago
Álvarez y los otros protegidos del FBI en Miami» , expongo su historial
criminal completo, del que señalo solo los siguientes elementos:
Santiago Álvarez
Fernández- Magriñá, hijo de un sicario batistiano y nieto de uno de los
criminales involucrados en el asesinato de José Antonio Mella en México, nada
menos que en enero de 1929, quien por obra y gracia de las alianzas entre
terroristas, hermanados ideológicamente y por una cruel competitividad basada
en acumular la mayor cantidad de crímenes, inició su carrera de violencia
desde muy temprano, tal como lo hizo su protegido Luis Posada Carriles.
Integrante de la derrotada Brigada 2506, no tuvo reparo alguno en atacar
posteriormente al buque soviético Bakú mientras éste transportaba mercancías
para la Isla; tampoco le sonrojó disparar sus armas de muerte contra poblados
costeros en la zona sur de Cuba, tales como Cienfuegos y Trinidad. Fue, sin
mostrar un poco de piedad, uno de los ejecutores de la agresión contra el
caserío de Boca de Samá, en Holguín, el 12 de octubre de 1971,
mientras pertenecía a la organización terrorista Comandos L. Como resultado del
ataque resultaron muertos dos personas: Lidio Rivaflechas Galano y Ramón
Arturo Siam Portelles. También fueron heridas las hermanas Nancy y Ángela Pavón
Pavón de 15 y 13 años de edad, respectivamente, así como Carlos Escalante Gómez
y Jesús Igarza Osorio.
Refugiado en los
Estados Unidos, protegido por sus autoridades y por la confabulación entre sus
socios poderosos de Miami, se alió a la FNCA para acrecentar su criminal prontuario.
Sabía que para descollar allí era necesario vincularse a aquellos bien
apuntalados dentro de las esferas de poder local, asociados a las autoridades
policiales y federales y, a qué negarlo, hizo un buen uso adecuado de estas
influencias para moverse alrededor de la línea evidente de la impunidad. Su
plan estrella, elaborado con la FNCA y Luis Posada Carriles, fue el intento de
asesinato del Comandante Jefe en Panamá en noviembre del 2000, durante la
celebración de la X Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado. Para la
realización del magnicidio, Santiago Álvarez se entrevistó en varias
oportunidades con Posada Carriles en Centroamérica y en una de las
visitas que éste hiciera a los Estados Unidos. Ya estaba previsto por los
complotados cómo se ejecutaría el atentado: mediante la colocación una poderosa
bomba en el Paraninfo de la Universidad de Panamá o en otro lugar al que
visitara Fidel. Los ejecutores directos serían el propio Posada Carriles,
Gaspar Jiménez Escobedo, Guillermo Novo Sampoll y Pedro Crispín Remón. Para
ejecutarlo, contaron con miembros de la célula terrorista centroamericana
desplegados en Panamá, Honduras, Costa Rica, Nicaragua y el Salvador.
Las autoridades
cubanas conocen sobradamente que fue él, junto a Alfredo Domingo Otero y otros
jerarcas de la Fundación, quien organizó el tercer intento conocido contra el
famoso cabaret habanero Tropicana. Para ello, envió a Cuba a un team de
infiltración integrado por Ihosvany Suris de la Torre, Máximo
Pradera y Santiago Padrón, vinculados algunos a los terroristas de Comandos F 4
y otros a Alpha 66, cuyo propósito fue, además del plan contra el mencionado
cabaret, el asesinato de Fidel Castro, según lo confesaría en el 2005 uno de
sus socios nombrado José Hilario Pujol, quien lo acompañaría mucho después en
la aventura de EL Santrina.
La captura de estos
terroristas y la ulterior apertura del Expediente Nº 10 del año 2001 del
Órgano de Instrucción del Departamento de Seguridad del Estado de la República
de Cuba, así como la presentación televisiva de los mismos, permitió comprobar
que Santiago Álvarez fue uno de los organizadores de este hecho terrorista,
ejecutado el 26 de abril de 2001 y cuyos daños para Cuba serían incalculables.
Unos días antes de la
infiltración, el sábado 10 de marzo del 2001, Santiago Álvarez y Ihosvany Suris
de la Torre, se presentaron en un evento de venta de armas, permitido en la
Florida, ubicado en el Centro de Convenciones de Coconut Grove, ubicado en 2700
South, Bay Shore Drive, en Miami. Allí adquirieron, sin dificultad, en el
puesto de venta de Miami Police Supply, ocho fusiles AK-47, ocho
pistolas Makarov y una cuantiosa cantidad de municiones para estas armas.
Lo sorprendente de este tipo de adquisiciones de este tipo de arsenales,
nada menos que en la tienda de la Policía de Miami, llevó en el 2010 al
Reportero Gary Nelson, de la cadena CBS4, a la conclusión de que
imitar a un policía es más viable de lo que muchos especulan. La tienda Miami
Police Supply, aunque aparentemente se niega a vender artículos a alguien
que no pertenezca a la Fuerza, lo hace impunemente amparándose en las
incongruencias de una ley que lo regule. Tal es el relajo en la adquisición de
armas en la Miami Police Supply, que el 4 de abril de este año, fueron
detenidos Alfredo Asbún, de 51 años, boliviano; Moisés Vargas Rojas, de 22,
estadounidense; Frank Román Goycochea, de 20, estadounidense; y Alfredo
Rodríguez, de 55, boliviano; con un poderoso arsenal adquirido en dicha tienda
y que estaba conformado con partes de fusiles de guerra AK-47 y AR-15, además
de varias pistolas semiautomáticas.
Lo interesante de
esto es que eficiencia mostrada en este caso por la Oficina de Alcohol, Tabaco
y Armas de Fuego (ATF), de Miami, así como del FBI en esa ciudad, no fue la
misma que en el caso de Santiago Álvarez y Ihosvany Suris de la Torre. Aquí,
simplemente, no ocurrió absolutamente nada. La razón era, nada menos que el
agente especial Héctor Pesquera y sus socios del FBI en Miami, tenían la
“misión” de ignorar todo aquello referente al terrorismo contra Cuba y se
encontraban, en esos momentos, inmersos en preparar las acusaciones contra los
Cinco e endilgarles bochornosas e inmerecidas sanciones que posteriormente
recibirían.
Por su parte,
Ihosvani Suris de la Torre recogió las armas compradas doce días
después y se las entregó a Santiago Álvarez frente a una cafetería
de situada en la esquina de la 135 Street y la 5th. Avenue, en el
North West de Miami. El complot parecía marchar sobre ruedas sin
dificultad alguna. Luego realizarían otras compras de diversos
equipamientos tales como uniformes, botas, hachas, cuchillos y otras
municiones. Para su desgracia, todo este arsenal de guerra adquirido en
Miami con total impunidad, fue capturado en la tarde de del 26 de abril de 2001
por las tropas guardafonteras que detectaron y neutralizaron la infiltración.
Además de las armas mencionadas, fueron decomisados una subametralladora M-3
con silenciador, visores nocturnos y otros medios de guerra.
La captura de
Ihosvany Suris de la Torre, Santiago Padrón Quintero y Máximo Robaina, permitió
desentrañar la magnitud del plan de Santiago Álvarez, los pormenores de su
preparación por parte de Comandos F-4 y Alpha 66, y el financiamiento por
parte de la FNCA: Luego del desembarco en el tramo costero entre Remedios y
Caibarién, su propósito era ocultarse en el Escambray, con la finalidad
de preparar y reclutar a posibles mercenarios en la zona. Asimismo, los
planes contemplaban un nuevo intento contra el Cabaret Tropicana,
sin descartar un intento de magnicidio contra Fidel Castro.
La casualidad,
empero, le jugó una mala pasada al protector de Posada. El 18 de noviembre de
2005 fue allanada su oficina de la Caribe Foundation, en Hialeah, por
agentes del FBI, en busca de documentos que lo implicaran con el ingreso de
Posada Carriles a Estados Unidos. La presencia de una innumerable cantidad de
armas en su centro laboral, así como en otros lugares, conllevó a su inmediata
detención. Junto al alijo, el FBI encontró un pasaporte guatemalteco a
nombre de Manuel Enrique Castillo López con la foto de Posada. Esta sería una
poderosa prueba inculpatoria contra él, quien siempre había negado su
participación en la entrada ilegal de Posada Carriles en territorio
estadounidense.
La Fiscalía
Federal de los Estados Unidos inició el proceso contra Santiago Álvarez y
Osvaldo Mitat ante la sala presidida por el juez James Cohn, en el tribunal de
Fort Lauderdale. De inmediato, el 2 de diciembre de ese año, su defensor
abogó por que el juicio se celebrara en Miami, evitando, según él, se aumentara
la posibilidad de que un jurado lo condenara. Lo absurdo de esta petición de la
defensa es que el propio Kendall Coffe abogaba en este caso por el cambio de
sede hacia Miami, reconociendo tácitamente que solo allí podría hacerse un
proceso justo a su cliente. La fiscalía se opuso, el 6 de diciembre,
argumentando que Miami es una ciudad intoxicada por los prejuicios
anticubanos. No se pensó así, por supuesto, cuando el propio Coffe, ex fiscal
en el juicio de los Cinco, argumentó que en Miami podrían recibir un juicio
justo.
Luego de varias demoras legales de la defensa de Santiago Álvarez y Osvaldo Mitat, con la pretensión de obtener un cambio de sede, el juicio quedó señalado para el 8 de mayo del 2006, el tribunal federal de Fort Lauderdale.
El juez James I. Cohn, emitió una orden sellada el 21 de enero de 2006, mediante la cual ordenaba un desarrollo del caso sin divulgación ni acceso público. Una apelación de los abogados de la defensa al 11 Circuito de Apelaciones de Atlanta para trasladar la sede a Miami, fue desestimada por los jueces el 14 de abril de 2006. Además de seis cargos por posesión ilegal de armas, la Fiscalía reconoció el 27 de abril de 2006 la participación de ambos acusados en el operativo para introducir ilegalmente en Miami, en el barco “Santrina”. Sin embargo, una nueva maniobra dilatoria hizo que el juicio se pospusiera hasta el 15 de mayo.
Luego de varias demoras legales de la defensa de Santiago Álvarez y Osvaldo Mitat, con la pretensión de obtener un cambio de sede, el juicio quedó señalado para el 8 de mayo del 2006, el tribunal federal de Fort Lauderdale.
El juez James I. Cohn, emitió una orden sellada el 21 de enero de 2006, mediante la cual ordenaba un desarrollo del caso sin divulgación ni acceso público. Una apelación de los abogados de la defensa al 11 Circuito de Apelaciones de Atlanta para trasladar la sede a Miami, fue desestimada por los jueces el 14 de abril de 2006. Además de seis cargos por posesión ilegal de armas, la Fiscalía reconoció el 27 de abril de 2006 la participación de ambos acusados en el operativo para introducir ilegalmente en Miami, en el barco “Santrina”. Sin embargo, una nueva maniobra dilatoria hizo que el juicio se pospusiera hasta el 15 de mayo.
Ante la solicitud de
la fiscalía para que Posada Carriles asistiera como testigo al juicio contra
Álvarez y Mitat, su abogado presentó una moción legal planteando que el
terrorista se “niega respetuosamente” a declarar en el mismo y, llegaría
incluso a invocar la Quinta Enmienda de la Constitución para evitar hacerlo.
Mientras el testigo
principal de la fiscalía en el juicio versus Santiago Álvarez y Osvaldo Mitat,
un informante del FBI y también cómplice en el ingreso de Posada a Miami,
Gilberto Abascal, fue baleado por desconocidos en una carretera al noroeste de
Miami Dade, el juicio fue nuevamente remitido hasta el 11 de septiembre de
2006. Más adelante se colocaría una bomba en su automóvil.
El 6 de septiembre de 2006, Lincoln Díaz-Balart dio un público espaldarazo a Álvarez y a Mitat cundo declaró al Canal 41 de Miami que siente profundo respeto y afecto por ellos, y que él y los republicanos Mario Díaz-Balart e Ileana Ros-Lehtinen están realizando gestiones para lograr su excarcelación. Otra de las maniobras para viciar el juicio fue que los defensores de Fernández Magriñá trataron de incluir en el jurado a residentes en Miami, a lo que el juez James I. Cohn se opuso el 5 de septiembre de 2006.
El 6 de septiembre de 2006, Lincoln Díaz-Balart dio un público espaldarazo a Álvarez y a Mitat cundo declaró al Canal 41 de Miami que siente profundo respeto y afecto por ellos, y que él y los republicanos Mario Díaz-Balart e Ileana Ros-Lehtinen están realizando gestiones para lograr su excarcelación. Otra de las maniobras para viciar el juicio fue que los defensores de Fernández Magriñá trataron de incluir en el jurado a residentes en Miami, a lo que el juez James I. Cohn se opuso el 5 de septiembre de 2006.
Finalmente, fueron
encontrados culpables del delito de conspiración para poseer un arsenal de
armas de guerra, con lo que evadía el delito de posesión. La irrisoria sanción
de cuatro años de cárcel para Santiago Álvarez y de tres para Mitat, Una
vez más se burló a la justicia por quienes deben impartirla en Los Estados
Unidos. Para colmo, el 6 de junio de 2007 el juez Cohn reduciría la
condena a Álvarez y a su compinche en 16 meses para el cabecilla y
en 13 meses para Osvaldo Mitat. La benevolencia del juez excedió a la
propia petición fiscal de disminución de pena, a causa de
un burdo arreglo entre los fiscales y la mafia de Miami que se logró
cuando fueron entregados al gobierno 90,7 kilogramos de dinamita, 6,3
kilos de explosivos plásticos tipo C-4, treinta pistolas automáticas o
semiautomáticas, un lanzagranadas y granadas, y 1.219 metros (4.000 pies) de
cordel para detonación.
Para concluir basta
preguntarse: ¿Por qué el gobierno norteamericano coloca en una de sus emisoras
sustentadas con fondos federales a un terrorista de tamaña peligrosidad? ¿Es
realmente un pacifista que aboga por un cambio no violento en Cuba? ¿Por qué
los otros personajes que participan con él en el programa alaban a su anfitrión
en el espacio radial y propalan sus consejos en las redes sociales? ¿Qué
diferencia hay, realmente, entre Santiago Álvarez y un vocero del ISIS?