Esta cumbre que se plantea la consolidación de logros alcanzados, la
decisión de encontrar caminos urgentes hacia las soluciones sociales
que permitan dejar atrás la tragedia de la pobreza estructural
La cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) que inicia este martes en La Habana, Cuba, y a la que concurren 33 jefes de Estado y de gobierno, enfrentó en los últimos tiempos una verdadera guerra sicológica en el intento de separar a los países hermanos con una serie de informaciones falsas e insidiosas y para tratar de impedir su desarrollo en la isla caribeña, maniobra que fue derrotada por la voluntad de integración, como la única posibilidad de avanzar hacia un futuro cada vez más independiente y soberano.
Esta cumbre que se plantea la consolidación de logros alcanzados, la
decisión de encontrar caminos urgentes hacia las soluciones sociales que
permitan dejar atrás la tragedia de la pobreza estructural, y la nueva,
ambas consecuencia de la intervención, injerencia y dominación, con su
esquema de explotación y de los nuevos pobres arrojados a los inmensos
arrabales de nuestro continente en la marea neoliberal de los años 90.
Pero también consolidar la integración real, creando una zona de paz y
desarrollo integral, sin injerencia externa.
Una propuesta concreta de Cuba, que ejerce la presidencia protémpore,
lo que se decidió en la Primera Reunión en Santiago, Chile, el 27 y 28
de enero de 2013, estará en la mesa de la Celac para llegar a concretar
la creación de un territorio de paz en toda la región.
El presidente de Cuba, Raúl Castro, estuvo al frente de un sólido
trabajo de preparación, análisis, propuestas. Para lograr la creación de
un territorio de paz en la región deberá debatirse el papel de la
Organización del Atlántico Norte (OTAN) en su actual tarea de llevar
adelante la política de guerras coloniales del imperialismo y sus
asociados, que se aplica en países de Medio Oriente, África, y Asia y
que llevó a militarizar el Atlántico Sur.
La invasión y ocupación de países como Afganistán, Irak, Libia, ahora
Siria y otros estados está destinada al escandaloso robo de recursos
naturales, como se está demostrando en esas regiones devastadas.
Por todo esto es tan importante esta reunión en lo que significa el
compromiso de llevar a la práctica los acuerdos de profundizar la
recuperación social, cultura, ambiental, los proyectos económicos
conjuntos y otros como la forma activa de defender unidos los recursos
de la región, entre otros temas.
Es el momento de las grandes decisiones para elegir entre un
desarrollo y crecimiento soberano para el bienestar de los pueblos, y la
defensa de todos los derechos de éstos, entre ellos el de una
información veraz y en función de los proyectos de paz y lo que intenta
imponer el poder hegemónico, que apoyando otros tipos de Alianzas en la
región, totalmente supeditados a sus intereses, introduce
obligatoriamente los Tratados de Libre Comercio, en función de un
proceso recolonizador, que las poblaciones rechazan.
Ahora se agrega como defensa soberana, después de las revelaciones
sobre el espionaje mundial de Estados Unidos y el uso de Internet para
la vigilancia, espionaje global, control de recursos, guerras coloniales
tardías, pero de una violencia fascista que creímos superadas. Debemos
elegir entre el sometimiento a estos proyectos destructivos que dejan
tierra arrasada y millones de víctimas como objetivo final y la acción
conjunta de nuestros países contra todas las actividades de una Guerra
Cibernética que se nos aplica solapadamente.
Se trata de una verdadera puja entre la dictadura mediática mundial
que se nos ha impuesto y el proyecto liberador de la Unión de Naciones
Sudamericanas (Unasur), para independizarnos de Estados Unidos en
materia comunicacional, para lo cual varios países han avanzado con
cables submarinos (caso Venezuela-Cuba ) o los satélites como el
recientemente lanzado al espacio por Bolivia, o el Simón Bolívar en
Venezuela y los trabajos que se están realizando en Brasil junto con
Argentina, como se decidió recientemente en una reunión de los ministros
de Defensa de ambos países para asegurar la independencia que propone
una integración emancipatoria y la verdadera defensa nacional. Hay
muchos temas claves para el futuro de la región.
Caso Malvinas y la paz
Sin embargo, habría que detenerse en la decisión de convertir a la
región en una extensa y ejemplar zona de paz. En esta cuestión es
necesario evaluar todo lo que se ha hecho a nivel de las organizaciones
integracionistas regionales, en apoyo del derecho de Argentina a
recuperar las islas Malvinas, situadas a poco más de 400 kilómetros de
la costa marítima de este país y a más de 14 mil de la nación ocupante
en este caso Gran Bretaña (desde 1833 hasta la fecha) que no está
dispuesto a cumplir con las resoluciones de la Organización Naciones
Unidas (ONU) sobre descolonización.
Lo más grave es la instalación a mediados de los años 80 de la base
militar británica Mount Pleassant en la isla Soledad de ese
archipiélago, y que figura ahora en los mapas extendido que tiene la
OTAN, ilegalmente. Además Gran Bretaña ha continuado adelante con la
llegada de empresas y plataformas para exploraciones petroleras y otras a
pesar de la resolución de la ONU que ordena no avanzar en este caso
sobre la región y dirimir el conflicto en negociaciones para la
definitiva descolonización.
No sólo maniobras militares amenazantes realiza el Reino Unido, sino
que hay que destacar informes de medios especializados de Estados Unidos
que mencionan que la empresa estadunidense Devon Energy Corporation,
que lidera la extracción de gas esquito se unió a la británica Falkland
Island Oil Co. para trabajar conjuntamente en la exploración de
hidrocarburos en las Malvinas, lo que se iniciaría en 2015 con la
primeras perforaciones.
Esto pondrá Argentina ante dificultades ya que recientemente firmó un
acuerdo con la empresa Chevron por 300 millones de dólares para
trabajar en los yacimientos de Vaca Muerta en el sur. A su vez, tanto el
Departamento de Estado estadunidense como las ONG de esa nacionalidad
Resources for the Future y Environmental Defense Fund aparentemente
defensoras del medio ambiente están impulsando la extracción de gas
esquisto y agua en Argentina.
Esto viola leyes del propio Congreso argentino que ha aprobado una
ley que penaliza a todos aquellos países o empresas que participen en
asociación con las empresas británicas en emprendimientos en Malvinas, o
que intenten invertir directamente en el archipiélago argentino, bajo
ocupación británica.
Si todo esto no fuera de hecho grave, en algunos círculos mediáticos
londinenses se comentó que durante la última visita a Londres del
secretario de Estado estadunidense, John Kerry, en sus intercambios con
el primer Ministro David Cameron y el canciller del Reino Unido, William
Hague, se habría acordado que Washington no se pronunciara
“públicamente” en apoyo a la ocupación británica de las islas pero en
cambio trabajaría para bloquear cualquier acción de Argentina ante
organismos internacionales. De la misma manera debe proceder Washington
secretamente para detener cualquier demanda en favor de Buenos Aires o
que intenten la aprobación de resoluciones contrarias a los intereses de
Londres.
La propuesta de Kerry a su vez tiene que ver con el incremento de
acciones conjuntas con Gran Bretaña en las islas, como maniobras
militares “disuasivas”, inversiones como las anteriormente mencionadas y
visitas de funcionarios, especialmente militares a las islas. Es un
tema que también se deberá investigar en función de una zona de paz, así
como la existencia de bases militares de Estados Unidos, centros
operativos y oficinas de inteligencia, así como tropas de Estados Unidos
que están en la región. De la misma manera se debe actuar contra
cualquier tipo de injerencia externa que amenace la paz.
Tomado de http://www.cubasi.cu/cubasi
No hay comentarios:
Publicar un comentario