Para muchos, febrero es un mes propicio para el amor. Con
sobrado entusiasmo se preparan para ofrecer al ser amado las más disímiles
muestras de afecto, como si pretendieran con ello hacerle saber cuán importante
lugar ocupan en la vida de cada uno. Es entonces cuando aparecen en el buscado
entretiempo que se roba a la cotidianeidad una muestra de cariño, una caricia
reprimida y ofrecida en tierno beso cual entrega absoluta. Flores y sueños,
ilusiones y promesas, suspiros y emociones se juntan en un hermoso calidoscopio capaz de prolongar y darle vida a lo más humano de nosotros. Sin embargo, para
los cubanos, febrero no puede identificarse solamente con el mes más propicio
para el amor. Mucho luto hay en él, mucho recuerdo triste capaz de lacerar a la
memoria, mucho dolor vivido hora tras hora y provocado por la mano ignominiosa
del asesino venido del Norte, solapado en las sombras y armado de despiadadas
intenciones. Cuba, pues, lo sabe bien y lo tiene presente en las ausencias y
los malos recuerdos.
Cada febrero cobra dimensiones de amarga estatura para la
familia de Pedro Morejón Quintana, nacido en el seno de una humilde familia
matancera de Los Arabos. Allí creció, cercado por la pobreza y por la
incapacidad de frenar a la tristeza que habitaba en los ojos de sus mayores. Allí
tuvo sus primeros sueños y allí le brotó el amor, repentinamente, como las
cosas buenas. Allí lo sorprendió aquella Revolución que hizo suya, pues supo
que estaba hecha para él y para los suyos, dedicándose enteramente a
consolidarla. Por ello, sin pensarlo dos veces, se hizo miliciano. Por ello,
también, sus manos callosas y firmes se dedicaron a construir granjas avícolas,
pensando que esa era la forma más concreta de amasar el futuro.
Un buen día, ante el llamado de la Patria, Pedro Morejón
se transformó en Pedrito “el alfabetizador” y se dedicó a enseñar a sus
compañeros de labor. Este joven obrero, devenido en maestro, fue asesinado el
21 de febrero de 1961 cuando apenas se iniciaba la Campaña Nacional de
Alfabetización. Ni la CIA ni los asesinos armados por ellos y agrupados en una
banda contrarrevolucionaria podrían permitirle a Pedrito el privilegio de
enseñar a los demás. Tampoco pudieron permitirle su amor y entrega a la
Revolución. Por eso lo asesinaron salvajemente.
Febrero, pues, dejó de ser un espacio de tiempo feliz
para transformarse en cruel y amargo recuerdo para sus seres queridos. Una
familia más pagaba el precio por apostar por el futuro. Pero no sería la única.
Cuando aún se lloraba a Pedrito por parte de los suyos,
era asesinado el miliciano Lázaro Elio García Granados, el 23 de febrero,
mientras cuidaba el almacén de la fábrica “Regalías El Cuño”, situada en la
Habana. Otra familia más supo entonces del dolor provocado por la
contrarrevolución y sus amos. Cinco días después, otro maestro voluntario
pagaría con su vida el hacer suya la obra renovadora de la Revolución.
Narciso Máximo Gómez González, haciendo
honor al nombre que portaba, supo morir en su trinchera de combate humano y
desinteresado. Fue asesinado por elementos contrarrevolucionarios en Cubanacán,
Marianao, el 28 de febrero de 1961. Esas mismas manos asesinas habían provocado
heridas a siete alumnas y a una profesora, luego de colocar explosivos en una
escuela privada de la Capital.
Un año después, el 16 de febrero de 1962, sucedió lo
mismo con Orestes Bravo Rabí, un humilde hombre de pueblo devenido en miliciano
y quien fue asesinado frente a sus familiares. De nada valieron para los
victimarios los reclamos de clemencia por parte de hombres y mujeres presentes
en el lugar, la mano de los asesinos dirigidos por el bandido Arnoldo Martínez
enlutó a otro hogar cubano al asesinar salvajemente a este cubano digno.
Orestes, quien se encontraba custodiando las minas de asfalto de Perea, en
Sancti Spíritus, recibió varios disparos
que segaron su vida. Luego, en una muestra de salvajismo, el jefe de banda
ordenó disparar varias veces sobre el cadáver.
Mucho podría decirse entonces de lo sucedido en los
febreros cubanos. Necesariamente habría que hacer un largo recuento de atrocidades
cometidas contra este pueblo humilde y trabajador. Baste señalar que, sólo en
febrero de 1960, fueron incendiados
campos de caña en varias provincias de la Isla por aviones procedentes de los
Estados Unidos en ocho oportunidades. Otros datos atestiguan el terrorismo sufrido por Cuba en
febrero, aunque no incluimos todos:
► 26 de febrero de
1961: Incendio provocado por manos terroristas en la tienda “El Encanto” de
Santiago de Cuba.
► 6 de febrero de
1962: Fue incendiada una tienda rural en
la provincia de Las Villas.
► 8 de febrero de
1962: Heridas dos personas durante un asalto a
una tienda rural y una vivienda en Matanzas.
► 12 de febrero
de 1962: Heridos un campesino y su esposa cuando fue asaltada su casa por
terroristas integrados a una banda.
► 13 de febrero
de 1962: Una lancha procedente de la Florida tiroteó las embarcaciones
pesqueras cubanas “Sigma I” y “Sigma V”, en el banco de Cayo Sal.
► 5 de febrero de
1963: Fueron asesinados tres ciudadanos y heridos cinco más durante un ataque
contra un vehículo en marcha, provocado por elementos terroristas. Ese mismo día fueron heridos siete
trabajadores del central “Trinidad” al ser atacado el ómnibus de su centro
laboral. Y por si fuera poco, tres días después eran heridos ocho ciudadanos más al ser tiroteado el tren Nro.
14 que cubría ruta de Villa Clara a Morón.
► 13 de febrero
de 1963: Fueron atacadas las embarcaciones “Sigma 2” y “Sigma 15” por una
embarcación procedente de los Estados Unidos, provocando heridas a dos
pescadores.
► 2 de febrero de
1965: Una embarcación de la organización terrorista “Comandos Mambises” tiroteó
los tanques de combustible cercanos a la Playa Ancón, en Trinidad, afectando a
las instalaciones y varias viviendas habitadas con los disparos producidos por
un cañón de 57 mm. y una ametralladora calibre 50.
► 17 de febrero de
1965: Un embarcadero de azúcar del central “Emilio Córdoba”, en Las Villas, fue
atacado por un comando terrorista que provocó, a su vez, el descarrilamiento de
un tren.
► Febrero de 1974: Diversas acciones contra instalaciones
diplomáticas cubanas en el exterior, entre las que se destacaron el envío de
una carta explosiva a la embajada de Cuba en Perú (provocó heridas a una
funcionaria), la explosión de un bulto explosivo dirigido contra la embajada
cubana en España en las oficinas de correos (provocó heridas a un empleado de
correos), así como la colocación de artefactos explosivos en el consulado de
Cuba en Mérida, Yucatán.
► 12 de febrero
de 1976: Orlando Bosch Ávila, connotado terrorista cubano, dirigió la
colocación de una bomba en la embajada cubana en Colombia.
► 14 de febrero
de 1978: Hundimiento del buque cubano “Mar Verde”, en un puerto español, como resultado de una explosión provocada por
elementos terroristas.
► 5 de febrero de
1992: Fue asesinado un trabajador
cubano y herido otro durante el secuestro de una embarcación, en Varadero, Matanzas.
► 11 de febrero
de 1996: Fueron capturados tres elementos terroristas procedentes de Estados
Unidos, luego de que efectuaran disparos contra las costas cubanas.
► 24 de febrero
de 1996: Luego de continuadas advertencias de las autoridades cubanas tras 25
violaciones de su espacio aéreo por parte de aeronaves de la organización
contrarrevolucionaria “Hermanos al Rescate”, en acciones que pusieron en
peligro los vuelos de aeronaves civiles, fueron derribadas dos avionetas de
esta organización. Este hecho sirvió como pretexto para que Estados Unidos
llevara a cabo diversas agresiones contra Cuba, entre las que se destacan la
puesta en vigor de la Ley Helms-Burton, la expropiación de fondos cubanos
congelados en ese país, así como otros ataques ideológicos, empleando un
agresivo terrorismo mediático.
Todos estos hechos de continuado terrorismo, como puede apreciar el amigo
lector, han quedado impunes.
En varios hogares cubanos se llora en febrero y las
familias afectadas reclaman la justicia para su dolor por parte de quienes han
sido los principales financiadores de esta guerra sucia efectuada contra Cuba y
que hoy, sorprendentemente, se proclaman adalides de la lucha contra el
terrorismo.
Es por ello que, en Cuba, febrero no ha sido solamente un
mes propicio para el amor.
Percy Francisco Alvarado Godoy
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