miércoles, 21 de junio de 2017

La CIA abre sus puertas a terroristas anticubanos



No sé hasta qué punto fue cosa de mera cortesía, pero lo cierto es que la sede de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) abrió el 19 de mayo sus puertas a un grupo reducido de viejos contrarrevolucionarios de la bochornosa Brigada 2506 –derrotada en menos de 72 horas en Playa Girón– y a otros funcionarios de Miami Dade. El encuentro fue pactado por el senador Marco Rubio, allí presente, con el propio Donald Trump, quien instruyó de esta visita al director de la misma, Mike Pompeo, quien se encargó de halagar a los visitantes.
Aunque todo pareció una jugada mediática de Trump para lisonjear a la extrema derecha anticubana que le ha brindado total apoyo, la presencia de los viejos fracasados de Bahía de Cochinos, entre los que se encontraban José Cancio y Félix Rodríguez Mendigutía, despierta el claro mensaje del compromiso de la Agencia con la añeja pretensión de derrocar a la Revolución Cubana.
Otro mensaje indica que esta visita fue un acuerdo de Trump con Pompeo  para disminuir el impacto mediático de los desacuerdos entre Trump y la CIA, sobre todo cuando  el diario The New York Times acaba de destapar la noticia de que Pompeo se mantuvo pasando información confidencial a Michael Flynn, ex asesor de Seguridad Nacional de Estados Unidos, a pesar de que el mismo estaba sujeto a investigación por supuestos vínculos con el embajador ruso en Washington.
Fue simplemente una jugada de concesiones entre partes que sirvió para afianzar a Marco Rubio en el panorama político USA, aparentar una distensión dudosa entre Trump y la CIA y, de paso, esperanzar a los viejos enemigos de Cuba.

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