Falaz y despreciable
es la única manera a la que puede llamársele al artículo publicado en el diario
miamense El Nuevo Herald, bajo la firma del provocador y acérrimo enemigo de la
Revolución Cubana, Daniel Morcate, titulado “Las
víctimas de los ‘ataques acústicos’ esperan justicia”. En el mismo se trata
de impostar la falsa matriz de opinión de que el gobierno cubano esconde
cualquier responsabilidad en el hasta ahora inexplicable e incierto evento.
Lanzar culpas
infundadas y burda especulación, reproches a los gobiernos de EEUU y Canadá por
su aparente paciencia, así como fabricar a otros posibles culpables como
Venezuela, China, Corea del Norte o Rusia, no hacen otra cosa que pretender
viciar el proceso de acercamiento diplomático –hoy casi estancado por los malos
asesores de Trump y sus consejeros anticubanos oportunistas como Marco Rubio–,
si no lograr la anhelada ruptura de dichas relaciones y el retiro de sendas
embajadas.
Morcate trata de convertirse
en vocero de los tradicionales enemigos de Cuba, acudiendo a un rústico
melodrama que solo los tontos son capaces de creer. Cuba ha sido clara y ha
cooperado abiertamente con las autoridades para resolver un incidente que para
mí solo puede oler a montaje y manipulación.
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