El
contrarrevolucionario Manuel Cuesta Morúa, devenido en cabecilla de auto
titulado partido Arco Progresista y promotor de la subversiva iniciativa
“Otro 18”, se encuentra enfrascado –bajo
la subvención de la Fundación
Nacional para la Democracia (NED) y la tutela directa del senador Marco Rubio– en continuar su accionar anticubano que lo ha
llevado a ocupar espacios en organizaciones de poco impacto dentro del pueblo
como lo es el de ser coordinador de la Plataforma “Nuevo País”, así como
impulsor de la Mesa de Unidad de Acción
Democrática (MUAD), intento fallido de eliminar las agudas contradicciones internas
que afectan a la contrarrevolución interna viciada por las luchas protagónicas
y el acaparamiento desmedido de las ayudas provenientes de sus financistas
desde el exterior. No ha tenido escrúpulo alguno de reclamar ante el Senado
norteamericano acciones más agresivas contra Cuba como lo es el recrudecimiento
del bloqueo y el mantener a toda costa la Ley de Ajuste Cubano.
Sus propuestas a través
de las Mesas de Iniciativa Constitucional, apoyándose en la llamada Red de líderes
y lideresas comunitarios, se centran en lograr la realización de una reforma
electoral y cambios en la Ley Electoral cubana, la eliminación de las actuales Comisiones
de Candidaturas, así como la participación directa de los ciudadanos en la elección
del presidente de la República.
El nuevo invento impulsado
por Manuel Cuesta Morúa a través de la MUAD, denominado proyecto “Propuesta
2020”, usando el eslogan “proponer, entonces votar”, pretende generar un
movimiento constitucional para promover la reforma de la Constitución cubana,
basado en la “consulta popular” y la pluralidad de partidos. Desconociendo los
procedimientos electorales cubanos, pretenden usar a las Mesas de Iniciativa
Constitucional para que los ciudadanos sean los que propongan los cambios en la
Carta Magna, incluso desde la intimidad de su vivienda mediante el empleo de
redes sociales como Twitter y Faceboock. También pretenden usar impresos que recojan las conversaciones deliberativas
sobre seis artículos fundamentales de la actual Constitución que tienen que ver
con la soberanía. Asimismo habló en un video sobre la campaña “Cuba en Plural”,
que intenta generar una conversación en torno al artículo 5 de la Constitución,
que establece que el PCC es la vanguardia dirigente del Estado y la sociedad,
alegando que el mismo “discrimina políticamente” a los ciudadanos cubanos.
Toda su intención es
la defensa del pluripartidismo, la elección directa del presidente, la
eliminación de la Comisión de Candidatura y acabar con el papel
dirigente del PCC como vanguardia de la sociedad cubana. Manipulando la
posibilidad real del pueblo cubano de discutir y aprobar las reformas
constitucionales, Cuesta Morúa pretende erigirse en vocero de ese pueblo con su
manida estrategia constitucional. Esa misma viciada visión lo lleva a proponer
a una Asamblea Constituyente que, según él, esté integrada por todos los
colores políticos de la nación para que cada uno exija, busque, promueva los
puntos que no deben faltar, donde se respete la libre expresión, se tenga en
cuenta el reconocimiento a los partidos y a las diferentes organizaciones de la
pretendida sociedad civil. Parece ser
que este señor desconoce deliberadamente la posibilidad actual de que los
cubanos propongan los cambios necesarios que han de hacerse de manera activa e
independiente.
El llamado a hacer
una nueva Constitución no es otra cosa que tratar de desmantelar el carácter socialista
de nuestro estado e instalar en Cuba una democracia representativa de tipo
capitalista. Los sórdidos y manipulados argumentos relacionados con la ausencia de una
Ley de Cultos, la aceptación de la doble ciudadanía y el derecho a la herencia
de los ciudadanos residentes en el exterior, no son más que tesis para ganar
adeptos.
A su vez, la MUAD
junto a otro proyecto contrarrevolucionario, Candidatos por el Cambio, así como
la llamada Comisión Cubana de Defensa Electoral, pretenden ser jueces parcializados
y, por tanto, detractores, sobre el desempeño de los Gobiernos locales y de la
gestión de las Comisiones Permanentes de Trabajo elegidas en la sesión
ordinaria de la Asamblea Nacional del Poder Popular.
Cuesta Morúa cae en
su propia trampa con la Propuesta 2020 al invitar a enconados enemigos de la
Revolución en el exterior a colaborar en lo que se supone sea la definición
fundamental de nuestro futuro.
El pueblo cubano
tendrá, en realidad, la última palabra.
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