Fuentes confiables
han confirmado que la contrarrevolucionaria Rosa María Payá fue quien preparó
la entrada a Nicaragua del periodista falsario de RTV/Martí Tomasito Regalado y
su cámara –en confabulación con los
miembros de la Juventud LAC en esa nación, Sergio Miguel Jarquin y Edipcia Dubón–, con
vistas a desarrollar varios montajes mediáticos para acusar al gobierno de
Daniel Ortega de realizar cuestionables acciones represivas contra la
población, particularmente contra los jóvenes nicaragüenses.
De acuerdo con esta
fuente, la Payá organizo la aventura de Tommy Regalado, hijo del Director de la Oficina de Transmisiones a Cuba
(OCB) y de su camarógrafo, Rodolfo Hernández, en contubernio con miembros de la
derecha nica, en la que Edipcia Dubón se encargó de preparar los montajes
adecuados para crear escenarios de supuesta represión contra la población.
Edipcia Dubón y Almagro |
El descubierto
invento de un supuesto ataque con mortero contra ellos durante su estancia en
Nicaragua fue parte del plan, particularmente el 27 de junio de 2018, que
vendió al mundo la fake news en la que Tommy declaró que “un proyectil de mortero impactó a menos de 2
pies de mí”, fue desnudado cuando se supo que este ataque nunca ocurrió. Todo
fue un montaje coordinado por Regalado con unos jóvenes que explotaron, previo
acuerdo, un artefacto casero que no suponía amenaza alguna para ellos.
Lo penoso del asunto
es que esta mentira alborotó el avispero de los enemigos de Cuba, Nicaragua y
Venezuela, quienes la usaron para pedir el fin de la supuesta represión y
acentuar sus críticas contra estas naciones. Este timador no podía ser
perdonado en esta oportunidad, ni su padre quiso meter por él las manos en la
candela. Principalmente por hacer quedar mal parado al propio aparato mediático
de la administración Trump.
La Payá y Almagro |
Para salvar el
deteriorado prestigio de RTV/Martí y la OCB, cuestionada en los últimos tiempos
y puesta en la picota pública, hubo que poner a una cabeza de turco, sin
importar sus apellidos. Tommy fue suspendido por la Agencia de Medios Globales
de Estados Unidos (USAGM).
Los implicados en
esta farsa como la Payá y la Dubón escaparon por los pelos, aunque indican mis
fuentes que han perdido credibilidad entre sus patrocinadores, quienes
valoraran delicadamente el volver a usarlas para planes y conspiraciones. Por desgracia,
a Washington y la derecha siempre le sobran las cabezas de turco sacrificables. ¡Cuidado, Almagro!
Hoy por hoy el
reciente escándalo sucedido pone cada vez más en duda todo el discurso de la
guerra mediática sustentada por USA y sus socios. Saque usted sus propias
conclusiones.
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