Durante la guerra por las Islas Malvinas en 1982 el presidente de EEUU Ronald Reagan trató de convencer a la primera ministra de Gran Bretaña Margaret Thatcher de que hiciera las paces con Argentina y aceptara la entrada de tropas internacionales en el territorio en disputa.
De ello informa la agencia
ITAR-TASS, remitiéndose a materiales de archivos británicos. Estos
fueron publicados hoy tras haber expirado el plazo de secretabilidad de
treinta años.
Según los documentos, el secretario de
Estado de EEUU Alexander Hage se proponía advertir al gobierno argentino
del desembarco de tropas británicas en las islas. Sin embargo, el
embajador de Gran Bretaña en EEUU Nicholas Henderson persuadió a Hage
que no diera tal paso. El embajador declaró que los argentinos, al
recibir tal información, podrían enviar submarinos contra los buques
ingleses.
El 31 de mayo de 1982 el presidente de EEUU
Ronald Reagan telefoneó a la premier británica Margaret Thatcher y
pidió que ella aceptara la entrada en las islas de un contingente de paz
de tropas de EEUU y de Brasil. El presidente de EEUU solicitó a la
premier que no “humillara” a la junta militar argentina y no asestara
una derrota a ella. Las posibilidades más altas para conseguir la paz
existen antes de que Argentina resulte definitivamente humillada”, dijo
Reagan a Thatcher, según el descifrado de la conversación que se guarda
en los archivos británicos.
Tras la derrota en la
guerra por las Malvinas el régimen militar pro-norteamericano perdió
definitivamente el apoyo de la población y fue derrocado. Como
resultado, en el país llegó al poder un gobierno democráticamente
elegido.
Thatcher denegó sin vacilación la solicitud
de Reagan que quería ser mediador entre el Reino Unido y Argentina.
“Como Gran Bretaña entró sola en la guerra por las islas, sin ayuda de
nadie, ella no puede que el agresor obtuviera ventaja de la agresión”,
dice la conversación descifrada.
Los documentos de
archivos evidencian que en la administración de EEUU había divergencias
en cuanto a qué línea debía practicar respecto al conflicto
británico-argentino.
Las Islas Falkland o Malvinas,
como se las llama en los países latinoamericanos, situados a casi 1500
kilómetros del litoral de América del Sur, es objeto de un largo
conflicto territorial entre Londres y Buenos Aires. El archipiélago por
nadie poblado fue descubierto por navegantes ingleses en 1690. Más tarde
presentaron sus derechos sobre el mismo: Francia, España y, después de
conquistar su independencia, Argentina. Durante todo este tiempo la
dirección argentina no ha dejado de exigir la salida de Gran Bretaña de
las Malvinas.
La actual presidenta de Argentina Cristina Kirchner ha declarado reiteradamente:
—Tras
el conflicto armado de 1982, los políticos recibieron lo merecido: el
jefe de la junta castrense, el general Leopoldo Galtieri fue derrocado,
lo que permitió a la nación tornar a la democracia. Margaret Thatcher,
por su parte, después de la victoria, se garantizó un segundo mandato.
Antes
de esta Navidad Gran Bretaña nombró a un nuevo gobernador a las
Malvinas: Colin Roberts. Este responderá por la organización del
referendo que se prevé realizar en las islas en el año que viene. Los
habitantes locales abogan por su autonomía, pero bajo el pabellón
británico.
Autor: Viacheslav Ósipov
La Voz de Rusia
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