Detalles de un plan de la Agencia de Estados Unidos para
el Desarrollo Internacional (USAID) con presupuesto de seis millones de dólares
destinado a desestabilizar al gobierno de Cuba fueron descubiertos gracias a
que los documentos contentivos de éste fueron enviados, por línea desprotegida
y sin ser clasificados como secretos, a funcionarios de la Sección de Intereses
de EE.UU. en La Habana.
Según pusieron de manifiesto las revelaciones a causa del
error, la iniciativa SOL-OAA-13-000110 de la USAID lanzada el 10 de julio de 2013 estaba destinando esa suma al financiamiento del
trabajo de al menos 20 organizaciones contrarrevolucionarias que habían
solicitado esos fondos para llevar adelante las tareas subversivas que les
habían sido encomendadas "para derribar al régimen comunista".
Los detalles del
plan involuntariamente divulgado incluyen propuestas de presupuesto,
formularios para observar y evaluar el progreso del plan, organigramas y
algunas experiencias derivadas de otros proyectos desestabilizadores diseñados
para Cuba al calor de la ley Helms-Burton aprobada por el Congreso
estadounidense en 1996 para reforzar el bloqueo.
La citada Ley, en su sección 109, autoriza al gobierno a
"brindar asistencia y dar apoyo a personas y organizaciones no
gubernamentales independientes en favor de los esfuerzos de democratización de
Cuba", eufemismo que fundamenta y legaliza la injerencia de Estados Unidos
en los asuntos internos de Cuba en flagrante violación de la legalidad
internacional.
La USAID se subordina directamente a la Secretaría de
Estado del gobierno norteamericano y oficialmente tiene como principales tareas
las de ofrecer créditos para el desarrollo, asistencia técnica, fondos para
emergencias, y otras formas de ayuda a países extranjeros.
Es harto conocido, sin embargo, el uso que hace el
gobierno de Estados Unidos de esta agencia para sus acciones de injerencia en
los asuntos internos y la desestabilización de otros países en función de los
intereses de su política exterior.
La USAID ha tejido en América Latina una tenebrosa
historia injerencista que ha traído como consecuencia que, en no pocas
ocasiones, sus representantes en naciones del área hayan sido expulsados de sus
territorios declarándolos personas no gratas en aras de la defensa de sus
soberanías nacionales.
Por ser una agencia gubernamental, la USAID suele
utilizar para el desempeño de sus tareas de base, a organizaciones no
gubernamentales (ONGs) que a su vez pueden tener a otras sub-contratantes
cuyos directivos y personal en general no es propenso a cumplir con ciertas
formalidades que a ella le son exigibles por su carácter gubernamental.
Una buena parte de estas ONGs que asumen actividades por
contratos con la USAID no son ni “no gubernamentales” ni independientes, sino
ficciones creadas para la realización de tareas turbias que a su vez generan
manejos turbios de los fondos.
Ello se ha puesto de manifiesto en conflictos entre las
supuestas Organizaciones No Gubernamentales (ONGs) que fomentan la
"democracia" en Cuba y la USAID. Sobre todo porque la mayor parte de
los beneficiaros últimos de estas acciones son organizaciones
contrarrevolucionarias cubanas radicadas en la isla o en Estados Unidos que,
por su carácter ilegal y/o escabroso, no hacen practicable medidas apropiadas
de control financiero.
Los dirigentes y voceros de las ONGs se quejan de la
falta de "seguridad" con que se maneja la agencia norteamericana y
los supuestamente exagerados pedidos de información sobre sus actividades que
obstruyen sus trabajos.
La organización Freedom House, con sede en Washington,
devolvió voluntariamente una "subvención" de 1,7 millones de dólares
destinados a llevar a cabo acciones contra Cuba en 2011 luego de quejas de que
la USAID estaba pidiendo "demasiada información" sobre cómo los
fondos iban a ser usados, incluyendo las identidades y los planes de viaje de
los participantes.
Las ONG que tienen a su cargo la ejecución directa en el
terreno de las acciones terroristas o propensas a ser detectadas por los
llamados a ser perjudicados, consideran que las peticiones de información de
USAID las hacen más onerosas y “aumentan el riesgo de lo que hacemos”.
Tales inconvenientes estuvieron presentes en el caso del
plan arriba mencionado de 6 millones de dólares para desestabilizar al gobierno
cubano que fue descubierto a causa de que la USAID no tomó las medidas de
seguridad necesarias y dejó "al descubierto" las cantidades exactas y
los objetivos de cada acción que formaban parte del plan.
Es, sin duda, muy curioso que una ONG se niegue a informar de las tareas
que se proponen acometer sus enviados cuando ellas se suponen destinadas a "fomentar el
desarrollo democrático" en un país al que dicen beneficiar.
Por Manuel E. Yepe
Diciembre 18 de 2013.
No hay comentarios:
Publicar un comentario