Diversas fuentes
destacan que el gobierno británico preparó apresuradamente una sesión de emergencia de
la Cámara de los Comunes para hoy, con vistas a involucrarse militarmente
contra Rusia y Siria, en apoyo a las peligrosas acciones de EEUU en esa
dirección. El objetivo es atacar a los aviones rusos y otros objetivos rusos y
del gobierno en Siria,
idea que es impulsada por Andrew Mitchell, ex secretario de Desarrollo Internacional
inglés, actual legislador, y otros sectores ultraconservadores. A esto se suman
las distorsionadas declaraciones del jefe del Foreign Office, Boris Johnson,
ante este foro en el día de hoy sobre el actual papel de Rusia en el conflicto sirio.
Mitchell ha llamado a
derribar los aviones rusos en Siria, manipulando el apoyo ruso a Siria,
tildando a las fuerzas rusas como semejantes a los nazis. Esto ha sido la
antesala de una burda acusación del ministro de defensa inglés, Michael Fallon,
quien acusó a fuerzas rusas de atacar objetivos civiles en Siria, la cual fue
debidamente respondida por su homólogo ruso, el mayor general Igor Konashenkov.
Esta ofensiva mediática de Londres para manipular la realidad –que incluyó una arenga del canciller Johnson a los ciudadanos para manifestarse frente a la embajada rusa en Londres–es parte del envenenamiento ideológico a sus ciudadanos, ocultándoles la verdad sobre sus compromisos ocultos –al igual que Washington– con los terroristas en el Oriente Medio. Solo la voz parcializada de la responsable laborista en Exteriores, Emily Thornberry, según Sputnik, denunció el doble filo de la política Exterior del Reino Unido en Oriente Medio, al decir: "No podemos llorar por la gente de Alepo mientras cerramos los ojos al millón de niños que se enfrentan a la hambruna en Yemen".
Los peligrosos pasos
de Londres al alinearse descabelladamente con EEUU en la fobia anti rusa
contribuyen a aumentar las actuales tensiones en la arena internacional.
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