Actualmente la inteligencia norteamericana, y sus entes para
la subversión y desestabilización de gobiernos soberanos, cuentan con un amplio
tinglado de tapaderas constituidas por ONGs, universidades, entre otros, a
partir de la promoción de dudosas becas, intercambios culturales y otras
acciones que, como el empleo de grupos mercenarios y quinta columnas, buscan
llevar a cabo su labor injerencista y desestabilizadora. Por ello no resulta
asombroso que la American University Washington College of Law le tienda la
mano a Cubalex.
La noticia de que la American
University Washington College of Law ha iniciado una recaudación de fondos en
apoyo de la organización contrarrevolucionaria Cubalex, hace levantar
suspicacias sobre dos aspectos esenciales: el intento de revivir por parte de
la CIA y de la DIA –tradicionalmente vinculadas a esta Universidad en proyectos
destinados a la subversión como lo fueron los proyectos Camelot (en Chile), el
Proyecto Simpatico en Colombia y los Proyectos Task y Colony en el Perú, a
partir de estudiar las circunstancias sociales en cada momento para forzar
cambios políticos–, por un lado, y el empleo de la contrarrevolución interna en
Cuba para obtención de información de interés, por otro lado.
La aparente recogida
de fondos mediante la plataforma digital Go Fund Me, no es más que una mascarada mediática para
esconder las malsanas intenciones de los servicios de inteligencia
norteamericanos involucrados en planes desestabilizadores y subversivos contra
Cuba.
Consta que la American University Washington College of Law (CMT) es la facultad
de Derecho de la American University desde 1949, ubicada en Tenleytown,
Washington DC y que la misma sirvió para que la inteligencia militar
norteamericana y la CIA comenzaran a involucrarlo en proyectos secretos para
provocar cambios políticos en otras naciones. Uno de estos casos fue el llamado
proyecto Camelot. El mismo perseguía investigar entre los años 1963 y 1964 –fundamentalmente
por el Departamento de Defensa– los fenómenos sociales, evaluar a los mismos y
determinar los factores potenciales para el cambio político, así como las
respuestas institucionales a los mismos. Tenían fundamentalmente una función de
espionaje y contrainsurgencia.
Lo destacado de caso
es que estos proyectos en forma de operaciones encubiertas en las ciencias
sociales se realizaron y realizan sin la venia de las naciones afectadas, como
es el caso de World Learning para Cuba,
así como Zunzuneo y otros. Lo mismo ocurrió con el intento de usar a becarios Fulbright
como agentes de espionaje, tanto en Bolivia como en otras naciones.
Con regular frecuencia altos dirigentes de la inteligencia norteamericana visitan a este centro universitario para impartir conferencias, como fue el caso del discurso de John C. Gannon, presidente del Consejo Nacional de Inteligencia, impartido el 6 de octubre del 2000, donde abordó el tema de "Uso estratégico de la información de código abierto." En esencia, Gannon destacó que el manejo de información de código abierto es relevante en materia de espionaje y que el mismo ha ido modificándose, previendo no solo el uso de fuentes públicas y las redes sociales sino también mediante el factor humano (HUMINT) para obtener un conocimiento de la realidad social de los adversarios y trazar una correcta respuesta para propiciar cambios deseados por los EEUU.
Actualmente la
inteligencia norteamericana, y sus entes para la subversión y desestabilización
de gobiernos soberanos, cuentan con un amplio tinglado de tapaderas constituidas
por ONGs, universidades, entre otros, a partir de la promoción de dudosas
becas, intercambios culturales y otras acciones que, como el empleo de grupos
mercenarios y quinta columnas, buscan llevar a cabo su labor injerencista y
desestabilizadora. Por ello no resulta asombroso que la American University
Washington College of Law le tienda la mano a Cubalex.
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