Un amigo dominicano me comentó que
Rosa María Payá, dirigente del proyecto contrarrevolucionario CubaDecide,
estuvo en Santo Domingo el mes pasado en donde organizó un evento alejado de
cualquier publicidad, el cual fue financiado por Antonio Costa Labrador,
directivo de la Fundación Nacional Cubano Americana (FNCA), a espaldas de otros
dirigentes de dicha organización, quienes no comulgan con el proyecto de la
Payá al considerarlo inviable y poco efectivo.
El desembolso de Tony Costa cubrió los
gastos cuantiosos de la Payá, lo que incluía alojamiento en un lujoso hotel,
alimentación, transporte y recogida en el aeropuerto, así como alquiler del
local donde se llevó a cabo el poco divulgado evento. Lo interesante del caso
es que Tony Costa accediera a darle su apoyo a la Payá –no solo aportando más
de 3,000 USD– en inobediencia a la postura actual de sus líderes de la FNCA.
Se ha sabido que los directivos de la
FNCA y de la FDHC –a saber los dos Antonios– involucrados en este apoyo a la
Payá rompieron con sus promesas de no ofrecer apoyo a la Payá y a CubaDecide,
tanto en Cuba como en el exterior, teniendo la misma postura con respecto a la
controvertida visita a Cuba del Secretario de la OEA, Luis Almagro, abortada
por decisión soberana del gobierno cubano.
El aislamiento de la Payá y las
reservas con respecto a ella se han extendido asimismo a la Asamblea de la
Resistencia, al Directorio Democrático Cubano, a Mar por Cuba, al Consejo por
la Libertad de Cuba, a los Ex Presos, así como también a Inspire America, a
Raíces de Esperanza, a la Alcaldía de Miami y a la gubernatura de La Florida,
principales fuentes del apoyo mediático y financiero de la contrarrevolución
interna en Cuba, particularmente a los integrantes del llamado Foro de Derechos
y Libertades, así como a la plataforma Todos Marchamos, de donde proceden las
críticas abiertas y privadas a Rosa María y a CubaDecide, considerándolas como
ridículas y entretenidas, manipuladas por el gobierno e, incluso, sugiriendo
que la misma –así como su fallecido padre– pudieran haber colaborado con la
Seguridad del Estado.
Desesperada, viéndose en un declive en
cuanto a seguidores y en una crisis de proselitismo, desahuciada por los grupos
externos y la propia contrarrevolución interna quienes se niegan a reconocerle
liderazgo alguno, ha llamado a una dudosa convocatoria para que los ciudadanos
cubanos voten con la palabra plebiscito en sus boletas en
las próximas elecciones como forma de rechazo. Obviamente, poco impacto tendrá
el llamado de esta señorita devenida en "protegida de Almagro”.
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