Un sorprendente
artículo del reaccionario diario español El País, titulado “Pompeo
y el inmovilismo de Cuba”, vuelve a tocar el asunto: la sospechosa
confabulación entre el entonces director de la CIA, Mike Pompeo, y el reaccionario
senador Marco Rubio, para fabricar una operación de bandera falsa relacionada
con los supuestos ataques sónicos contra diplomáticos norteamericanos en Cuba.
Lo extraño del caso es que esta conspiración fue denunciada por mí el 3 de
octubre de 2017, hace más de 5 meses en un artículo titulado “Marco
Rubio y Mike Pompeo pidieron luz verde a Trump para operación de bandera falsa
contra Cuba.”
Sin entrar en los
detalles que ofrecí en su momento, el referido artículo de opinión aparecido en
El País, llega a la siguiente conclusión: “El
rumbo de las relaciones retomará el histórico antagonismo si aciertan las
conjeturas del castrismo, experto en descubrir maquinaciones y en prepararlas:
el nuevo canciller concibió el ardid acústico cuando era jefe de la CIA, en
complicidad del senador por Florida Marco Rubio, presidente del subcomité de
Asuntos Exteriores, cercano a Pompeo y una suerte de asesor palaciego en
asuntos cubanos.”
Nada nuevo se ha
dicho, solo confirmar una denuncia que todavía no ha sido desmentida ni por
Trump, la CIA y el propio Marco Rubio.
Es que una mentira mediática, parafraseando a Goebbel, puede convertirse en una verdad. Ahora toca el turno a Rusia con el escándalo acerca del "envenenamiento" de este país al agente doble y su hija, y eso ha servido de pretexto para que media Europa y, en primer lugar, Estados Unidos declaren una verdadera guerra "diplomática" a Rusia.
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