Heather Nauert, Secretaria
de Estado Adjunta para la Diplomacia Pública y vocera del Departamento de
Estado, mostró ayer una hipocresía sin parangón al acusar a Cuba como uno de
los países que propagan información
falsa sobre Estados Unidos. En un acto de desfachatez convirtió a la
víctima en victimario, cuando es ya harto sabido que EEUU gasta millones de dólares
en una guerra mediática contra la Isla, basada en las fake news, la
manipulación deliberada de la realidad y en el sostenimiento de grupúsculos de
detractores en materia de derechos humanos y democracia.
El miércoles, la
propia Nauert había anunciado, previo al Día de la Libertad de Prensa, la
creación del Global Engagement Center’s (GEC) Technology Series, suerte
de medidas, acciones y otros recursos para enfrentar la creciente ola de verdades
que muestran a EEUU en su verdadera realidad: un estado represor e
injerencista, violador sistemático de los derechos humanos y promotor de
guerras y ataques a naciones soberanas. Cuba está preparada para defenderse de este tinglado sofisticado.
Cuba nunca ha
sostenido ataques contra la democracia en EEUU, ni ha pagado a mercenarios para
subvertir el orden constitucional en esa nación, así como tampoco ha dirigido
emisoras con mensajes antinorteamericanos. Tampoco ha faltado el respeto a los
asuntos internos de ese país.
Todo lo dicho por la Nauert
es pura especulación –como lo fueron los supuestos ataques sónicos– y esto es
parte de una sistemática campaña de hostigamiento y satanización de nuestra
Patria.
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