domingo, 27 de mayo de 2018

¿Qué pudo haber ocurrido detrás del reciente accidente de un avión en Cuba?


Ha muerto Luis Posada Carriles bendecido por la impunidad permitida por Estados Unidos, quien lo instruyó, financió y apoyó durante décadas para realizar los más atroces crímenes contra Cuba. Yo le conocí cercanamente e, incluso, “participé” con él, como agente encubierto de la Seguridad de Cuba, en la implementación de alguno de ellos. Luego he seguido cada uno de sus pasos y he denunciado –en tiempo real– cada una de sus conspiraciones. Su muerte, empero, no cierra el largo ciclo del terrorismo contra Cuba.
Sus cómplices siguen vivos. No solo aquellos ya ancianos como él que han intentado mediante el terror doblegar a nuestro pueblo, sino una nueva camada de mafiosos que tienen la potestad –como es el caso del senador Marco Rubio– de dirigir la política hostil hacia nuestra Patria.
Existen evidencias suficientes de que, a pesar de su edad y estado de salud deteriorado, apegado a su enfermizo odio contra Cuba, se encontraba conspirando para realizar actos de terrorismo en nuestro país contra objetivos vinculados a la economía y, particularmente, contra el turismo, intentando revivir los actos violentos de la pasada década de los noventa. Otro de sus obcecados fines era volar otro avión cubano tal como ocurrió en Barbados en 1976, así como otros varios intentos en Jamaica y en vuelos procedentes de Centroamérica.
Posada había recibido en los últimos meses cuantiosas cifras de dinero procedente de contrarrevolucionarios radicados en Panamá y otras naciones de Centroamérica, así como de poderosos grupos anticubanos radicados en Estados Unidos. Se reunía secretamente con sus viejos cómplices para crear nuevos escenarios de terror y particularmente –al menos en tres oportunidades con Marco Rubio– ante la vista gorda del FBI y de la CIA.
No me gusta especular, sin embargo hay dos preguntas que quiero lanzar a mis lectores: ¿Por qué un avión rentado por Cuba se desplomó y provocó la muerte de más de un centenar de personas hace pocos días, luego de que desde hace más de seis meses los principales medios de la contrarrevolución anticubana como Martínoticias y DDC, con una frecuencia inusitada, atacaran a Cubana de Aviación y vendieran la falsa idea de un deterioro en su parque de aviones, de supuestas negligencias y fallas operacionales? ¿Por qué justo ahora, me pregunto, cuando se trató de manipular deliberadamente a la opinión pública con este ataque mediático creando miedo y tratando de desestimular los viajes de turistas a Cuba, ocurrió este supuesto y fatal accidente? A la par aparecen declaraciones de supuestos expertos y otras personas tratando de inculpar precipitadamente a Cuba.
Solo la investigación que se realiza, en la que participan expertos cubanos, mejicanos y norteamericanos, esclarecerá realmente lo sucedido y las causas de este siniestro. Hasta que esto suceda no desaparecerá en mí la suspicacia de que pudo haber sido un sabotaje perpetrado por terroristas anticubanos radicados en Miami y cómplices de Posada Carriles. ¡Ojalá no se confirmen mis recelos!
La repentina muerte de Posada –a pesar de estar gravemente enfermo– a pocos días del siniestro aumenta aún más mi desconfianza, nacida esta del hecho de haber convivido con este tipo de criminales durante largos años. Es una pieza necesaria de callar con urgencia dados sus antecedentes de chantajear a sus financistas.
Sea como sea, la muerte de Posada sin llegar a pagar sus culpas es una prueba del triunfo de la impunidad y del odio irracional contra nuestra gobernabilidad, promovidos aún más desde la actual administración Trump. A nosotros nos toca, por las dudas, perfeccionar nuestros métodos de enfrentamiento al enemigo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

ShareThis