Recientemente la representante permanente de EEUU ante la ONU, Susan Rice, llamada la aspirante número uno al puesto de Jefe del Departamento de Estado, pidió a Barack Obama que no examinara su candidatura.
Los principales adversarios de su nombramiento son representantes del Partido Republicano.
Los
republicanos acusaron a Rice de haber inducido a equivocación a amplios
sectores de la ciudadanía norteamericana. De esta suerte, Susan Rice se
negó a pugnar por el puesto que próximamente queda desocupado tras la
salida de Hillary Clinton.
Los propios
norteamericanos caracterizan de diversas maneras esta reyección de su
propia candidatura por Rice. “No es de aquellos que dejan el asunto a
mitad del camino. Ella lo ha pensado todo y ha podido decir: no es lo
que necesito hoy para la carrera. Y es bien posible que esto no le haga
falta hoy”, dijo a nuestra radio George Landrith, presidente del
instituto de investigaciones “Frontiers of Freedom”. Se intentó ocular
los sucesos, lo que es peor de todo.
—Lo
que pasó después de Benghazi se parece a lo de Nixon, que se desvivió
por minimizar la importancia del escándalo de Watergate. Fingía que lo
que pasaba no tenía significado alguno. Pero, si hubieran confesado
honestamente “sí, lo hemos estropeado todo, pero trataremos de
corregirlo”, se habría perdido todo el interés por el caso. En vez de
esto, ellos procuraron ocultar la información.
Susan
Rice, al cumplir el papel de pararrayos para su presidente, cedió la
primacía en la pugna por el Departamento de Estado a otro político, John
Kerry. Si este encabeza el Departamento de Estado, la política de EEUU
será más moderada y menos sujeta a factores ideológicos, apuntó en
entrevista a nuestra emisora Boris Mezhúev, experto de la Universidad
Lomonósov de Moscú.
—En
la dirección de la diplomacia rusa veían con mayor optimismo la
posibilidad de la llegada al Departamento de Estado de John Kerry que de
Susan Rice. Ella era una oponente incómoda y desagradable de Rusia,
polemizaba siempre con nuestro Vitali Churkin en torno a la cuestión
siria. De John Kerry se espera más flexibilidad que de Susan Kerry. En
cuanto al destino del “reinicio” Kerry me parece más cómodo que Rice o
cualquier otro candidato a este puesto en el Partido Demócrata.
El
presidente Obama debe anunciar antes del Año Nuevo las candidaturas
clave de su administración. En ella, además de John Kerry, entrará,
probablemente, el exsenador por el estado de Nebraska, el republicano
Chuck Heigel, a quien se pronostica la silla del Jefe del Pentágono. Con
estos compañeros de armas (los dos prestaban servicio en Vietnam) los
colegas rusos deberán reanimar el “reinicio”.
Por Nikita Sorokin
La Voz de Rusia
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