Coligada al
grupúsculo anticubano denominado Directorio
Democrático Cubano, con sede en Miami, acaba de ser dada a conocer –tras un
vasto cacareo mediático en que participan los tradicionales sitios web en la
guerra ideológica anticubana– la ridícula Comisión Internacional para la
Fiscalización de los Crímenes de Lesa Humanidad del Régimen Castrista (JusticeCuba), en un nuevo y bochornoso
intento de endilgar a Cuba una
supuesta violación permanente en materia de derechos humanos. Ridícula no solo
por sus perversas intenciones, sino también por el hecho de su dudosa
credibilidad, su escasa y nada brillante composición de sus integrantes, así
como su utópica pretensión de sentar a nuestro gobierno ante un manipulado
tribunal internacional.
Como primer paso –valiéndose
de personas latinoamericanas incapaces de enfrentar las urgentes violaciones de
derechos humanos en sus naciones o comprometidas a servir a la guerra mediática
contra naciones progresistas en la región, a la par que peones de las perversas
pretensiones imperiales de Washington, como lo son el mexicano René Bolio, la
costarricense María de los Milagros
Méndez, el peruano Jorge Villena,
el dominicano Hipólito Ramírez,
la italiana Ana María Cervonne, el uruguayo Martín Elgue, así como el
provocador y miembro de la derecha venezolana Martín Paz– pretenden
investigar supuestas violaciones de DDHH y documentarlas, para luego ser usadas
ante diversos shows mediáticos dirigidos a atacar a Cuba. Este proceso lo han
iniciado ya mediante entrevistas telefónicas y mediante interrogatorios vía
correos electrónicos, así como usando las redes sociales, a algunos de los más
connotados contrarrevolucionarios y manipuladores de oficio dentro de Cuba,
como son los casos de los mercenarios y detractores como Antonio Rodiles, Berta
Soler, Librado Linares, Francisco Luis Manzanet, Iván Hernández Carrillo, Nancy
Quiñones, entre otros. Tanto Bolio como Villena se han encargado de esta tarea.
La pronta acción del
Directorio Democrático Cubano y de sus serviles encargados en contactar a
miembros de la contrarrevolución interna para buscar reconocimiento en apenas
unas horas de la creación de esta Comisión de la mentira, no busca otra cosa
que ganar un burdo y rápido protagonismo, fuentes adicionales de
financiamientos por parte de las agencias USA y mantener la guerra de falacias
contra Cuba.
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