martes, 22 de enero de 2019

Ponencia de Percy Alvarado en el Foro Internacional de Periodistas por el 60 Aniversario de la Operación Verdad


Fidel nos convocó hace 60 años para enfrentar a la guerra inmoral y tendenciosa de nuestros enemigos mediante la Operación Verdad. Hoy, con Fidel presente en nuestros corazones y en nuestros principios y convicciones, tenemos el compromiso de unirnos, de fortalecer nuestras trincheras a favor de la verdad. ¡Honrémoslo a él y a todos aquellos que como Jorge Ricardo Masetti han dado continuidad a la difusión a las verdades y razones que nos mueven y convertido en roca indestructible a nuestros principios!
Hago, por tanto, un llamado a la unidad de esfuerzo para enfrentar a la guerra mediática contra nuestros gobiernos progresistas, a nuestros movimientos populares y a nuestros más genuinos líderes.
Si un día nos tocó a cada uno exclamar por el dolor y la disposición de seguir adelante la obra bolivariana: ¡Yo soy Chávez!, hoy nos toca decirle a nuestro Comandante Fidel: ¡Hemos sido, somos y seremos un Fidel en el combate por la suerte de nuestros pueblos y por hacer prevalecer la verdad!



La subversión mediática contra Cuba


Cuba ha sido, desde hace décadas, el país más agredido por el terrorismo en todo el mundo. Contra su heroico pueblo se han lanzado, año tras año, las más criminales agresiones, enmarcadas en una guerra sucia capitaneada por los Estados Unidos y ejecutada por sus instrumentos de la mafia contrarrevolucionaria de Miami. Más de cinco mil actos terroristas de todo tipo han provocado innumerables muertes inocentes, miles de heridos y lisiados, así como un inmedible costo en pérdidas materiales.
Si el terrorismo directo ha dañado a los cubanos, no menos daño ha provocado el terrorismo mediático mantenido durante décadas con el propósito de desvirtuar la realidad cubana, aislar a Cuba y satanizarla ante el resto de la humanidad y opacar asimismo  los logros que la Revolución ha traído para el pueblo de la Isla. Es una agresión directa contra el ejemplo.
Si las bombas y agresiones directas han provocado luto y desolación, como esfuerzo desesperado por retrotraer la marcha de la historia mediante la violencia contrarrevolucionaria, las campañas ideológicas y desinformativas han sido el recurso manido del imperialismo para confundir, para dividir, para aislar y condenar inmerecidamente a la heroica Cuba.
Si en su demencial extremismo, los Estados Unidos han recurrido a su tenebrosa CIA y a una pléyade de criminales para llevar a cabo su guerra terrorista anticubana, también acudieron al sucio maridaje con los grandes monopolios de la información, con supuestas fundaciones de dudosa pertenencia, con una quinta columna mercenaria y sobredimensionada, así como con gobiernos y partidos genuflexos a Washington, para implementar sus ataques ideológicos contra Cuba, así como contra las hermanas naciones de Venezuela, Nicaragua y Bolivia.
Contra Cuba, desde los propios inicios de la Revolución la CIA ha empleado diversos medios para el ataque mediático y para promover la subversión contra Cuba. Desde el 18 de enero de 1960 se aprobó el Programa de acción encubierta contra el régimen de Castro, iniciado realmente desde agosto de 1959, a cuyo cargo del órgano CIA, con identificativo WH-4, estuvo Jacob L. Esterline.
A inicios del año 1988, el gobierno norteamericano desclasificó varios informes sobre operaciones de guerra psicológica implementadas por la CIA en Cuba con vistas a derrocar al gobierno revolucionario. Con la denominación de TOP SECRET, fueron desarrolladas con pleno conocimientos de las administraciones de turno. Estas 13 operaciones fueron realizadas en un concepto de sistema, por lo que las mismas se articulaban unas con otras en busca de una misma finalidad. El marco de todas ellas fue la gran Operación Mangosta y por nuestro interés queremos resaltar dos de ellas: la Operación Smasher: Bloqueo de comunicaciones militares y civiles mediante la sustitución de algunos cables de comunicación cubanos por un tubo de vacío que contenía un producto químico, de tal manera que a bajas temperaturas era inofensivo, pero si se le calentaba se convertía en un elemento capaz de anular las comunicaciones y la Operación Good Times: Desilusionar a la población cubana mediante la distribución de material pornográfico mostrando a Castro con mujeres extranjeras en una sala con todo tipo de comida importada. Este material se distribuiría en La Habana mediante folletos que mostrarían la foto con la frase “mi comida es diferente”.
La violación de nuestro espacio radioeléctrico estuvo contemplada siempre como un método de la CIA para incitar la subversión dentro de Cuba y desinformar mediante rumores a la población de la Isla. Uno de los primeros intentos fue Radio Swan, surgida dentro del marco de la Operación Pluto –invasión mercenaria por Playa Girón– iniciada desde 1960 con permiso de  la Comisión Federal de Comunicaciones de Estados Unidos. Solo en estas décadas se llegaron a transmitir más de 2,500 horas semanales por parte de varias emisoras asentadas desde EEUU y otros territorios cercanos a Cuba. Entre 1962 y 1985 se mantuvieron las transmisiones contra Cuba por ondas medias y cortas mediante la Voz de América, así como una gran cantidad de emisoras supuestamente “clandestinas” que eran financiadas por la CIA, como parte de los paquetes de programas encaminados a dotar a los grupos contrarrevolucionarios de su propia “identidad radial”, como el caso de Alfa 66, La Voz del Cid y otras muchas. Igualmente las emisoras de habla hispana de Miami fueron dotadas de permisos especiales de la Comisión Federal de Comunicaciones, FCC, para que aumentaran la potencia de sus transmisores, y cambiaran los patrones de radiación de sus antenas direccionales. En 1985 aparece en Miami, Radio Mambo “La Grande”, financiada por la CIA y dirigida por el tristemente famoso Teniente Coronel Oliver North, financiándose con dinero del operaciones de narcotráfico, obtenido de la operación Irán-Contras. No cabe duda que esto fue el antecedente de la aprobación por parte del Congreso norteamericano del Acta de Transmisiones Radiales para Cuba, avalando de esta forma la inauguración de la llamada Radio Martí el 20 de mayo de 1985. El próximo paso que agudiza la agresión a Cuba son las  transmisiones TV Martí en marzo de 1990.
Resulta asombroso que la falaz emisora Radio Martí ha transmitido desde su fundación alrededor de 300, 000 horas de propaganda enemiga, a razón de 24 horas diarias durante 33 años.
La CIA desarrolló otros proyectos y programas relacionados con las telecomunicaciones y la guerra mediática contra Cuba.
A partir de este siglo, la CIA y el gobierno norteamericano ha venido aclimatando sus estrategias de subversión política contra Cuba a las nuevas dinámicas sociales de comunicación, que en gran parte pasan por el uso de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones –TIC– e Internet en particular. Las redes sociales se han convertido en sostén dinámico de los grandes medios de comunicación para mantener el mensaje contrarrevolucionario.
Hoy por hoy, los principales cinco grupúsculos enemigos cuentan con el permanente financiamiento de Estados Unidos y del lobby anticubano en el Congreso, para desarrollar todo tipo de proyectos subversivos, campañas desestabilizadoras y promover la ruptura del orden constitucional dentro de Cuba. Por su parte, dentro de la Unión Europea, la campaña anticubana es capitaneada por varios partidos liberares de extrema derecha y por los representantes del Grupo Popular Europeo (PPE) dentro del Parlamento Europeo, así como por parte de los partidos liberales europeos, los que se han sumado a tendenciosas campañas desestabilizadoras, financiando a grupúsculos contrarrevolucionarios dentro del país, sobredimensionando su legitimidad y trascendencia con vistas a que desempeñen su papel  provocador y comprometido con la agenda internacional de difamación de la Revolución Cubana. Uno de estos grupúsculos, ascendidos a la denominación de Partido por obra y gracia de sus amos, la Unión Liberal Cubana, es dirigido por el terrorista y agente CIA Carlos Alberto Montaner.
Los supuestos principios que unen a los partidos liberales europeos, erigidos en defensores de  los derechos humanos, las elecciones libres y justas y la democracia multipartita, la justicia social, la tolerancia, la economía de libre mercado, el libre comercio, la sostenibilidad medioambiental y un fuerte sentido de la solidaridad internacional, son empleados de manera parcializada y a su propia interpretación, como arma ideológica contra Cuba y otras naciones progresistas en América Latina.
Los principales detractores de Cuba y auspiciadores de una insignificante oposición dentro de la Isla, promotores de las campañas ideológicas anticubanas dentro de la UE son  el Deutsche Gruppe der LI y el Partido Democrático Libre (Alemania), el Foro Liberal (Austria), Mouvement Réformateur y Vlaamse Liberalen en Democraten (Bélgica), Partido Liberal de Canadá, Det Radikale Venstre y el Partido Liberal Danés (Dinamarca), Libertad y Democracia,  y la Unión Mallorquina (España), Partido Centrista de Finlandia y Svenska Folkpartiet (Finlandia), Unión para la Democracia Francesa (Francia), Nederlandse Groep, Democraten 66, Partido Popular por la Libertad y la Democracia (Holanda), Alianza de los Demócratas Libres (Hungría), Partido Liberal (Noruega), Partido Alianza de Irlanda del Norte, Liberal International British Group y Partido Liberal Demócrata (Reino Unido), Partido Democrático Ruso Yabloko (Rusia), Partido Popular Liberal (Suecia), Partido Radical Democrático Suizo y Partido Liberal Suizo (Suiza), entre otros.
De las arcas de estos partidos sale parte del financiamiento a los  grupúsculos desestabilizadores y contrarrevolucionarios cubanos, encargados de propalar diatribas contra su propio pueblo. Ese detestable rol de supuestas víctimas lo han asumido grupúsculos afiliados a los liberales tales como el Partido Liberal de Cuba, el Partido Solidaridad Democrática y la Unión Liberal Cubana, así como una diversa gama de grupúsculos que agrupan a cerca de 1 000 mercenarios fuera y dentro de Cuba, cuyas fuentes de financiamiento proceden también fundamentalmente de la USAID, la NED y otras tapaderas de la CIA en forma de ONGs e Institutos como la Alianza por la Libertad Global (GLA), el FAES, CADAL, la KAS, el IND y el IRI, así como la Human Rights Watch (HRW). Todo ese tinglado se ha aprovechado del apoyo de los grandes medios de prensa y cadenas internacionales al servicio de las grandes potencias.
Otros entes se han comprometido a la demonización descarada de nuestras naciones progresistas mediante vedettes operáticas que aparecen frecuentemente en los vodeviles de la guerra mediática, impostando falacias o fake news, desarrollando de varias formas el law fare o guerra jurídica contra personalidades con el objetivo de deslegitimizarlos y derrocar a sus gobiernos. Lugo, Correa, Lula y Dilma son claros ejemplos de esta nueva modalidad de ataque mediático. Estos socios de la sucia componenda son la propia OEA y su CIDH, la Sociedad Interamericana de Prensa y engendros judiciales como Justice Cuba y el Tribunal Supremo venezolano en el exilio. Presta sus servicios a la contrarrevolución interna la American University Washington College of Law.
Prueba evidente de la componenda capitaneada por la ultraderecha norteamericana y los mafiosos anticubanos anquilosados en el Congreso USA es que han tratado por todos los medios, para los próximos meses, de impulsar planes para lograr la total violación del espacio radioeléctrico cubano con el apoyo de nuevas tecnologías a la mal llamada Radio/TV Martí, así como el financiamiento de una blogosfera contrarrevolucionaria. A la par, el uso de las redes sociales como Twitter, Instagram o Facebook, mediante el empleo de cuentas falsas y el uso de trolls se ha convertido en un componente más de esta guerra mediática. El sobredimensionamiento de figuras de dudoso patriotismo, oportunistas de toda laya, sedientos de dudoso protagonismo, como Luis Almagro, Rosa María Payá, José Daniel Ferrer, Yoani Sánchez, Carlos Alberto Montaner y muchos otros, son los soldaditos de una derecha cuyo discurso prostituido se sostiene con dinero foráneo, mucho del cual va a parar a sus propios bolsillos.
Cuba dispone de muchos ejemplos a lo largo de estas seis décadas sobre cómo la CIA y los Estados Unidos han tratado de desvirtuar y satanizar a su Revolución. Cientos han sido los programas secretos de promoción de la mentira y cito como ejemplo los seis proyectos contrarrevolucionarios promovidos para cuestionar nuestra gobernabilidad ante las pasadas elecciones del Poder Popular –Plataforma Ciudadana Otro 18, Proyecto Candidatos por el Cambio, Proyecto Cuba Decide, Proyecto Un Cubano, un voto, Proyecto Emilia, movimiento Somos+ y Proyecto Defensoría del Pueblo (DP) –. Hoy, previo a la celebración del referéndum para aprobar nuestra nueva Constitución, la guerra ideológica anticubana se ha intensificado tratando de deslegitimizar el deseo soberano de la mayoría de nuestro pueblo por seguir apostando por el socialismo. Cuenta para ello con las nuevas tecnologías de la información y el apoyo de la prensa reaccionaria en EEUU y Latinoamérica.
Como un breve repaso de esta agresión mediática podemos señalar algunos casos tales como: el de la Editorial Hypermedia, proyecto financiado por la NED vinculado al sector intelectual, y que concentra parte de sus esfuerzos en la promoción de una Historia de Cuba construida desde perspectivas y posiciones opuestas al consenso promovido por la historiografía revolucionaria; Inventario, presentado como “proyecto independiente”, con el supuesto fin de lograr "datos abiertos para contar a Cuba", pero cuya verdadera finalidad es presionar a funcionarios e instituciones cubanas para no bloquear a provocadores y trolls cuyos ataques se hacen recurrentes en esta red social; la iniciativa contrarrevolucionaria denominada “Cuba te cuenta”, promovida supuestamente por un grupo de jóvenes cubanos y cuyo contenido y discurso mediático se basa en la manipulación de la realidad y de la historia cubana, la propagación de rumores, la difusión de fake news, la apología al capitalismo, la diatriba y el ataque contra nuestra constitucionalidad y nuestra gobernabilidad.
La agencia noticiosa AP ha continuado destapando las tenebrosas conspiraciones de la USAID con vistas a desestabilizar al gobierno de Cuba durante los últimos años. La implicación del gobierno norteamericano en programas de subversión online muestra claramente cómo el mismo se dedicó a desarrollar varios programas secretos mediante tratos y financiamiento de contratistas, especialistas en tecnología de punta, búsqueda de asesores y potenciales inversores para financiar dichas actividades.
Otro notable episodio fue el escándalo del microblog Zunzuneo, que involucró no solo a una ONG nombrada Roots of Hope, vinculada a sectores de la ultraderecha cubano americana, sino a la propia  USAID y a otras empresas reconocidas como tapaderas de la CIA –tales como Mobile Accord y Creative Associates, y cuyos programas son idénticos a los de la Agencia como potencial arma de espionaje. Al mismo se suma el programa para elaborar la tecnología de redes ilegales de acceso inalámbrico a internet, mediante el empleo de Wi-Fi, el cual involucró al Open Technology Institute (OTI), con sede en Washington, quien en 2012 fue financiado por la USAID con este propósito. Zunzuneo también involucró a Washington Software, a la cual se le dio el encargo de  crear un sistema para bombardear 24 mil mensajes de texto a la semana a los usuarios de teléfonos celulares en la Isla, de los que se robaron sus listados. Se conoció que la BBG, luego de un desembolso original de 84,000 USD, planeaba pagar un millón a esta compañía.
El gobierno de Washington también seleccionó a contratistas extranjeros, uno procedente de Hong Kong, el otro de Israel, para realizar operaciones de propaganda sucia contra Cuba, inundando sus sistemas de comunicaciones con material destinado a desestabilizar el país, a través de la USAID y de la Broadcasting Board of Governors (BBG).  La citada BBG contactó a RRSat Global Communications, con vínculos con los servicios de inteligencia norteamericanos y sionistas, con el fin de emplear el satélite Hispasat 1E, activado como nuevo transponedor para distribución de contenidos hacia Cuba y otros países de la región. La sucursal en Washington de RRSat fue la encargada de estudiar cómo insertar TV Martí en la televisión cubana por medio satelital, en estrecho contacto con la Office of Cuba Broadcasting (OCB), a la que pertenecen Radio y TV Martí, con financiamiento directo del gobierno norteamericano.
El último paso injerencista ha sido la creación del Grupo de Trabajo para Internet en Cuba –que es considerado un comité consultivo presidencial–,  presidido por el Subsecretario Adjunto para Asuntos del Hemisferio Occidental, Dale Eppler, y en el que participan además la Oficina de Transmisiones a Cuba (OCB), la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC), la Administración Nacional de Telecomunicaciones e Información del Departamento de Comercio, la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), Freedom House y el Consejo de la Industria de las Tecnologías de la Información (Information Technology Industry Council).
La potencial apuesta de la contrarrevolución anticubana por incitar al descontento y la indisciplina social, al aumento de la subversión y campañas desestabilizadoras dentro de Cuba, así como el intento de capitanear o buscar espacios dentro de la sociedad actual, constituye un potencial peligro al que se debe enfrentar nuestro pueblo. Solo con la firme unidad de todo el pueblo se podrán vencer las amenazas que surgirán en este escenario actual y estamos dispuestos a lograrlo.
Compañeros y compañeras:
Fidel nos convocó hace 60 años para enfrentar a la guerra inmoral y tendenciosa de nuestros enemigos mediante la Operación Verdad. Hoy, con Fidel presente en nuestros corazones y en nuestros principios y convicciones, tenemos el compromiso de unirnos, de fortalecer nuestras trincheras a favor de la verdad. ¡Honrémoslo a él y a todos aquellos que como Jorge Ricardo Masetti han dado continuidad a la difusión a las verdades y razones que nos mueven y convertido en roca indestructible a nuestros principios!
Hago, por tanto, un llamado a la unidad de esfuerzo para enfrentar a la guerra mediática contra nuestros gobiernos progresistas, a nuestros movimientos populares y a nuestros más genuinos líderes.
Si un día nos tocó a cada uno exclamar por el dolor y la disposición de seguir adelante la obra bolivariana: ¡Yo soy Chávez!, hoy nos toca decirle a nuestro Comandante Fidel: ¡Hemos sido, somos y seremos un Fidel en el combate por la suerte de nuestros pueblos y por hacer prevalecer la verdad!
¡Honra a los precursores! Mi abrazo y respeto a Prensa Latina y a Radio Habana Cuba, quienes en los difíciles momentos de soledad en la lejanía del combate, nos hicieron sentir orgullosos de ser revolucionarios. Gracias a ellos dimos lo mejor en nuestras trincheras.
Muchas Gracias.
 



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