El domingo 9 de setiembre se conmemora el Día Internacional de en Memoria de las Víctimas del Fascismo.
Es un día de dolor por los
soldados caídos en los campos de batalla de la II Guerra Mundial, por
los millones de civiles que murieron bajo los bombardeos y por los
torturados en los campos de concentración. Y este día los defensores de
los derechos humanos de nuevo procuran centrar la atención en el
problema de la heroización de las criminales nazis y de las nuevas
formas de racismo.
La humanidad ha pagado un precio
muy caro para liberarse del yugo nazi durante la II Guerra Mundial. Los
secuaces de Hitler consideraban que las reglas de la guerra eran
inventos sentimentales de los necios. Todas les terribles lecciones de
la guerra - arrestos, torturas, ejecuciones, aniquilamiento planificado
de pueblos enteros, se relegan hoy al olvido. “El fantasma del fascismo”
recorre Europa, adquiriendo rasgos perfectamente materiales. En los
países bálticos se registra el mayor número de partidarios de las ideas
de ultraderecha. En Letonia son unos cuarenta mil, y aproximadamente hay
treinta mil en Letonia y otro tanto en Estonia. En esos países se
celebran abiertamente concentraciones, mítines y marchas de los
legionarios de las SS – recuerda el vicedirector del Instituto de
Etnología y Antropología de la Academia de Ciencias de Rusia, Vladímir
Zorin:
—El quid de
la cuestión reside en cómo la sociedad reacciona a ellos. Cuán firme y
adecuadamente actúa en tal situación. Sociedad y poder. Desgraciadamente
es ahí donde se observa una doble moral. Resulta ser que eso es posible
en algún lugar, en otro son travesuras infantiles, mientras que en
muchas partes se lo enfoca muy seriamente. Y en este caso la moral debe
ser una sola: el neonazismo y el fascismo no pasarán.
La
heroización de los secuaces del nazismo adquiere formas hiperbólicas en
algunos países. Por ejemplo, en Ucrania ya se levantaron una treintena
de monumentos a Stepán Bandera. En los países de la Vieja Europa –
Austria, Bulgaria, Hungría, Alemania, los movimientos nacionalistas
también están cobrando difusión – enfatiza el director de Sección del
Instituto de Democracia y Cooperación, Andronik Migranián:
—La
naturaleza de estos partidos y movimientos es algo diferente: se
incrementa la xenofobia y la intolerancia religiosa y étnica. Enorme es
la cantidad de personas recientemente llegadas con otro color de piel,
con otra religión y con otros valores. Y sobre este terreno se
desarrolla la aversión y la intolerancia hacia esa gente. Esto se
registra en Francia con respecto a los oriundos de Argelia, Marruecos y
de otros países árabes de África. Esto también tiene lugar en
Inglaterra, Holanda, Bélgica y otros países europeos.
El
extremismo y las tentativas de rehabilitar a los nazistas pueden
acarrear serias consecuencias no solo desde el punto de vista de la
revisión de las evaluaciones y resultados de la II Guerra Mundial. Eso
alisa el terreno para la revancha política de los neonazis en la, al
parecer, Europa democrática. De momento se logra contener el embate de
la ultraderecha. Aún se mantienen frescos los recuerdos sobre la
conflagración más sangrienta del siglo XX. Tampoco se rinden las
organizaciones pro-derechos humanos, por ejemplo “El mundo sin nazismo”.
Este movimiento agrupa a ciento cuarenta organizaciones de treinta
países.
ml/ks
La Voz de Rusia
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