El embajador norteamericano Chris Stevens, recientemente muerto en el consulado de su país en Benghazi, tuvo la macabra oportunidad de inspeccionar el cadáver del asesinado lider libio Muahmar Al Gadafi, tal como se muestra en la siguiente foto.
En esta ocasión. sin imaginar que 321 días después correría la misma suerte, levanta con júbilo su pulgar derecho en señal de aprobación por el horrible asesinato de Gadafi.
Stevens se encontraba junto a opositores libios, muchos de ellos miembros de Al Qaeda, ante la presencia de algunos oficiales operativos de la CIA. Estos, los propios asesinos del dirigente libio, finalmente, le asesinarían a él. Todo es parte del juego sucio de una guerra todavía más sucia y asquerosa.
La muerte de Stevens fue la justificación para un incremento del intervencionismo gringo en Libia.
Percy Francisco Alvarado Godoy
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