Absurdo. El inmovilismo
y pasividad de los servicios belgas sorprende por su existencia. Ahora resulta –según
destacan varios medios como el diario “Het Belang van Limburg” – que medio
centenar de empleados que han trabajado en el aeropuerto de Zaventem, en
Bruselas, eran potenciales seguidores y simpatizantes del ISIS. Muchos de los
mismos tenían acceso a áreas restringidas de seguridad, almacenamiento de
equipajes y cabinas de aviones.
Luego de una
depuración –al parecer no tan profunda como ameritaba el caso– a varios de
ellos se les revocaron los pases de acceso, aunque algunos aún se mantienen
trabajando en el aeropuerto en las tiendas del aeropuerto, los servicios de
limpieza y el transporte de equipajes
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